*Lección 40. Soy bendito por ser un Hijo de Dios*
1. Comenzamos hoy a afirmar algunas de las bienaventuranzas a las que tienes derecho por ser quien eres. Hoy no se requieren largas sesiones de práctica, sino muchas cortas y frecuentes. Lo ideal sería una cada diez minutos, y se te exhorta a que trates de mantener este horario y a adherirte a él siempre que puedas. Si te olvidas, trata de nuevo. Si hay largas interrupciones, trata de nuevo. Siempre que te acuerdes, trata de nuevo.
2. No es preciso que cierres los ojos durante los ejercicios, aunque probablemente te resultará beneficioso hacerlo. Mas puede que durante el día te encuentres en situaciones en las que no puedas cerrar los ojos. No obstante, no dejes de hacer la sesión por eso. Puedes practicar muy bien en cualquier circunstancia, si realmente deseas hacerlo.
3. Los ejercicios de hoy no requieren ningún esfuerzo ni mucho tiempo. Repite la idea de hoy y luego añade varios de los atributos que asocias con ser un Hijo de Dios, aplicándotelos a ti mismo. Una sesión de práctica, por ejemplo, podría consistir en lo siguiente: Soy bendito por ser un Hijo de Dios. Soy feliz y estoy en paz; soy amoroso y estoy contento. Otra podría ser, por ejemplo: Soy bendito por ser un Hijo de Dios. Estoy calmado y sereno; me siento seguro y confiado. Si sólo dispones de un momento, basta con que simplemente te digas a ti mismo que eres bendito por ser un Hijo de Dios.
~Lección 40 UCDM:
''Soy bendito por ser un hijo de Dios''
*Comentario:
La lección de hoy afirma con claridad que somos benditos por ser hijos de Dios, o lo que es lo mismo, tu valía no la establece el mundo de la forma, porqué tu valía la estableció Dios. Si entendieramos esto, nos acercariamos un poco más hacía lo que realmente somos. Una persona que está tremendamente perdida por la vida, que constantemente se identifica con el ego es igual de bendita que una persona que respecte las normas sociales. Que una persona esté muy perdida, no significa que no haya esperanza en ella, pues en toda alma está Dios en su interior, la voz del Espíritu Santo en estas personas puede ser muy débil al identificarse plenamente con el ego y su mente reactiva, pero no significa que Dios vaya a abandonarle.
En esta lección se nos trata de de decir que eres bendito porqué eres Hijo de Dios, no estás separado de él, aunque tu sistema de pensamiento crea lo contrario.
Imagina que los 7 mil millones de seres que somos en en planeta, como si fueramos partes de un átomo enorme (que sería La Tierra) que se compone de neutrones (las personas neutras), protones (las personas positivas) y electrones (las personas negativas). Todas estas partes forman el átomo y sin todos ellos, no estaría completo. Así somos los Hijos de Dios, partes de átomos muy diferentes entre nosotros mismos, pero con la misma valía. Cada persona ha tenido sus aprendizajes en el mundo de la forma, las leyes sociales y de la razón; no podemos ponernos en la piel de todos nuestros Hermanos para saber como se sienten y qué nivel de consciencia tienen, así que lo único que podemos es no juzgarlos y amarlos tal y como son, una parte más del Universo.
Así pues, con este ejemplo, quiero ilustrar la lección de hoy para que sea más entendible, que todos somos benditos por ser partes de la mente única o mente de Dios.
~Comentario: Edgar Doménech Macías.
~Vídeo de la lección: Pepe Montañana Ortiz.
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