jueves, 24 de octubre de 2019

Manual para el maestro 23. ¿Juega Jesús un papel especial en la curación?


*Manual para el maestro 23. ¿Juega Jesús un papel especial en la curación?*

1. Los  dones  de  Dios  rara  vez  pueden  recibirse  directamente.  Aun los  maestros  de  Dios  más avanzados  sucumben a  las  tentaciones  de  este  mundo.  ¿Sería  justo entonces  que  se  les  negara  la curación a  sus  alumnos  por esa  razón?  La  Biblia  dice:  "Pide  en el  Nombre  de  Jesucristo". ¿Es  esto simplemente  una  invocación a  la  magia?  Un nombre  no cura, ni  tampoco  puede  una  invocación generar ningún poder  especial.  ¿Qué  significado puede  tener  entonces  apelar a  Jesucristo?  ¿Qué confiere  el  invocar  su Nombre?  ¿Por qué  forma  parte  de  la  curación  pedir en su Nombre? 

2. Hemos  repetido en  muchas  ocasiones  que  alguien  que  haya  aceptado perfectamente  la  Expiación para  sí  mismo puede  sanar el  mundo. En efecto, ya  lo ha  hecho.  La  tentación podrá  volver  a  acosar a  otros, pero nunca  a  Ése. Él  se  ha  convertido  en el  Hijo de  Dios  resucitado.  Ha  vencido  a  la  muerte al  haber aceptado  la  Vida. Se  ha  reconocido a  sí  mismo tal  como  Dios  lo  creó, y al  hacerlo,  ha reconocido que  toda  cosa  viviente  forma  parte  de  él.  Ahora  su poder es  ilimitado porque  es  el  Poder de  Dios. De  esta  manera,  su nombre  se  ha  convertido en  el  Nombre  de  Dios, pues  ya  no se considera  a  sí  mismo  separado de  Él. 

3. ¿Qué  significa  esto para  ti?  Significa  que  al  recordar a  Jesús  estás  recordando  a  Dios.  Toda  la relación  del  Hijo  con el  Padre  radica  en Jesús. Su papel  en la  Filiación es  también  el  tuyo,  y el hecho  de  que  él  completó su aprendizaje  garantiza  tu éxito.  ¿Se  encuentra  él  aún disponible  para venir  en tu ayuda?  ¿Qué  dijo él  mismo al  respecto?  Recuerda  sus  promesas  y pregúntate honestamente  si  sería  posible  que  no las  fuese  a  cumplir.  ¿Puede  Dios  fallarle  a  Su Hijo?  ¿Y  puede quien  es  uno con Dios  ser distinto  de  Él?  El  que  transciende  el  cuerpo transciende  también  toda limitación.  ¿Cómo no iba  a  estar  disponible  el  más  grande  de  los  maestros  para  aquellos  que  lo siguen? 

4. El  Nombre  de  Jesucristo  como tal  no es  más  que  un símbolo. Pero representa  un amor  que  no es de  este  mundo. Es  un símbolo que  se  puede  usar  sin riesgo para  reemplazar a  los  innumerables nombres  de  todos  los  dioses  a  los  que  imploras. Constituye  el  símbolo resplandeciente  de  la  Palabra de  Dios, tan  próximo a  aquello  que  representa, que  el  ínfimo  espacio  que  hay entre  ellos  desaparece en  el  momento en  que  se  evoca  su Nombre. Recordar el  Nombre  de  Jesucristo es  dar  gracias  por todos  los  dones  que  Dios  te  ha  dado.  Y  la  gratitud  hacia  Dios  se  convierte  en la  manera  en que  Él  es recordado, pues  el  amor no puede  estar muy lejos  de  una  mente  y un corazón agradecidos. Dios puede  entonces  entrar fácilmente  porque  éstas  son las  verdaderas  condiciones  que  hacen  posible  tu retorno  al  hogar. 

5. Jesús  ha  señalado  el  camino. ¿Por qué  no habrías  de  estarle  agradecido?  Te  ha  pedido  amor, mas sólo para él poder dártelo a ti. Tú no te amas a ti mismo. Pero para Jesús, tu hermosura es tan absoluta e inmaculada que ve en ella la imagen de su Padre. Tú te conviertes en el símbolo de su Padre aquí en la tierra. Él tiene sus esperanzas puestas en ti porque no ve límites en ti, ni mancha alguna que opaque tu hermosa perfección. La visión de Cristo resplandece en sus ojos con perfecta constancia. Él ha permanecido contigo. ¿No te gustaría aprender la lección de la salvación valiéndote de lo que él ya aprendió? ¿Para qué empezar de nuevo, cuando él ya recorrió la jornada por ti? 

6. Nadie en la tierra puede entender plenamente lo que es el Cielo ni cuál es el verdadero significado de su Creador. Sin embargo, tenemos testigos. A ellos es a quienes el que es sabio debe acudir. Han existido personas cuyo conocimiento sobrepasó con mucho lo que nosotros podemos aprender. Y no queremos enseñar las limitaciones que nos hemos impuesto. Nadie que se haya convertido en un maestro de Dios verdadero y completamente dedicado se olvida de sus hermanos. Lo que les puede ofrecer, no obstante, se ve limitado por lo que él mismo ha aprendido. Dirígete entonces hacia uno que abandonó todo límite y fue más allá del alcance más elevado que el aprendizaje puede ofrecer. Él te llevará consigo, pues no llegó hasta allí solo. Estabas con él entonces, tal como lo estás ahora. 

7. Este curso procede de él porque sus palabras llegan a ti en un lenguaje que puedes amar y comprender. ¿Puede haber otros maestros que señalen el camino a aquellos que hablan lenguas distintas y recurren a símbolos diferentes? Por supuesto que sí. ¿Dejaría Dios a uno solo de Sus Hijos sin una ayuda muy real en tiempos de tribulación, sin un salvador que lo representase? Aun así, necesitamos un programa de estudios polifacético, no porque el contenido sea diferente, sino porque los símbolos tienen que modificarse y cambiar para poder ajustarse a las diferentes necesidades. Jesús ha venido a responder a las tuyas. En él hallarás la Respuesta de Dios. Enseña, entonces, con él, pues él está contigo; él siempre está aquí. 

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