jueves, 31 de enero de 2019

Lección 45. Dios es la Mente con la que pienso


*Lección 45. Dios es la Mente con la que pienso*

1. La idea de hoy es la llave que te dará acceso a tus pensamientos reales, los cuales no tienen nada que ver con lo que piensas que piensas, de la misma manera en que nada de lo que piensas que ves guarda relación alguna con la visión. No existe ninguna relación entre lo que es real y lo que tú piensas que es real. Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se parece en modo alguno a tus pensamientos reales. Nada de lo que piensas que ves guarda semejanza alguna con lo que la visión te mostrará. 

2. Piensas con la Mente de Dios. Por lo tanto, compartes tus pensamientos con Él, de la misma forma en que Él comparte los Suyos contigo. Son los mismos pensamientos porque los piensa la misma Mente. Compartir es hacer de manera semejante o hacer lo mismo. Los pensamientos que piensas con la Mente de Dios no abandonan tu mente porque los pensamientos no abandonan su fuente. Por consiguiente, tus pensamientos están en la Mente de Dios, al igual que tú. Están en tu mente también, donde Él está. Tal como tú eres parte de Su Mente, así también tus pensamientos son parte de Su Mente. 

3. ¿Dónde están, pues, tus pensamientos reales? Hoy intentaremos llegar a ellos. Tendremos que buscarlos en tu mente porque ahí es donde se encuentran. Aún tienen que estar ahí, ya que no pueden haber abandonado su fuente. Lo que la Mente de Dios ha pensado es eterno, al ser parte de la creación. 

4. Nuestras tres sesiones de práctica de hoy, de cinco minutos cada una, seguirán el mismo modelo general que usamos al aplicar la idea de ayer. Intentaremos abandonar lo irreal y buscar lo real. Negaremos el mundo en favor de la verdad. No permitiremos que los pensamientos del mundo nos detengan. No dejaremos que las creencias del mundo nos digan que lo que Dios quiere que hagamos es imposible. En lugar de ello, trataremos de reconocer que sólo aquello que Dios quiere que hagamos es posible. 

5. Trataremos asimismo de comprender que sólo lo que Dios quiere que hagamos es lo que nosotros queremos hacer. Y también trataremos de recordar que no podemos fracasar al hacer lo que Él quiere que hagamos. Tenemos hoy todas las razones del mundo para sentirnos seguros de que vamos a triunfar, pues ésa es la Voluntad de Dios. 

6. Comienza los ejercicios de hoy repitiendo la idea para tus adentros, al mismo tiempo que cierras los ojos. Luego dedica unos cuantos minutos a pensar en ideas afines que procedan de ti, mientras mantienes la idea presente en tu mente. Una vez que hayas añadido cuatro o cinco de tus pensamientos a la idea, repite ésta otra vez mientras te dices a ti mismo suavemente: Mis pensamientos reales están en mi mente. Me gustaría encontrarlos. Trata luego de ir más allá de todos los pensamientos irreales que cubren la verdad en tu mente y de llegar a lo eterno. 

7. Debajo de todos los pensamientos insensatos e ideas descabelladas con las que has abarrotado tu mente, se encuentran los pensamientos que pensaste con Dios en el principio. Están ahí en tu mente, ahora mismo, completamente inalterados. Siempre estarán en tu mente, tal como siempre lo han estado. Todo lo que has pensado desde entonces cambiará, pero los cimientos sobre los que eso descansa son absolutamente inmutables. 

8. Hacia esos cimientos es adonde los ejercicios de hoy apuntan. Ahí es donde tu mente está unida a la Mente de Dios. Ahí es donde tus pensamientos son uno con los Suyos. Para este tipo de práctica sólo se necesita una cosa: que tu actitud hacia ella sea la misma que tendrías ante un altar consagrado en el Cielo a Dios el Padre y a Dios el Hijo. Pues tal es el lugar al que estás intentando llegar. Probablemente no puedes darte cuenta todavía de cuán alto estás intentando elevarte. Sin embargo, aun con el poco entendimiento que has adquirido hasta la fecha, deberías ser capaz de recordarte a ti mismo que esto no es un juego fútil, sino un ejercicio de santidad y un intento de alcanzar el Reino de los Cielos. 

9. En las sesiones de práctica cortas de hoy, trata de recordar cuán importante es para ti comprender la santidad de la mente que piensa con Dios. Mientras repites la idea a lo largo del día, dedica uno o dos minutos a apreciar la santidad de tu mente. Deja a un lado, aunque sea brevemente, todos los pensamientos que son indignos de Aquel de Quien eres anfitrión. Y dale gracias por los pensamientos que Él está pensando contigo.


~Lección 45 UCDM:
''Dios es la mente con la que pienso''.

*Comentario:

Un Curso de Milagros dice:
''Cada vez que te enfadas, puedes estar seguro de que has entablado una relación especial que el ego ha «bendecido», pues la ira es su bendición. La ira se manifiesta de muchas formas, pero no puede seguir engañando por mucho tiempo a los que se han dado cuenta de que el amor no produce culpabilidad en absoluto, y de que lo que produce culpabilidad no puede ser amor, sino ira. La ira  no es más que un intento de hacer que otro se sienta culpable, y este intento constituye la única base que el ego acepta para las relaciones especiales. La culpabilidad es la única necesidad del ego, y mientras te sigas identificando con él, la culpabilidad te seguirá atrayendo''.
- T15.VII.10.

Esto significa que todo aquello que nos hace perder la paz, no es pensar con la mente de Dios, sino con la mente herrada. El ego busca siempre miles de estratagemas para hacernos sentir mal, culpables, carentes, continuamente necesitados e identificandonos con las ilusiones, pero existe algo más que este mundo horizontal donde el pasado nos hace sufrir, y el futuro incierto nos hace tener miedo. 

El único momento en el que puedes sentir paz, es en el presente, y en él, es donde podemos encontrar a Cristo. La Biblia hace alusión a que cojamos nuestra cruz y sigamos a Jesús, esto traducido al mundo de la forma, se podría decir que es que Cristo, o la mente recta, es el puente para encontrar el estado de conciencia del Reino de los Cielos.
Imagina una cruz, la línea horizontal algo así:
pasado---presente---futuro
El único punto donde la línea vertical cruza la cruz de Cristo, sería el presente, y en el es donde te libras de los juicios y la condenación, donde nada del pasado y el futuro te puede afectar. Es por lo tanto una línea ascendente entre la parte baja de la cruz o el estado de conciencia del ''infierno'' (el ego, la mente reactiva, la mente errada) y la parte alta de la cruz es el estado de conciencia del ''Reino de los Cielos'' (el Espíritu Santo, tu mente creativa, la mente recta).

Por lo tanto, cada vez que te enfadas, te disgustas, te molestas, te sientes mal, miedo, culpas, juicios o cualquiera de las ilusiones que existen, no estás pensando con la mente de Dios, porque la mente de Dios es con la que debes pensar con naturaleza, y en ella solo hay amor, estás libre de juicios y de condenaciones. 

Cada vez que sientas que no estás en la mente de Dios, y eso es cada vez que no te sientes bien, pregúntate a ti mismo, ¿Qué haría el amor en esta situación? Porque el amor es todo lo que hay, el resto son ilusiones.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 44. Dios es la luz en la que veo


*Lección 44. Dios es la luz en la que veo*

1. Hoy continuamos  con la  idea  de  ayer,  agregándole  otra  dimensión.  No puedes  ver  en la obscuridad,  y no puedes  fabricar luz.  Puedes  fabricar  obscuridad y luego  pensar que  ves  en ella, pero  la  luz  refleja  vida,  y es, por lo tanto,  un aspecto  de  la  creación.  La  creación  y la  obscuridad  no pueden  coexistir, pero la  luz  y la  vida  son inseparables, pues  no son sino diferentes  aspectos  de  la creación. 

2. Para  poder ver, tienes  que  reconocer que  la  luz  se  encuentra  en tu  interior  y no afuera.  No puedes ver  fuera  de  ti,  ni  tampoco se  encuentra  fuera  de  ti  el  equipo que  necesitas  para  poder ver.  Una  parte esencial de ese equipo es la luz que hace posible el que puedas ver. Esa luz está siempre contigo, haciendo que la visión sea posible en toda circunstancia. 

3. Hoy vamos a intentar llegar hasta esa luz. Para tal fin, utilizaremos una forma de ejercicio que ya se sugirió anteriormente, y que vamos a utilizar cada vez más. Dicha forma de ejercicio es especialmente difícil para la mente indisciplinada y representa uno de los objetivos principales del entrenamiento mental. Requiere precisamente lo que le falta a la mente sin entrenar. Con todo, si has de ver, dicho entrenamiento tiene que tener lugar. 

4. Lleva a cabo como mínimo tres sesiones de práctica hoy, cada una de tres a cinco minutos de duración. Recomendamos enfáticamente que les dediques más tiempo, pero únicamente si notas que el tiempo pasa sin que experimentes ninguna sensación de tensión o muy poca. La forma de práctica que vamos a utilizar hoy es la más natural y fácil del mundo para la mente entrenada, tal como parece ser la más antinatural y difícil para la mente sin entrenar. 

5. Tu mente ya no está completamente sin entrenar. Estás bastante listo para aprender la forma de ejercicio que vamos a utilizar hoy, pero es posible que te topes con una gran resistencia. La razón es muy simple. Al practicar de esta manera, te desprendes de todo lo que ahora crees y de todos los pensamientos que has inventado. Propiamente dicho, esto constituye tu liberación del infierno. Sin embargo, si se percibe a través de los ojos del ego, es una pérdida de identidad y un descenso al infierno. 

6. Si te puedes apartar del ego, aunque sólo sea un poco, no tendrás dificultad alguna en reconocer que su oposición y sus miedos no significan nada. Tal vez te resulte útil recordarte a ti mismo de vez en cuando, que alcanzar la luz es escapar de la obscuridad, independientemente de lo que creas al contrario. Dios es la luz en la que ves. Estás intentando llegar a Él. 

7. Da comienzo a la sesión de práctica repitiendo la idea de hoy con los ojos abiertos, luego ciérralos lentamente mientras repites la idea varias veces más. Trata entonces de sumergirte en tu mente, abandonando cualquier clase de interferencia e intrusión a medida que te sumerges serenamente más allá de ellas. No hay nada, excepto tú, que pueda impedirle a tu mente hacer esto. Tu mente está sencillamente siguiendo su curso natural. Trata de observar los pensamientos que te vengan sin involucrarte con ninguno de ellos, y pásalos de largo tranquilamente. 

8. Si bien no se recomienda ningún enfoque en particular para esta forma de ejercicio, sí es necesario que te des cuenta de cuán importante es lo que estás haciendo, el inestimable valor que ello tiene para ti, así como que seas consciente de que estás intentando hacer algo muy sagrado. La salvación es el más feliz de todos tus logros. Es asimismo el único que tiene sentido porque es el único que tiene verdadera utilidad para ti. 

9. Si experimentas cualquier clase de resistencia, haz una pausa lo suficientemente larga como para poder repetir la idea de hoy con los ojos cerrados, a no ser que notes que tienes miedo. En ese caso es probable que abrir los ojos brevemente te haga sentir más tranquilo. Trata, sin embargo, de reanudar los ejercicios con los ojos cerrados tan pronto como puedas. 

10. Si estás haciendo los ejercicios correctamente, deberías experimentar una cierta sensación de relajación, e incluso sentir que te estás aproximando a la luz o de hecho adentrándote en ella. Trata de pensar en la luz, sin forma y sin límites, según pasas de largo los pensamientos de este mundo. Y no te olvides de que no te pueden atar a él a no ser que tú les des el poder de hacerlo. 

11. Durante el transcurso del día, repite la idea a menudo con los ojos abiertos o cerrados, como mejor te parezca en su momento. Pero no te olvides de repetirla. Sobre todo, decídete hoy a no olvidarte. 


~Lección 44 UCDM:
''Dios es la luz en la que veo''.

*Comentario:

¿Qué es la luz? Todos sabemos lo que significa el ying y el yang, el símbolo representa que en toda parte negra o oscura, hay un punto de luz, y que en toda parte blanca o luminosa, hay un punto de oscuridad. Pues bien, todas las personas somos así, nacemos siendo pura semilla de luz, siendo niño, siendo el momento presente, siendo... cuando crecemos nos enseñan la parte oscura y conocemos las dos partes de nosotros mismos, pero nuestra mente se divide literalmente, nos sumimos en las obligaciones mundanas y conocemos la oscuridad que nos nubla la visión de Cristo que es la luz... en la edad adulta, muchos de nosotros (la inmensa mayoría) acabamos sumidos en el ego, aunque siempre vas a tener esa parte de luz, que cuando tomes consciencia en el momento presente, te haga ver la luz que eres. Esa parte luminosa que siempre tendrás es tu guía interior, la voz que Dios te dio para que tu percepción llegara a ser el conocimiento.

Hemos dicho en lecciones anteriores, que el Espíritu Santo es el puente entre la percepción y el conocimiento. La percepción la mayoría de veces es errónea, por lo tanto pertenece al ámbito del ego, y el conocimiento siempre es tu parte de luz, o lo que es lo mismo Dios.

Dios es la luz en la que ves, porqué Dios es el conocimiento, por lo tanto, el conocimiento es la luz y la percepción verdadera. Así que cuando alcances el conocimiento, verás la luz en todas las cosas y conocerás a Dios dentro de ti.

Dios es la luz en la que ves, porqué la visión verdadera que te otorga, te hace ver todas las cosas desde la unidad, el amor y el agradecimiento. Por eso cuando decides de nuevo, puedes ver únicamente la luz que eres, entonces llevas al ego a juicio y lo declaras inexistente.

En este mundo hemos venido a perdonar las ilusiones, y para ello necesitamos ver a través de nuestra visión Cristica. Sólo entonces veremos y conoceremos la luz que nos ofrece Dios.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.


miércoles, 30 de enero de 2019

Lección 43. Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él


*Lección 43. Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él*

1. La  percepción no es  un atributo de  Dios. El  ámbito de  Dios  es  el  del  conocimiento. Sin embargo, Él  ha  creado  al  Espíritu  Santo para  que  sirva  de  Mediador  entre  la  percepción y el  conocimiento. Sin este  vínculo  con Dios, la  percepción  habría  reemplazado al  conocimiento en tu  mente  para siempre. Gracias  a  este  vínculo con Dios, la  percepción se  transformará  y se  purificará  en  tal medida  que  te  conducirá  al  conocimiento. Ésa  es  su función tal  como  la  ve  el  Espíritu Santo.  Por lo tanto, ésa  es  en  verdad su función. 

2. En  Dios  no puedes  ver. La  percepción  no tiene  ninguna  función en  Dios, y no existe. Pero en la salvación, que  es  el  proceso de  erradicar  lo que  nunca  fue, la  percepción tiene  un propósito sumamente  importante.  Habiéndola  inventado  el  Hijo  de  Dios  para  un propósito no santo,  tiene  que convertirse  ahora  en el  medio  a  través  del  cual  se  le  restaura  su santidad  en su conciencia. La percepción  no tiene  significado.  Sin embargo,  el  Espíritu Santo  le  otorga  un significado  muy parecido al  de  Dios. Una  percepción que  ha  sanado se  convierte  en el  medio  por el  que  el  Hijo  de Dios perdona a su hermano, y, por ende, se perdona a sí mismo. 

3. No puedes ver separado de Dios porque no puedes estar separado de Dios. Todo lo que haces, lo haces en Él, porque todo lo que piensas, lo piensas con Su Mente. Si la visión es real, y es real en la medida en que comparte el propósito del Espíritu Santo, entonces no puedes ver separado de Dios. 

4. Hoy son necesarias tres sesiones de práctica de cinco minutos cada una. La primera debe hacerse lo más temprano que puedas; la segunda lo más tarde posible, y la tercera en el momento más oportuno y adecuado que las circunstancias y la buena disposición permitan. Al comienzo de estas sesiones repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. Luego mira a tu alrededor brevemente, aplicando la idea específicamente a lo que veas. Cuatro o cinco objetos durante esta fase de la sesión de práctica serán suficientes. Podrías decir, por ejemplo: Dios es mi Fuente. No puedo ver este escritorio separado de Él. Dios es mí Fuente. No puedo ver ese cuadro separado de Él. 

5. Si bien esta parte del ejercicio debe ser relativamente corta, asegúrate, en esta fase de la práctica, de seleccionar los objetos tan al azar como sea posible, sin controlar su inclusión o exclusión. Para la segunda fase, la más larga, cierra los ojos, repite la idea de hoy nuevamente, y luego deja que cualquier pensamiento pertinente que se te ocurra sea una aportación a la idea de hoy en tu propio estilo particular. Pensamientos tales como: Veo a través de los ojos del perdón. Veo el mundo como un lugar bendito. El mundo me puede mostrar quién soy. Veo mis propios pensamientos, que son como los de Dios. Cualquier pensamiento que en mayor o menor medida esté directamente relacionado con la idea de hoy es adecuado. Los pensamientos no tienen que tener una relación obvia con la idea, pero tampoco deben oponerse a ella. 

6. Si ves que tu mente se distrae o si comienzas a notar la presencia de pensamientos que están en clara oposición a la idea de hoy, o si te resulta imposible pensar en algo, abre los ojos, repite la primera fase del ejercicio, y luego intenta de nuevo la segunda. No dejes transcurrir grandes lapsos de tiempo en los que te enfrascas en pensamientos irrelevantes. Para evitar eso, vuelve a la primera fase del ejercicio cuantas veces sea necesario. 

7. Al aplicar la idea de hoy durante las sesiones de práctica más cortas, la forma de la idea puede variar de acuerdo con las circunstancias y situaciones en las que te encuentres en el transcurso del día. Cuando estés con otra persona, por ejemplo, trata de acordarte de decirle silenciosamente: Dios es mi Fuente. No puedo verte separado de Él. Esta variación puede aplicarse por igual tanto a desconocidos como a aquellas personas con las que crees tener una relación íntima. De hecho, evita a toda costa hacer distinciones de esta clase. 

8. La idea de hoy también debe aplicarse en el transcurso del día a las diversas situaciones y acontecimientos que puedan presentarse, especialmente a aquellos que de alguna forma parezcan afligirte. A tal fin, aplica la idea de esta manera: Dios es mi Fuente. No puedo ver esto separado de Él. 

9. Si en ese momento no se presenta en tu conciencia ningún sujeto en particular, repite simplemente la idea en su forma original. Trata de no dejar pasar grandes lapsos de tiempo sin recordar la idea de hoy y, por ende, sin recordar tu función. 


~Lección 43 UCDM:
''Dios es mi fuente. No puedo verme separado de él''.

*Comentario:

Esta es una lección sumamente importante porque nos habla de que la ilusión de la separación no es real.

¿Cuántas veces nos decimos a nosotros mismos que somos MERECEDORES de todo lo que esta experiencia humana tiene para ofrecernos?
Intenta percibir todo tu entorno manteniéndote en el instante presente. En el puedes ver las corrientes del prana si miras al cielo y prestas atención solo a ese instante, si vacias la mente. 
Puedes ver el aura de energía de las personas solo con mirarlas sin pensar, sin interpretar. 
Todo eso es parte de la fuente, la percepción verdadera, la visión penetrante que llama el Dalai Lama.

La separación no existe, somos información, energía, vibración, contenida en siete mil millones de seres, pero unidos por esa fuente a la que llamamos Dios, Universo... llámalo como más cómodo te sientas, no se trata de que te produzcan miedo unas simples palabras como Dios, se trata de que aceptes la idea de que eres parte de una mente única, de la fuente de energía del planeta. 
Cuando aceptas esta idea, es imposible percibir una separación, porque la separación es una ilusión creada por la mente humana y racional que intenta explicar todo lo que ve, pero no va hacia dentro para sentir.

Es igual que la emoción del agradecimiento, solo es posible sentir el agradecimiento en el ahora, porque agradecer es sentir apreciación en este instante por cada una de las cosas que esta experiencia humana tiene para ofrecerte, no existe nada más que el agradecimiento, por eso se dice que solo el juicio (que es otra de las ilusiones humanas) puede sacarte del instante presente y hacer que veas las cosas banales, las tonterías de la mente que no tienen importancia.

Hemos venido a recordar quienes somos, por eso hemos venido a desaprender el mundo racional y de las leyes humanas de la razón. Gracias a esto, veremos con la mente recta, sentiremos en el instante presente la apreciación por todo lo que nos rodea, por la abundancia que tiene el mundo humano para darnos. Eso es lo que significa Dios es mi fuente y que no podemos ver separados de él.

La próxima vez que sientas juicios por lo que está ocurriendo, párate y piensa... soy MERECEDOR de todo lo que esta experiencia humana tiene para ofrecerme, pues no existe nada más que eso.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 42. Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo


*Lección 42. Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo*

1. La  idea  de  hoy combina  dos  pensamientos  muy poderosos, ambos  de  gran  importancia.  Plantea también  una  relación de  causa  y efecto que  explica  por qué  tus  esfuerzos  por alcanzar  la  meta  del curso no pueden  ser en vano.  Verás, porque  ésa  es  la  Voluntad de  Dios. Es  Su fortaleza, no la  tuya, la  que  te  da  poder.  Y  es  Su regalo,  no el  tuyo,  el  que  te  ofrece  visión. 

2. Dios  es  ciertamente  tu  fortaleza, y lo  que  Él  da, es  verdaderamente  dado. Esto  quiere  decir que  lo puedes  recibir  en cualquier momento  o lugar, donde  quiera  que  estés  y en cualquier circunstancia  en la  que  te  encuentres.  Tu  paso por el  tiempo y por el  espacio  no es  al  azar. No puedes  sino estar  en el lugar  perfecto,  en el  momento perfecto.  Tal  es  la  fortaleza  de  Dios.  Tales  Sus  dones. 

3. Hoy llevaremos  a  cabo dos  sesiones  de  práctica  de  tres  a  cinco minutos  cada  una;  una  tan  pronto como  te  despiertes, y la  otra, lo  más  cerca  posible  de  la  hora  de  irte  a  dormir. Es  mejor, no obstante, esperar  hasta  que  puedas  sentarte  tranquilamente  por tu  cuenta  en un momento en  que  te  sientas listo,  que  preocuparte  de  la  hora  en sí. 

4. Da  comienzo  a  estas  sesiones  de  práctica  repitiendo la  idea  de  hoy lentamente  mientras  miras  a  tu alrededor.  Luego cierra  los  ojos  y repite  la  idea  otra  vez, aún más  despacio que  antes. Después  de eso, trata  de  no pensar en nada,  excepto  en los  pensamientos  que  se  te  ocurran relacionados  con la idea  de  hoy.  Puedes  pensar,  por ejemplo:  La  visión  tiene  que  ser posible. Dios  da  verdaderamente, o:  Los  regalos  que  Dios  me  ha  hecho tienen  que  ser míos  porque  Él  me  los  dio. 

5. Cualquier pensamiento  que  esté  claramente  relacionado  con la  idea  de  hoy es  adecuado. De hecho,  tal  vez  te  asombre  la  cantidad de  entendimiento  relacionado  con el  curso que  algunos  de  tus pensamientos  reflejan.  Déjalos  que  te  vengan  sin censurarlos, a  menos  que  notes  que  tu  mente  está simplemente  divagando y que  es  obvio  que  has  permitido que  se  infiltren pensamientos  irrelevantes. Es  posible  también que  llegue  un punto en el  que  parece  que  no te  van a  venir más  pensamientos  a la  mente. De  ocurrir  tales  interferencias, abre  los  ojos  y repite  el  pensamiento  una  vez  más  mientras miras  lentamente  a  tu  alrededor;  después  ciérralos, repite  la  idea  otra  vez,  y continúa  buscando en tu mente  pensamientos  afines. 

6. Recuerda, no obstante, que  en  conexión con  los  ejercicios  de  hoy no es  apropiado que  te esfuerces  por encontrar  pensamientos  afines.  Trata  sencillamente  de  hacerte  a  un lado  y dejar  que  te vengan  a  la  mente  por su cuenta.  Si  esto te  resulta  difícil,  es  mejor  pasar la  sesión de  práctica alternando  entre  repeticiones  lentas  de  la  idea  con los  ojos  abiertos  y luego con  los  ojos  cerrados, que  esforzarte  por encontrar  pensamientos  adecuados. 

7. No hay límite  en el  número  de  sesiones  de  práctica  cortas  que  podrían  resultarte  beneficiosas  hoy. La  idea  de  hoy es  uno de  los  pasos  iniciales  en  el  proceso de  unificar  tus  pensamientos  y de enseñarte  que  estás  estudiando  un sistema  de  pensamiento unificado que  no carece  de  nada  que  sea necesario, y en  el  que  no se  incluye  nada  contradictorio o irrelevante. 

8. Cuanto  más  a  menudo  repitas  la  idea  de  hoy durante  el  transcurso del  día, más  a  menudo estarás recordando que  el  objetivo del  curso es  importante  para  ti  y que  no lo has  olvidado. 


~Lección 42 UCDM:
"Dios es mi fortaleza. La visión es su regalo" 


*Comentario:


La primera vez que escuché el concepto de fortaleza fue en un vídeo de Jorge Pellicer. En él, explicaba claramente que la fortaleza es nuestra fuerza interior.
Esta es la primera lección en la que sale el concepto de la FORTALEZA. Fortaleza no es lo mismo que fuerza física evidentemente, está relacionado con el nivel de conciencia y con la FUERZA MENTAL.
Cuanta más FORTALEZA menos nos afectarán los juicios, la culpa, los miedos... en resumen, cuanta más FUERZA MENTAL más nivel de conciencia, y por lo tanto menos nos afectarán las ilusiones.

La visión de Cristo, es por lo tanto, una fortaleza interna muy elevada, donde no existen las ilusiones de necesidad, fracaso, separación, insuficiencia, requisitos, juicios, condenación, condicionalidad, superioridad e ignorancia.
La visión que nos regala Dios, anula todo esto, ya que todas estás ilusiones las ha creado el ser humano, no existen pues pertenecen al mundo de la razón.

La fortaleza nos la otorga la mente de Dios, nuestra parte más elevada y es por ello que podemos trascender con ella el mundo de la razón y las ilusiones humanas.
La visión de Cristo, es poder identificar al ego en nuestros pensamientos, y llevar a juicio esos pensamientos erróneos al ser inexistentes en la mente de Dios.
Así que hoy se nos da dos ideas muy potentes para que sigamos la escalada de conciencia hacia el Reino de los Cielos.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 41. Dios va conmigo dondequiera que yo voy


*Lección 41. Dios va conmigo dondequiera  que yo voy*

1. Con el  tiempo, la  idea  de  hoy desvanecerá  por completo la  sensación de  soledad y abandono  que experimentan todos  los  que  se  consideran separados. La  depresión es  una  consecuencia  inevitable de  la  separación, como  también lo  son la  ansiedad,  las  preocupaciones, una  profunda  sensación  de desamparo, la  infelicidad,  el  sufrimiento  y el  intenso miedo  a  perder.

2. Los  que  se  consideran separados  han  inventado  muchos  "remedios" para  lo  que, según ellos, son "los  males  del  mundo". Pero la  única  cosa  que  no han hecho  es  cuestionar  la  realidad  del  problema. Los  efectos  de  éste,  no obstante,  no se  pueden sanar porque  el  problema  no es  real.  La  idea  de  hoy tiene  el  poder de  acabar  con todo este  desatino para  siempre.  Pues  eso es  lo  que  es, un desatino,  por muy  serias  y trágicas  que  parezcan ser sus  manifestaciones.

3. En  lo profundo de  tu  interior  yace  todo lo que  es  perfecto, presto  a  irradiar a  través  de  ti  sobre  el mundo.  Ello  sanará  todo pesar  y dolor, todo temor y toda  sensación de  pérdida  porque  curará  a  la mente  que  pensaba  que  todas  esas  cosas  eran  reales  y que  sufría  debido  a  la  lealtad que  les  tenía.

4. Jamás  se  te  puede  privar de  tu  perfecta  santidad  porque  su Fuente  va  contigo dondequiera  que  tú vas. Jamás  puedes  sufrir  porque  la  Fuente  de  toda  dicha  va  contigo  dondequiera  que  tú vas. Jamás puedes  estar  solo porque  la  Fuente  de  toda  vida  va  contigo  dondequiera  que  tú  vas. Nada  puede destruir  tu paz  mental  porque  Dios  va  contigo dondequiera  que  tú vas.

5. Comprendemos  que  no creas  nada  de  esto.  ¿Cómo ibas  a  creerlo  cuando la  verdad  se  halla  oculta en  lo profundo de  tu interior,  bajo una  pesada  nube  de  pensamientos  dementes, densos  y turbios  que representan, no obstante, todo lo  que  ves?  Hoy intentaremos  por primera  vez  atravesar esa  obscura y pesada  nube  y llegar a  la  luz  que  se  encuentra  más  allá.

6. Hoy tendremos  una  sola  sesión de  práctica  larga.  Por la  mañana, a  ser posible  tan pronto  como te levantes, siéntate  en silencio de  tres  a  cinco  minutos  con  los  ojos  cerrados.  Al  comienzo  de  la  sesión de  práctica  repite  la  idea  de  hoy muy lentamente.  No trates  de  pensar  en nada  en  particular.  Trata, en cambio, de  experimentar  la  sensación  de  que  estás  sumergiéndote  en tu interior,  más  allá  de  todos los  pensamientos  vanos  del  mundo.  Trata  de  llegar hasta  lo más  profundo de  tu mente, manteniéndola  despejada  de  cualquier pensamiento  que  pudiese  distraerte.

7. De  vez  en cuando puedes  repetir  la  idea  de  hoy si  observas  que  eso te  ayuda.  Pero sobre  todo, trata  de  sumergirte  tan profundamente  como puedas  en  tu interior, lejos  del  mundo y de  todos  sus pensamientos  disparatados. Estás  tratando  de  llegar  más  allá  de  todo ello.  Estás  tratando de  dejar atrás  las  apariencias  y de  aproximarte  a  la  realidad.

8. Es  perfectamente  posible  llegar  a  Dios. De  hecho,  es  muy fácil, ya  que  es  la  cosa  más  natural  del mundo.  Podría  decirse  incluso que  es  lo  único que  es  natural  en el  mundo. El  camino  quedará despejado, si  realmente  crees  que  ello  es  posible. Este  ejercicio  puede  producir  resultados asombrosos  incluso la  primera  vez  que  se  intenta, y tarde  o temprano acaba  por tener éxito.  A medida  que  avancemos  ofreceremos  más  detalles  acerca  de  este  tipo de  práctica.  No obstante, nunca fracasa  del  todo, y es  posible  tener éxito inmediatamente.

9. Usa  la  idea  frecuentemente  a  lo largo  del  día,  repitiéndola  muy despacio, preferiblemente  con los ojos  cerrados. Piensa  en lo  que  estás  diciendo, en el  significado de  las  palabras. Concéntrate  en la santidad que  esas  palabras  te  atribuyen;  en la  compañía  indefectible  de  la  que  gozas, en la  completa protección  que  te  rodea.

10. Puedes  ciertamente  permitirte  el  lujo de  reírte  de  los  pensamientos  de  miedo, recordando  que Dios  va  contigo dondequiera  que  tú  vas.


~Lección 41 UCDM:
''Dios va conmigo dondequiera que yo voy''.


*Comentario:


Cuando somos pequeños, la Iglesia católica nos enseña que existe un Dios único, que su hijo Jesús de Nazaret predicaba su palabra, hasta aquí todo bien. Sin embargo, las enseñanzas originales se han tergiversado para producir miedo, culpa, separación... y en resumen, para hacernos creer en las 10 ilusiones que el ser humano ha creado para justificar su mundo externo.

Pero no existe un Dios fuera de ti, al igual que no existe un mundo externo tal y como lo percibes, y tampoco existe un ego, sino que nos lo inventamos al creer en la separación.

Ayer explicaba para hacer más entendible el concepto de que somos como partes de un átomo, con protones, electrones y neutrones, pero que todo ello es parte de la unidad. Al vernos reflejados en el Hermano que tenemos delante, no entendemos que es un reflejo de nosotros mismos, y eso hace creíble la separación cuando no vemos con los ojos del Espíritu Santo.

Neville Goddard en sus cientos de conferencias que ha dado, siempre a explicado que Dios, es nuestra propia imaginación humana, nuestra parte luminosa, nuestra mente creativa y bondadosa. Por eso Dios va dondequiera que voy, porque vive en nosotros mismos.

¿Por qué nos empeñamos en rezar a un Dios externo que no existe?
¿Por qué constantemente echamos las culpas a nuestro Dios externo cuando algo nos ocurre?
Precisamente porque creemos en un Dios que existe fuera de nosotros mismos, en lugar de entender que es Dios dentro de nosotros.

Jesús de Nazaret decía:
''Encuentra el Reino de los Cielos dentro de ti y todo lo demás se te dará por añadidura''

Esta frase significa que cuando encontremos a Dios en nuestra mente creativa, en nuestra bondad, en nuestra parte luminosa, entenderemos que es el estado de conciencia del Reino de los Cielos.

El Reino de los Cielos no es más que vivir en nuestra condición habitual, en aquello que habíamos olvidado y que al nacer vemos en nuestros hijos por ser una semilla pura de luz hasta que aprenden el ego que les enseñamos para defenderse en este mundo ''hostil''.

Así pues, hoy encontremos la verdad dentro de nosotros mismos, porqué la verdad de que Dios habita dentro de nosotros mismos nos hará libres.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

lunes, 28 de enero de 2019

Lección 40. Soy bendito por ser un Hijo de Dios


*Lección 40. Soy bendito por ser un Hijo de Dios*

1. Comenzamos  hoy a  afirmar  algunas  de  las  bienaventuranzas  a  las  que  tienes  derecho  por ser quien  eres. Hoy no se  requieren  largas  sesiones  de  práctica,  sino muchas  cortas  y frecuentes. Lo ideal  sería  una  cada  diez  minutos, y se  te  exhorta  a  que  trates  de  mantener  este  horario  y a  adherirte a  él  siempre  que  puedas. Si  te  olvidas,  trata  de  nuevo. Si  hay  largas  interrupciones, trata  de  nuevo. Siempre  que  te  acuerdes, trata  de  nuevo. 

2. No es  preciso que  cierres  los  ojos  durante  los  ejercicios, aunque  probablemente  te  resultará beneficioso hacerlo. Mas  puede  que  durante  el  día  te  encuentres  en  situaciones  en las  que  no puedas cerrar los  ojos. No obstante,  no dejes  de  hacer la  sesión  por eso. Puedes  practicar muy bien  en cualquier  circunstancia,  si  realmente  deseas  hacerlo. 

3. Los  ejercicios  de  hoy no requieren ningún  esfuerzo ni  mucho  tiempo. Repite  la  idea  de  hoy y luego  añade  varios  de  los  atributos  que  asocias  con ser un Hijo de  Dios, aplicándotelos  a  ti  mismo. Una  sesión de  práctica, por ejemplo,  podría  consistir  en lo siguiente:  Soy bendito por ser un Hijo  de Dios. Soy feliz  y estoy en paz;  soy amoroso y estoy contento.  Otra  podría  ser, por ejemplo:  Soy bendito por ser un Hijo de  Dios. Estoy  calmado y sereno;  me  siento  seguro y confiado.  Si  sólo dispones  de  un momento,  basta  con que  simplemente  te  digas  a  ti  mismo que  eres  bendito  por ser un Hijo  de  Dios. 


~Lección 40 UCDM:
''Soy bendito por ser un hijo de Dios''


*Comentario:


La lección de hoy afirma con claridad que somos benditos por ser hijos de Dios, o lo que es lo mismo, tu valía no la establece el mundo de la forma, porqué tu valía la estableció Dios. Si entendieramos esto, nos acercariamos un poco más hacía lo que realmente somos. Una persona que está tremendamente perdida por la vida, que constantemente se identifica con el ego es igual de bendita que una persona que respecte las normas sociales. Que una persona esté muy perdida, no significa que no haya esperanza en ella, pues en toda alma está Dios en su interior, la voz del Espíritu Santo en estas personas puede ser muy débil al identificarse plenamente con el ego y su mente reactiva, pero no significa que Dios vaya a abandonarle.

En esta lección se nos trata de de decir que eres bendito porqué eres Hijo de Dios, no estás separado de él, aunque tu sistema de pensamiento crea lo contrario.

Imagina que los 7 mil millones de seres que somos en en planeta, como si fueramos partes de un átomo enorme (que sería La Tierra) que se compone de neutrones (las personas neutras), protones (las personas positivas) y electrones (las personas negativas). Todas estas partes forman el átomo y sin todos ellos, no estaría completo. Así somos los Hijos de Dios, partes de átomos muy diferentes entre nosotros mismos, pero con la misma valía. Cada persona ha tenido sus aprendizajes en el mundo de la forma, las leyes sociales y de la razón; no podemos ponernos en la piel de todos nuestros Hermanos para saber como se sienten y qué nivel de consciencia tienen, así que lo único que podemos es no juzgarlos y amarlos tal y como son, una parte más del Universo.

Así pues, con este ejemplo, quiero ilustrar la lección de hoy para que sea más entendible, que todos somos benditos por ser partes de la mente única o mente de Dios.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.
~Vídeo de la lección: Pepe Montañana Ortiz.


Lección 39. Mi santidad es mi salvación


*Lección 39. Mi santidad es mi salvación*

1. Si  la  culpabilidad es  el  infierno, ¿cuál  es  su opuesto?  Al  igual  que  el  texto  para  el  que  este  libro de  ejercicios  fue  escrito, las  ideas  que  se  usan en los  ejercicios  son muy simples,  muy claras  y están totalmente  exentas  de  ambigüedad. No estamos  interesados  en proezas  intelectuales  ni  en juegos  de lógica. Estamos  interesados  únicamente  en lo que  es  muy obvio, lo  cual  has  pasado por alto en  las nubes  de  complejidad  en las  que  piensas  que  piensas. 

2. Si  la  culpabilidad es  el  infierno, ¿cuál  es  su opuesto?  Ésta, sin duda, no es  una  pregunta  difícil. La vacilación que  tal  vez  sientas  al  contestarla  no se  debe  a  la  ambigüedad de  la  pregunta. Pero ¿crees acaso que  la  culpabilidad  es  el  infierno?  Si  lo  creyeses, verías  de  inmediato  cuán directo y simple  es el  texto,  y no necesitarías  un libro de  ejercicios  en absoluto.  Nadie  necesita  practicar para  obtener  lo que  ya  es  suyo. 

3. Hemos  dicho  ya  que  tu  santidad es  la  salvación del  mundo. ¿Y  qué  hay de  tu propia  salvación? No puedes  dar lo  que  no tienes. Un salvador  tiene  que  haberse  salvado. ¿De  qué  otro modo, si  no, podría  enseñar lo  que  es  la  salvación?  Los  ejercicios  de  hoy van dirigidos  a  ti, en  reconocimiento de que  tu salvación  es  crucial  para  la  salvación del  mundo.  A  medida  que  apliques  los  ejercicios  a  tu mundo,  el  mundo  entero se  beneficiará. 

4.  Tu santidad  es  la  respuesta  a  toda  pregunta  que  jamás  se  haya  hecho,  se  esté  haciendo ahora  o se haga  en el  futuro.  Tu  santidad  significa  el  fin  de  la  culpabilidad  y, por ende, el  fin del  infierno.  Tu santidad es  la  salvación  del  mundo,  así  como la  tuya.  ¿Cómo podrías  tú  -a  quien  le  pertenece  tu santidad- ser excluido de  ella?  Dios  no conoce  lo  profano. ¿Sería  posible  que  Él  no conociese  a  Su Hijo? 

5. Se  te  exhorta  a  que  dediques  cinco  minutos  completos  a  cada  una  de  las  cuatro  sesiones  de práctica  más  largas  de  hoy, y a  que  esas  sesiones  sean más  frecuentes  y de  mayor duración. Si quieres  exceder  los  requisitos  mínimos, se  recomienda  que  lleves  a  cabo  más  sesiones  en vez  de sesiones  más  largas,  aunque  sugerimos  ambas  cosas. 

6. Empieza  las  sesiones  de  práctica  como  de  costumbre,  repitiendo la  idea  de  hoy para  tus  adentros. Luego,  con los  ojos  cerrados,  explora  tu  mente  en busca  de  pensamientos  que  no sean amorosos  en cualquiera de las formas en que puedan presentarse: desasosiego, depresión, ira, miedo, preocupación, ataque, inseguridad, etc. No importa en qué forma se presenten, no son amorosos, y, por lo tanto, son temibles. De ellos, pues, es de los que necesitas salvarte. 

7. Todas las situaciones, personalidades o acontecimientos específicos que asocies con pensamientos no amorosos de cualquier clase constituyen sujetos apropiados para los ejercicios de hoy. Es imperativo para tu salvación que los veas de otra manera. Impartirles tu bendición es lo que te salvará y lo que te dará la visión. 

8. Lentamente, sin hacer una selección consciente y sin poner un énfasis indebido en ninguno en particular, escudriña tu mente en busca de todos aquellos pensamientos que se interponen entre tu salvación y tú. Aplica la idea de hoy a cada uno de ellos de esta manera: Mis pensamientos no amorosos acerca de _______ me mantienen en el infierno. Mi santidad es mi salvación. 

9. Quizá estas sesiones de práctica te resulten más fáciles si las intercalas con varias sesiones cortas en las que simplemente repites muy despacio la idea de hoy varias veces en silencio. Te puede resultar útil asimismo incluir unos cuantos intervalos cortos en los que sencillamente te relajas y no pareces estar pensando en nada. Mantener la concentración es muy difícil al principio. Sin embargo, se irá haciendo cada vez más fácil a medida que tu mente se vuelva más disciplinada y menos propensa a distraerse. 

10. Entretanto, debes sentirte en libertad de introducir variedad en las sesiones de práctica en cualquier forma que te atraiga hacerlo. Mas no debes cambiar la idea en sí al variar el método de aplicación. Sea cual sea la forma en que elijas usarla, la idea debe expresarse de tal manera que su significado sea el hecho de que tu santidad es tu salvación. Finaliza cada sesión de práctica repitiendo una vez más la idea en su forma original y añadiendo: Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su opuesto? 

11. En las aplicaciones más cortas, que deben llevarse a cabo unas tres o cuatro veces por hora o incluso más si es posible, puedes hacerte a ti mismo esa pregunta o repetir la idea de hoy, pero preferiblemente ambas cosas. Si te asaltan tentaciones, una variación especialmente útil de la idea es: Mi santidad es mi salvación de esto. 


~Lección 39 UCDM:
''Mi santidad es mi salvación''.

*Comentario:

En las lecciones anteriores ya dijimos que tu voz del Espíritu debe hacerse fuerte para qué seas capaz de escucharla la mayor parte del tiempo antes que al ego.
Tú santidad es tu salvación y para ello la voz del Espíritu Santo es tu guía por eso debe hacerse fuerte.
No te imaginas los muchos cambios que pueden pasar en tu vida solo con que tomes conciencia de elegir al maestro adecuado, elegir a la mente recta y no a la mente errada.

Si cada vez que ves a un hermano, identificarse con el ego y no reaccionaras con más ego, tu santidad sería tu salvación.
Si cada vez que hay tráfico, en vez de estresarte, disfrutaras del momento y soltaras los pensamientos de debo de llegar a tal hora a tal sitio, y escucharas una bonita canción en la radio, podrías ver tu santidad en esa situación.
Si cuando tu trabajo te deprime, estresa, o te produce ansiedad, si supieras que todo eso lo creó tu campo de consciencia, y estás ahí por una buena razón, con la que aprenderemos cosas nuevas de nosotros mismos, seríamos capaces de ver la santidad en esa situación y salvarnos de la ilusión.

El Espíritu Santo es el mediador entre las interpretaciones del ego y el conocimiento del espíritu.
Su capacidad para utilizar símbolos le permite actuar con las creencias del ego en el propio lenguaje de éste. Su capacidad para mirar más allá de los símbolos hacia la eternidad le permite entender las
leyes de Dios, en nombre de las cuales habla. Puede, por consiguiente, llevar a cabo la función de reinterpretar lo que el ego forja, no mediante la destrucción, sino mediante el entendimiento. El entendimiento es luz, y la luz conduce al conocimiento. El Espíritu Santo se encuentra en la luz porque Él está en ti que eres luz, pero tú desconoces esto. La tarea del Espíritu Santo consiste, pues,
en reinterpretarte a ti en nombre de Dios.
- T5.III.7.

Hoy practicaremos con todos aquellos pensamientos negativos, reconociendo que nuestra santidad puede reinterpretar lo que el ego ha hecho, y así cambiar el estado de conciencia del ''infierno'', por el estado del Reino de los Cielos.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 38. No hay nada que mi santidad no pueda hacer


*Lección 38. No hay nada que mi santidad no pueda hacer*

1. Tu santidad invierte todas las leyes del mundo. Está más allá de cualquier restricción de tiempo, espacio, distancia, así como de cualquier clase de límite. El poder de tu santidad es ilimitado porque te establece a ti como Hijo de Dios, en unión con la Mente de su Creador. 

2. Mediante tu santidad el poder de Dios se pone de manifiesto. Mediante tu santidad el poder de Dios se vuelve accesible. Y no hay nada que el poder de Dios no pueda hacer. Tu santidad, por lo tanto, puede eliminar todo dolor, acabar con todo pesar y resolver todo problema. Puede hacer eso en conexión contigo o con cualquier otra persona. Tiene el mismo poder para ayudar a cualquiera porque su poder para salvar a cualquiera es el mismo. 

3. Si tú eres santo, también lo es todo lo que Dios creó. Tú eres santo porque todas las cosas que Él creó son santas. Y todas las cosas que Él creó son santas porque tú eres santo. En los ejercicios de hoy vamos a aplicar el poder de tu santidad a cualquier clase de problema, dificultad o sufrimiento que te venga a la mente tanto si tiene que ver contigo como con otro. No haremos distinciones porque no hay distinciones. 

4. En las cuatro sesiones de práctica más largas, que preferiblemente han de tener una duración de cinco minutos completos cada una, repite la idea de hoy, cierra los ojos, y luego escudriña tu mente en busca de cualquier sensación de pérdida o de cualquier clase de infelicidad tal como la percibas. Trata, en la medida de lo posible, de no hacer distinciones entre las situaciones que son difíciles para ti y las que son difíciles para otro. Identifica la situación específicamente, así como el nombre de la persona en cuestión. Usa el siguiente modelo al aplicar la idea de hoy: En esta situación con respecto a _______ en la que me veo envuelto, no hay nada que mi santidad no pueda hacer. En esta situación con respecto a _______ en la que _______ se ve envuelto, no hay nada que mi santidad no pueda hacer. 

5. De vez en cuando puedes variar este procedimiento si así lo deseas y añadir algunos de tus propios pensamientos que vengan al caso. Podrías, por ejemplo, incluir pensamientos tales como: No hay nada que mi santidad no pueda hacer porque el poder de Dios reside en ella. Introduce cualquier variación que quieras, pero mantén los ejercicios centrados en el tema: "No hay nada que mi santidad no pueda hacer". El propósito de los ejercicios de hoy es comenzar a inculcarte la sensación de que tienes dominio sobre todas las cosas por ser quien eres. 

6. En las aplicaciones cortas y más frecuentes, aplica la idea en su forma original, a no ser que surja o te venga a la mente algún problema en particular que tenga que ver contigo o con otra persona. En ese caso, usa la forma más específica. 


~Lección 38 UCDM:
''No hay nada que mi santidad no pueda hacer''.

*Comentario:

Esta lección amplía las dos anteriores. Hoy se nos dice claramente que tu santidad puede acabar con todo sufrimiento, dolor, culpa, miedos, precisamente porque vivimos en nuestro mundo interior donde nuestros pensamientos son los que determinan nuestra experiencia de vida. El manual de texto nos dice:

Demos comienzo a nuestro proceso de re-despertar con unos cuantos conceptos simples: 
1. Los pensamientos se expanden cuando se comparten.
2. Cuantos más creen en ellos, más poderosos se tornan. 
3. Todo es una idea. 
4. ¿Cómo, entonces, puede asociarse dar con perder?
- UCDM T5.I.2.

En este breve párrafo ya nos da la idea de hoy con claridad, ya que si nuestros pensamientos se expanden cuando se comparten, si lo hacemos con la mente errada, viviremos en un mundo hostil, de culpa, miedo, dolor y sacrificio, sin embargo, si fortalecemos la voz del Espíritu Santo, veremos poco a poco con claridad, y viviremos en la mente recta y por ende, solo veremos el amor en todas las acciones.
Cuantos más creen en un tipo de pensamiento, más poder tiene, esta es la razón por la cual hay guerras, engaños y toda clase de circunstancias en la sociedad externa, y por la que percibimos que el mundo de fuera nos ataca, cuantas más personas validan en sus sistemas de pensamiento, problemas, guerras, hambre en el mundo, etcétera, la co-creación de nuestros pensamientos lo hará real, y así no habrá paz. La solución de esto pasa por elevar la conciencia global, por ayudar a despertar la conciencia de la mayoría de nosotros, para que así, las ideas de las mentes de todos los Hermanos, sean ideas de Amor, dicha y bondad.

La manera de reconocer a tu hermano es reconociendo al Espíritu Santo en él. Ya que el Espíritu Santo es el puente para la transferencia de la percepción al conocimiento.
- T5.III.1:1-2.

Siempre que tu Hermano se identifique con el ego, no reacciones ante él, muestrale amor, pues lo está pidiendo, toda identificación con el ego es una llamada al amor porqué quiere alcanzar la paz, pero está eligiendo la mente errada sin darse cuenta.

Existen dos formas diametralmente opuestas de ver a tu hermano. Ambas tienen que encontrarse en tu mente porque tú eres el perceptor. Tienen que encontrarse también en la suya, puesto que lo estás percibiendo a él. Mira a tu hermano a través del Espíritu Santo en su mente, y reconocerás al Espíritu Santo en la tuya. Lo que reconoces en tu hermano lo reconoces en ti; y lo que compartes, lo refuerzas.
- T5.III.3.

Si no hay nada que tu santidad no pueda hacer, elige ver a tu Hermano desde el Amor, no desde el ataque, sueña con la bondad que hay en su interior, no con las ilusiones que se ha creado, así reconocerá en ti que hay otra forma de ver lo que está viendo en su mente, pues es la tuya. Tu Hermano y sus ataques son espejos de una misma conciencia.

La Voz del Espíritu Santo en ti es débil. Por eso es por lo que debes compartirla. Tiene que hacerse más fuerte antes de que puedas oírla. Es imposible que la oigas dentro de ti mientras siga siendo tan débil en tu mente. No es que de por sí sea débil, sino que está limitada por tu renuencia a oírla. Si cometes el error de buscar al Espíritu Santo únicamente en ti, tus pensamientos te asustarán, ya que al adoptar el punto de vista del ego, estarás emprendiendo un viaje que le es ajeno al ego utilizándolo a él de guía. Esto no puede sino producir miedo.
- T5.III.4.

Cuando la voz del Espíritu Santo sea más audible para ti que la voz de tu ego, no habrá nada que no puedas hacer, lograrás identificar al ego en cada uno de tus pensamientos y lo enviarás a la Expiación, pues sabrás que son ilusiones. El Curso asimismo te dice que veas el Espíritu Santo en cada uno de tus Hermanos, como nos decían las lecciones anteriores, "mi santidad lo envuelve todo lo que veo y mi santidad bendice al mundo". Lo mejor que podemos hacer por la conciencia global, es estar en paz con nosotros mismos y así empezaremos a darnos cuenta de que no hay grados de dificultad en los Milagros, y que no hay nada que nuestra santidad, a través de nuestros pensamientos, pueda hacer.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 37. Mi santidad bendice al mundo


*Lección 37. Mi santidad bendice al mundo*

1. Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, o en otras palabras, la razón por la que estás aquí. Tu propósito es ver el mundo a través de tu propia santidad. De este modo, tú y el mundo sois bendecidos juntos. Nadie pierde; a nadie se le despoja de nada; todo el mundo se beneficia a través de tu santa visión. Tu santa visión significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su justo merecido. Y él tiene derecho a todo, ya que ése es su sagrado derecho como Hijo de Dios. 

2. No hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacrificio del pensamiento del mundo. Cualquier otra manera de ver inevitablemente exige el que algo o alguien pague. Como resultado de ello, el que percibe sale perdiendo. Y no tiene ni idea de por qué está perdiendo. Su plenitud, sin embargo, le es restaurada a su conciencia a través de tu visión. Tu santidad le bendice al no exigir nada de él. Los que se consideran a sí mismos completos no exigen nada. 

3. Tu santidad es la salvación del mundo. Te permite enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo. 

4. Hoy debes dar comienzo a las cuatro sesiones de práctica más largas -las cuales han de tener una duración de tres a cinco minutos cada una- repitiendo la idea de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto más o menos en el que debes mirar a tu alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que veas: Mi santidad bendice esta silla. Mi santidad bendice esa ventana. Mi santidad bendice este cuerpo. Luego cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente, usando su nombre y diciendo: Mi santidad te bendice, [nombre]. 

5. Puedes continuar la sesión de práctica con los ojos cerrados, o bien abrirlos de nuevo y aplicar la idea a tu mundo exterior si así lo deseas; puedes alternar entre aplicar la idea a cualquier cosa que veas a tu alrededor o a aquellas personas que aparezcan en tus pensamientos, o bien puedes usar cualquier combinación que prefieras de estas dos clases de aplicación. La sesión de práctica debe concluir con una repetición de la idea con los ojos cerrados, seguida inmediatamente por otra repetición con los ojos abiertos. 

6. Los ejercicios más cortos consisten en repetir la idea tan a menudo como puedas. Resulta particularmente útil aplicarla en silencio a todas las personas con las que te encuentres, usando su nombre al hacerlo. Es esencial que uses la idea si alguien parece causar una reacción adversa en ti. Ofrécele la bendición de tu santidad de inmediato, para que así puedas aprender a conservarla en tu conciencia. 


~Lección 37 UCDM:
''Mi santidad bendice al mundo''.

*Comentario:

Mi santidad es lo mismo que mi inocencia. La idea más clara de todo el Curso y la más reveladora, es estar dispuesto a ver la inocencia de tú Hermano. ¿Qué significa esto? Que cuando vemos el continuo ataque, cuando nos disgustamos, nunca nos ponemos en la piel del otro, nunca pensamos que esa persona está identificada con el ego, y por lo tanto, lo hace mejor que sabe con su nivel de conciencia.

Sabemos que solo existen dos emociones básicas de las que derivan todas las demás: El miedo y el amor. Miedo es lo que surge cuando cerramos nuestra consciencia al Amor. No es nada sino la ausencia ilusoria del Amor, “ilusoria” porque el Amor nunca está ausente. El Amor es lo único que existe. Como el sol físico, el Amor siempre está brillando. A veces decimos: “Hoy no ha salido el sol”. Por supuesto que el sol ha salido, pero hay una interferencia: las nubes, algo que se pone delante y que nos impide ver el sol. Entonces vemos la oscuridad, que no es sino la ausencia de luz. La oscuridad no es nada en sí misma. Cuando se quita la interferencia, la luz está ahí, como siempre ha estado. 

Mi santidad bendice al mundo, significa que puedes ver el amor y la inocencia en cada acto, en cada gesto de la persona que tienes delante, significa también, que puedes cambiar la percepción errónea de identificarte con el maestro equivocado y ver con los ojos del Espíritu Santo.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.