jueves, 28 de febrero de 2019

Lección 71. Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito


*Lección 71. Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito*

1. Tal vez aún no te hayas percatado de que el ego ha urdido un plan para la salvación que se opone al de Dios. Ése es el plan en el que crees. Dado que es lo opuesto al de Dios, crees también que aceptar el plan de Dios en lugar del del ego es condenarte. Esto, desde luego, parece absurdo. Sin embargo, una vez que hayamos examinado en qué consiste el plan del ego, quizá te des cuenta de que, por muy absurdo que parezca, es ciertamente lo que crees.

2. El plan del ego para la salvación se basa en abrigar resentimientos. Mantiene que, si tal persona actuara o hablara de otra manera, o si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarías. De este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente como algo externo a ti. Cada resentimiento que abrigas es una declaración y una aseveración en la que crees, que reza así: "Si esto fuese diferente, yo me salvaría". El cambio de mentalidad necesario para la salvación, por lo tanto, se lo exiges a todo el mundo y a todas las cosas excepto a ti mismo.

3. El papel de tu mente en este plan consiste, pues, en determinar qué es lo que tiene que cambiar -a excepción de ella misma- para que tú te puedas salvar. De acuerdo con este plan demente, cualquier cosa que se perciba como una fuente de salvación es aceptable, siempre y cuando no sea eficaz. Esto garantiza que la infructuosa búsqueda continúe, pues se mantiene viva la ilusión de que, si bien esta posibilidad siempre ha fallado, aún hay motivo para pensar que podemos hallar lo que buscamos en otra parte y en otras cosas. Puede que otra persona nos resulte mejor; otra situación tal vez nos brinde el éxito.

4. Tal es el plan del ego para tu salvación. Seguramente habrás notado que está completamente de acuerdo con la doctrina básica del ego que reza: "Busca, pero no halles". Pues, ¿qué mejor garantía puede haber de que no hallarás la salvación que canalizar todos tus esfuerzos buscándola donde no está?

5. El plan de Dios para la salvación es eficaz sencillamente porque bajo Su dirección, buscas la salvación allí donde ésta se encuentra. Pero si has de tener éxito, como Dios promete que lo has de tener, tienes que estar dispuesto a buscarla sólo allí. De lo contrario, tu propósito estará dividido e intentarás seguir dos planes de salvación que son diametralmente opuestos en todo. El resultado no podrá ser otro que confusión, infelicidad, así como una profunda sensación de fracaso y desesperación.

6. ¿Cómo puedes librarte de todo esto? Muy fácilmente. La idea de hoy es la respuesta. Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito. En esto no puede haber realmente ningún conflicto porque no existe ninguna alternativa al plan de Dios que te pueda salvar. El Suyo es el único plan cuyo desenlace es indudable. El Suyo es el único plan que tendrá éxito.

7. Que nuestra práctica de hoy consista en reconocer esta certeza. Y regocijémonos de que haya una respuesta para lo que parece ser un conflicto sin solución. Para Dios todo es posible. Alcanzarás la salvación por razón de Su plan, el cual no puede fallar.

8. Comienza hoy tus dos sesiones de práctica más largas pensando en la idea de hoy y observando que consta de dos partes, las cuales contribuyen en igual medida al todo. El plan de Dios para tu salvación tendrá éxito, pero otros planes no. No permitas que la segunda parte te cause depresión o enfado, pues esa parte es inherente a la primera. Y la primera te releva totalmente de todos tus intentos descabellados y de todos tus planes dementes para liberarte a ti mismo. Todos ellos te han llevado a la depresión y a la ira, pero el plan de Dios triunfará. Su plan te conducirá a la liberación y a la dicha.

9. Teniendo esto presente, dediquemos el resto de las sesiones de práctica más largas a pedirle a Dios que nos revele Su plan. Preguntémosle muy concretamente: ¿Qué quieres que haga? ¿Adónde quieres que vaya? ¿Qué quieres que diga y a quién? Deja que Él se haga cargo del resto de la sesión de práctica y que te indique qué es lo que tienes que hacer en Su plan para tu salvación. Él responderá en la misma medida en que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta.

10. Durante las sesiones de práctica cortas repite con frecuencia que el plan de Dios para tu salvación, y solamente el Suyo, tendrá éxito. Mantente alerta hoy para no caer en la tentación de abrigar resentimientos, y responde a esas tentaciones con esta variación de la idea de hoy: Abrigar resentimientos es lo opuesto al plan de Dios para la salvación. Y únicamente Su plan tendrá éxito. Trata de recordar la idea de hoy unas seis o siete veces por hora. No puede haber mejor manera de pasar medio minuto, o menos, que recordando la Fuente de tu salvación y viéndola allí donde se encuentra.


~Lección 71 UCDM:
''Solo el plan de Dios para la salvación tendra éxito''.


*Comentario:


Hoy en nuestro grupo de debate de whats app nos preguntaban, ¿Qué es el plan de Dios para la salvación? La respuesta corta sería, toda reacción que no es el del ego, todo pensamiento de la mente de Dios, no a lo que estamos acostumbrados a hacer, planificar, pensar con la mente errada.

El plan del ego para la salvación, se basa en la siguiente afirmación: ''busca pero no halles''... esto extrapolado a nuestro día a día, se puede transformar en múltiples formas: ''seré feliz cuando encuentre otro trabajo'', ''seré feliz cuando encuentre otra pareja'', ''seré feliz cuando tenga tiempo libre para hacer lo que me gusta'', ''seré feliz cuando''... y así sucesivamente, ¿os suena? Ese es el plan del ego para la salvación, tenerte siempre en una continúa busqueda externa para sacarte de lo que verdad importa, estar presente y agradecer todas las cosas que tienes ahora. Fíjate en una cosa, el ego siempre dice ''seré feliz cuando''... con lo cuál ese ''seré'', tiempo verbal en futuro, te saca del instante presente.

Solo puedes saber que es el plan de Dios para la salvación en el ahora, porqué el ahora es el momento donde la mente creativa se conecta a la fuente. La mente receptiva es del ego, y se basa en experiencias pasadas para sentirse atacada y reaccionar, porqué se ha sentido atacada.
Por otro lado, conectarse a la fuente, a la mente de Dios, es tu plan de Dios para la salvación. Un plan donde no hay juicios, ni expectativas, donde no tienes que hacer constantemente cosas para que te reconozcan, para tener más posesiones que nadie para tener cierto estatus, ni nada parecido... en este plan solo te pide una cosa: SER. Cuando eres, estás en el presente, cuando eres se eliminan las expectativas y aparece ese guía interno que te dirige hacía lo que de verdad importa, ¿lo has experimentado alguna vez? Los humanos lo llamamos casualidades, pero no existen las casualidades, sino las ''causalidades''.

Sepamos verlo o no, este mundo está dirigido por una inteligencia superior a todo pensamiento humano, una inteligencia que sabe lo que es mejor para nosotros, porque sinceramente, nosotros no sabemos lo que es mejor para nosotros porque no somos capaces de ver con la mente de Dios.

Jesús de Nazaret decía:
''Perdonalos Padre, que no saben lo que hacen''.
Por eso estamos haciendo este Curso, por eso has llegado aquí, sabes que hay algo superior detrás de todo lo que has sufrido, sabes que hay otro camino, y estás decidiendo de nuevo.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Lección 70. Mi salvación procede de mí


*Lección 70. Mi salvación procede de mí*

1. Toda tentación no es más que una variante de la tentación básica de no creer la idea de hoy. La salvación parece proceder de cualquier parte excepto de ti. Lo mismo se puede decir del origen de la culpabilidad. Tú no crees que la culpabilidad y la salvación estén en tu mente y sólo en tu mente. Cuando te des cuenta de que la culpabilidad es sólo una invención de la mente, te darás cuenta también de que la culpabilidad y la salvación tienen que encontrarse en el mismo lugar. Al entender esto te salvas.

2. El aparente costo de aceptar la idea de hoy es el siguiente: significa que nada externo a ti puede salvarte ni nada externo a ti puede brindarte paz. Significa también que nada externo a ti te puede hacer daño, perturbar tu paz o disgustarte en modo alguno. La idea de hoy te pone a cargo del universo, donde te corresponde estar por razón de lo que eres. No es éste un papel que se pueda aceptar parcialmente. Y seguramente habrás comenzado a darte cuenta de que aceptarlo es la salvación.

3. Es probable, no obstante, que aún no esté claro para ti por qué razón reconocer que la culpabilidad está en tu propia mente conlleva asimismo darte cuenta de que la salvación está allí también. Dios no habría puesto el remedio para la enfermedad donde no te pudiese servir de nada. Así es como funciona tu mente, pero no la Suya. Él quiere que sanes, y por eso mantiene la Fuente de la curación allí donde hay necesidad de curación.

4. Tú has tratado de hacer justamente lo contrario, intentando por todos los medios, no importa cuán distorsionados o extravagantes, separar la curación de la enfermedad a la que estaba destinada, conservando de este modo la enfermedad. Tu propósito ha sido asegurarte de que la curación no tuviese lugar. El propósito de Dios ha sido asegurarse de que sí tuviese lugar.

5. Nuestra práctica de hoy consiste en darnos cuenta de que la Voluntad de Dios y la nuestra coinciden completamente en esto. Dios quiere que sanemos, y nosotros no queremos realmente estar enfermos, pues eso no nos hace felices. Al aceptar la idea de hoy, por lo tanto, estamos en realidad de acuerdo con Dios. Él no quiere que estemos enfermos. Nosotros tampoco. Él quiere que nos curemos. Nosotros también.

6. Hoy estamos listos para dos sesiones de práctica largas, cada una de las cuales debe tener una duración de diez a quince minutos. Dejaremos, no obstante, que seas tú quien decida cuándo llevarlas a cabo. Seguiremos esta norma en varias de las lecciones sucesivas, por lo que una vez más sería mejor que decidieses de antemano la mejor hora para llevar a cabo cada una de las sesiones de práctica y que luego te adhirieses lo más fielmente posible al horario establecido.

7. Empieza estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy, añadiendo una afirmación en la que se vea expresado tu reconocimiento de que la salvación no procede de nada externo a ti. Podrías, por ejemplo, decir lo siguiente: Mi salvación procede de mí. No puede proceder de ninguna otra parte. Dedica después varios minutos, con los ojos cerrados, a revisar algunas de las fuentes externas en las que en el pasado buscaste la salvación: en otra gente, en posesiones, en diversas situaciones y acontecimientos, y en conceptos de ti mismo que intentaste convertir en realidad. Reconoce que la salvación no se encuentra en nada de eso, y dite a ti mismo: Mi salvación no puede proceder de ninguna de esas cosas. Mi salvación procede de mí, y sólo de mí.

8. Trataremos ahora nuevamente de llegar a la luz en ti, que es donde realmente se encuentra tu salvación. No puedes encontrarla en las nubes que rodean la luz, y es ahí donde la has estado buscando. No está ahí. Está más allá de las nubes, en la luz que se encuentra tras ellas. Recuerda que tienes que atravesar las nubes antes de poder llegar a la luz. Pero recuerda también que jamás encontraste nada que fuese duradero o que realmente quisieras en los tapices de nubes que te imaginabas.

9. Puesto que todas las ilusiones de salvación te han fallado, seguramente no querrás quedarte en las nubes buscando en vano ídolos falsos, cuando te sería tan fácil llegar hasta la luz de la verdadera salvación. Trata de ir más allá de las nubes utilizando cualquier medio que te atraiga. Si te resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando. Y te aseguro que esto no será una vana fantasía.

10. Para las sesiones de práctica cortas y frecuentes de hoy, recuérdate a ti mismo que la salvación procede de ti y que nada, salvo tus propios pensamientos, puede impedir tu progreso. Estás libre de toda interferencia externa. Estás a cargo de tu salvación. Estás a cargo de la salvación del mundo. Di, entonces: Mi salvación procede de mí. No hay nada externo a mí que me pueda detener. En mí se encuentra la salvación del mundo y la mía propia.


~Lección 70 UCDM:
''Mi salvación procede de mí''.

*Comentario:

Una vez más entramos en una lección estupenda para explicar que el Reino de los Cielos está dentro de ti.

Sabemos que la Biblia se ha malinterpretado para producir miedo, culpa y juicios en la sociedad. La religión (palabra que viene del latin «religare» y que significa volver a unir), que debería unir, hace todo lo contrario, producir un estado mental de separación. Todo ello se debe al continuo locus de control externo, a buscar la salvación fuera de nosotros mismos, porque nos han enseñado que el Dios que te debe salvar procede del exterior y que es un ser todopoderoso separado de ti. El Curso nos enseña todo lo contrario, que somos Hijos de Dios, semillas de luz de un único Padre que es la creación y que habita dentro de nosotros. 

Todos tenemos ese Cristo dentro de nosotros, pero es como una canción olvidada... una canción que escuchamos hace mucho tiempo, que recordamos la letra vagamente pero cuando recordamos algunas palabras de la canción sentimos mucho amor y comunión con Dios, que está dentro de nosotros y del que procede nuestra salvación.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 69. Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí


*Lección 69. Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí*

1. Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan. Debido a que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo el mundo se halla inmerso en la obscuridad, y tú junto con ellos. Pero a medida que el velo de tus resentimientos se descorre, tú te liberas junto con ellos. Comparte tu salvación con aquel que se encontraba a tu lado cuando estabas en el infierno. Él es tu hermano en la luz del mundo que os salva a ambos.

2. Intentemos hoy nuevamente llegar a la luz en ti. Antes de emprender esto en nuestra sesión de práctica más larga, dediquemos varios minutos a reflexionar sobre lo que estamos tratando de hacer. Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo. Estamos tratando de ver más allá del velo de tinieblas que la mantiene oculta. Estamos tratando de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del sol.

3. Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa. La salvación es nuestra única necesidad. No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta. Pongamos fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen.

4. Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. Piensa en tu mente como si fuera un círculo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del círculo y a gran distancia de él.

5. Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las nubes hay una luz brillante. Las nubes parecen ser la única realidad. Parece como si fueran lo único que se puede ver. Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única manera de convencerte realmente de su insubstancialidad. Eso es lo que vamos a intentar hoy.

6. Después que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. Resuélvete a atravesar las nubes. Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. Apártalas con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas. Sigue adelante; las nubes no te pueden detener.

7. Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como si estuvieses siendo elevado y transportado hacia adelante. Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la luz. Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. No puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya.

8. Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha contestado. Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás. Trata de tener presente esta certeza, según intentas atravesar las nubes en dirección a la luz. Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito. Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.

9. En las sesiones de práctica más cortas, que te conviene llevar a cabo tan a menudo como sea posible en vista de la importancia que la idea de hoy tiene para ti así como para tu felicidad, recuérdate a ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. Recuérdate también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla. Di entonces: Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí. No puedo ver lo que he ocultado. Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado. Asegúrate asimismo de decir para tus adentros: Si abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para mí, si sientes hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra alguien.


~Lección 69 UCDM:
''Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí''.

*Comentario:

Cada que te enfadas, te disgustas, o abrigas resentimientos, es porqué estás pensando con la mente egoíca, lo que hace que tu mente esté dividida. Seamos claros, cada vez que te enfadas estás dando poder al maestro equivocado: el miedo. Entonces toda tu visión se nubla y tu luz interna se oculta dentro de tu ser, apagando tu divinidad, tu mente creativa.

El mundo de las ilusiones lo has inventado tú mismo a través de tus aprendizajes en el mundo de las leyes humanas y de la razón. Párate a pensar durante un instante, fíjate que todo lo que tienes alrededor han sido ideas de otros: una silla, una mesa, los utensilios de cocina... el sistema de pensamiento es igual para todas esas ideas que han sido creadas, como para tus interpretaciones, con esto quiero decir, que lo que creas siempre es la verdad para ti. Se necesita mucha humildad para reconocer que todo lo que hemos aprendido, son solo ideas, creencias que en su mayoría nos limitan. 

El libro ''La libertad primera y última'' de Krishnamurti, nos habla justamente de esto, cuanto más vacíos estemos de dogmas establecidos, creencias limitantes heredadas por otros que pensaban con el sistema de pensamiento egoico, más cerca estaremos de alcanzar la paz absoluta por un lado, y de echar continuamente las culpas fuera constantemente y responsabilizarnos de nuestras emociones. 

Estar resentido con el mundo, por lo tanto, es victimizar, entrar en el neuroticismo y ampliar el locus de control externo, del que no tenemos control de nada. Cuanto más tiempo estemos en la luz, más en paz viviremos, y de la misma forma que aprendimos a estar en guardia para reaccionar ante el ego, siempre podemos decidir de nuevo, estar alerta y aprender a no abrigar resentimientos para estar en la luz.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 68. El amor no abriga resentimientos


*Lección 68. El amor no abriga resentimientos*

1. Tú, que fuiste creado por el Amor a semejanza de Sí Mismo, no puedes abrigar resentimientos y conocer tu Ser. Abrigar resentimientos es olvidarte de quien eres. Abrigar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo. Abrigar resentimientos es permitir que el ego gobierne tu mente y condenar el cuerpo a morir. Quizá aún no hayas comprendido del todo lo que abrigar resentimientos le ocasiona a tu mente. Te hace sentir como si estuvieses enajenado de tu Fuente y fueses diferente de Él. Te hace creer que Él es como aquello en lo que tú piensas que te has convertido, pues nadie puede concebir que su Creador sea diferente de sí mismo.

2. Escindido de tu Ser, el Cual sigue consciente de Su semejanza con Su Creador, tu Ser parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras duerme, parece estar despierta. ¿Podría ser todo esto el resultado de abrigar resentimientos? ¡Desde luego que sí! Pues aquel que abriga resentimientos niega haber sido creado por el Amor, y en su sueño de odio, su Creador se ha vuelto algo temible. ¿Quién podría tener sueños de odio y no temer a Dios?

3. Es tan cierto que aquellos que abrigan resentimientos forjarán una nueva definición de Dios de acuerdo con su propia imagen, como que Dios los creó a Semejanza de Sí Mismo y los definió como parte de Él. Es tan cierto que aquellos que abrigan resentimientos sentirán culpabilidad, como que los que perdonan hallarán la paz. Y es igualmente cierto que aquellos que abrigan resentimientos se olvidarán de quienes son, como que los que perdonan lo recordarán.

4. ¿No estarías dispuesto a abandonar tus resentimientos si creyeras que todo esto es cierto? Tal vez crees que no puedes desprenderte de tus resentimientos. Esto, sin embargo, no es sino una cuestión de motivación. Hoy trataremos de ver cómo te sentirías sin ellos. Si lo logras, aunque sea brevemente, jamás volverás a tener problemas de motivación.

5. Comienza la sesión de práctica más larga de hoy escudriñando tu mente en busca de aquellas personas que son objeto de lo que según tú son tus mayores resentimientos. Algunas de ellas serán muy fáciles de identificar. Piensa luego en los resentimientos aparentemente insignificantes que abrigas en contra de aquellas personas a quienes aprecias e incluso crees amar. Muy pronto te darás cuenta de que no hay nadie contra quien no abrigues alguna clase de resentimiento. Esto te ha dejado solo en medio de todo el universo tal como te percibes a ti mismo.

6. Resuélvete ahora a ver a todas esas personas como amigos. Diles a todas ellas, pensando en cada una por separado: Te consideraré mi amigo, para poder recordar que eres parte de mí y así poder llegar a conocerme a mí mismo. Pasa el resto de la sesión tratando de imaginarte a ti mismo completamente en paz con todo el mundo y con todo, a salvo en un mundo que te protege y te ama, y al que tú, a tu vez, amas. Siente como la seguridad te rodea, te envuelve y te sustenta. Trata de creer, por muy brevemente que sea, que no hay nada que te pueda causar daño alguno. Al final de la sesión de práctica di para tus adentros: El amor no abriga resentimientos. Cuando me desprenda de mis resentimientos sabré que estoy perfectamente a salvo.

7. Las sesiones de práctica cortas deben incluir una rápida aplicación de la idea de hoy tal como se indica a continuación, la cual deberá hacerse siempre que surja un pensamiento de resentimiento contra alguien, tanto si esa persona está físicamente presente como si no: El amor no abriga resentimientos. No traicionaré a mi propio Ser. Además de eso, repite la idea varias veces por hora de la siguiente manera: El amor no abriga resentimientos. Quiero despertar a la verdad de mi Ser dejando a un lado todos mis resentimientos y despertando en Él.


~Lección 68 UCDM:
''El amor no abriga resentimientos''.

*Comentario:

Esta es una magnífica lección para explicar los dos tipos de amor.
Existe el amor de las leyes humanas, un amor en el cual amas a una persona, posesión u objeto porque esperas algo a cambio, un amor condicional en el que cuando las cosas no salen conforme a tus expectativas, se transforma en odio... de ahí la famosa frase absurda ''del amor al odio hay un paso''. ¿Cómo va a haber un paso de uno a otro si el AMOR es lo único que hay? El odio lo hemos inventado nosotros, ya que es un derivado del miedo.

Luego, si este amor no nos satisface, ¿por qué no aprendemos un amor que no abrigue resentimientos? Ese es sin duda el amor que no conocemos la mayoría de las personas, porqué es el amor de Dios. 

En las religiones, existe el mito absurdo, de que existe un infierno. Se nos dice que si no somos realmente buenos, iremos a un lugar donde pagaremos por nuestros pecados, lo que convierte a Dios en un ser a temer, que nos infunde miedo. Pero una vez más, esto lo hemos inventado nosotros con nuestras leyes humanas para vivir en el miedo.
¿De qué crees que te hizo Dios sino de sí mismo? Tú eres una parte de Dios. Entonces, ¿por qué iba él a echarse en un agujero y no amarse a sí mismo por haber hecho algo ''malo'' y que también es parte de la vida que él es? 
*Recuerda esto: el hombre ha creado imágenes de un Dios castigador para poder controlar a sus hermanos.* 

Las religiones fueron creadas para controlar a los pueblos y a las naciones cuando fallaban los ejércitos jugando con el miedo de la población, era la herramienta que los mantenía a raya. Si le robas la divinidad a cualquier hombre, si le arrebatas su Dios interno, entonces puedes gobernarlo y controlarlo fácilmente. 

Dios no ha creado un infierno o un demonio, éstas son espantosas invenciones del hombre para atormentar a sus hermanos. Fueron creados por el dogma religioso con el propósito de intimidar a las masas y crear una sociedad controlable. He aquí una gran verdad. Dios, el Padre, es todas las cosas, cada diminuto grano de arena en el mar, cada mariposa en la primavera, cada estrella grande o pequeña en la inmensidad de tus cielos. Todas las cosas son Dios. Entonces para él, tener un lugar como el infierno sería como tener un cáncer en su propio cuerpo, con lo cual no tiene sentido. 

Nada te separará del Reino de los cielos a excepción de tu sistema de pensamiento. Puesto que no hay nada más grande que Dios y la vida es imposible que exista un amor condicional o un infierno. Dios, el Padre, siempre te amará, porque su amor no abriga resentimientos y es cada dirección que tomas, cada pensamiento que abrazas.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 67. El Amor me creó a semejanza de sí mismo


*Lección 67. El Amor me creó a semejanza de sí mismo*

1. La idea de hoy es una afirmación exacta y cabal de lo que eres. Por eso es por lo que eres la luz del mundo. Por eso es por lo que Dios te designó como el salvador del mundo. Por eso es por lo que el Hijo de Dios apela a ti para su salvación. Él se salva por razón de lo que tú eres. Hoy haremos todo lo posible por llegar a esta verdad acerca de ti y por darnos cuenta plenamente, aunque sólo sea por un momento, de que es verdad.

2. Durante la sesión de práctica más larga pensaremos en tu realidad y en su naturaleza completamente inalterada e inalterable. Comenzaremos repitiendo esta verdad acerca de ti, y luego pasaremos unos minutos añadiendo algunos pensamientos afines, tales como: La Santidad me creó santo. La Bondad me creó bondadoso. La Asistencia me creó servicial. La Perfección me creó perfecto. Cualquier atributo que esté de acuerdo con la definición que Dios tiene de Sí Mismo es apropiado. Hoy estamos tratando de enmendar tu definición de Dios y de reemplazarla por la Suya. También estamos tratando de recalcar el hecho de que tú formas parte de Su definición de Sí Mismo.

3. Una vez que hayas reflexionado sobre varios de estos pensamientos afines a la idea de hoy, trata, durante un breve intervalo preparatorio, de vaciar tu mente de todo pensamiento y de ir más allá de todas las imágenes y conceptos que tienes de ti mismo hasta llegar a la verdad en ti. Si el Amor te creó a semejanza de Su Propio Ser, ese Ser tiene que estar en ti. Y tiene que estar en alguna parte de tu mente donde tú lo puedas encontrar.

4. Tal vez te resulte necesario repetir la idea de hoy de vez en cuando a fin de reemplazar aquellos pensamientos que te distraigan. Puede que también descubras que aun esto no es suficiente y que necesitas seguir añadiendo otros pensamientos relacionados con la verdad acerca de ti. Sin embargo, tal vez puedas superar todo eso y, valiéndote del intervalo en el que tu mente está libre de pensamientos, quizá puedas llegar a la conciencia de una luz resplandeciente en la cual te reconoces a ti mismo tal como el Amor te creó. Confía en que hoy harás mucho por acercarte a esa conciencia, tanto si sientes que has tenido éxito como si no.

5. Hoy te resultará especialmente beneficioso practicar la idea del día tan a menudo como puedas. Necesitas oír la verdad acerca de ti tan a menudo como sea posible, debido a que tu mente está tan ocupada con falsas imágenes de sí misma. Sería sumamente beneficioso que te recordaras, cuatro o cinco veces por hora, o incluso más si fuese posible, que el Amor te creó a semejanza de Sí Mismo. Oye en esto la verdad acerca de ti.

6. Trata de darte cuenta, durante las sesiones de práctica más cortas, de que no es tu diminuta y solitaria voz la que te dice esto. Se trata de la Voz de Dios, recordándote al Padre y a tu Ser. Se trata de la Voz de la verdad, substituyendo todo lo que el ego te dice acerca de ti mismo con la simple verdad acerca del Hijo de Dios. El Amor te creó a semejanza de Sí Mismo.


~Lección 67 UCDM:
''El amor me creó a semejanza de si mismo''.


*Comentario:


Esta es una lección que nos hace recordar a los niños. Cuando nacemos, somos puros seres de luz y amor, somos la semilla de la divinidad, vaciados completamente de creencias que no limitan.

¿Cuántas veces le hemos replicado a un niño pequeño que esto se debe hacer así o asá y el nos ha dicho por qué? Los niños no entienden el mundo de las leyes humanas y de la razón, lo único que hacen es estar en el presente, disfrutar y jugar. Se los ve plenos porque necesitan poco para ser felices, simplemente lo son, todo para ellos es un descubrimiento asombroso que les hace ver la inmensidad de la vida.

Los niños son los mejores maestros de este mundo, en ellos vemos la inocencia, el amor, la bondad... luego con el paso de los años, el sistema educativo, entorno familiar y social, las creencias limitantes y las leyes humanas que van aprendiendo, les hace estar igual de desconectados que los adultos. No sé a que edad se aprende el ego, imagino que depende de cada entorno y del niño,  sólo sabemos que tras descubrir lo que fuimos, todos deseamos volver, porque fuimos creados como puro amor incondicional.

La lección de hoy pues, es clave para revertir nuestro sistema de pensamiento y cambiar nuestras creencias. El Curso dice que muchos montamos guardia entorno a nuestro sistema de pensamiento porque queremos conservar nuestras creencias intactas, y aprender significa cambiar todo esto. Así que lo único que podemos hacer por los demás y por nosotros mismos, es abrir nuestra mente, ser receptivos al cambio, y volver a ser lo que fuimos.

Como dijo una vez Jiddu Krishnamurti:
''Podrás recorrer el mundo, pero tendrás que volver a ti''.

Así que regresemos a lo que una vez fuimos que es amor incondicional.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda: Arantxa Carrera - Matriz del Cambio

Lección 66. Mi función y mi felicidad son una


*Lección 66. Mi función y mi felicidad son una*

1. Seguramente habrás notado que en nuestras lecciones más recientes hemos hecho hincapié en la conexión que existe entre desempeñar tu función y alcanzar la felicidad. Esto ha sido así porque realmente tú no ves la conexión. Sin embargo, se trata de algo más que una simple conexión: son una misma cosa. La manera en que cada una se manifiesta es distinta, pero el contenido es exactamente el mismo.

2. El ego está batallando constantemente con el Espíritu Santo en torno a la cuestión fundamental de cuál es tu función. También batalla con Él constantemente con respecto a qué es tu felicidad. No es ésta una batalla que tenga dos contendientes. El ego ataca y el Espíritu Santo no responde. Él sabe cuál es tu función. Él sabe que es tu felicidad.

3. Hoy intentaremos ir más allá de esta batalla completamente absurda y arribar a la verdad con respecto a tu función. No nos vamos a enfrascar en argumentos fútiles con respecto a lo que es tu función. No vamos a tratar inútilmente de definir lo que es la felicidad ni de determinar los medios para alcanzarla. No vamos a gratificar al ego escuchando sus ataques contra la verdad. Sencillamente nos alegraremos de que podemos descubrir lo que ésta es.

4. El propósito de la sesión de práctica larga de hoy es que aceptes el hecho de que no sólo existe una conexión muy real entre la función que Dios te dio y tu felicidad, sino que ambas cosas son, de hecho, lo mismo. Dios te da únicamente felicidad. Por lo tanto, la función que Él te dio tiene que ser la felicidad, aunque parezca ser otra cosa. Los ejercicios de hoy son un intento de ir más allá de estas diferencias de aspecto y de reconocer un contenido común allí donde en verdad lo hay.

5. Comienza la sesión de práctica de diez o quince minutos reflexionando sobre estos pensamientos: Dios me da únicamente felicidad. Él me ha dado mi función. Por lo tanto, mi función tiene que ser la felicidad. Trata de ver la lógica en esta secuencia, incluso si aún no aceptas la conclusión. Únicamente si los dos primeros pensamientos son erróneos, podría ser falsa la conclusión. Reflexionemos, entonces, por un rato sobre estas premisas según practicamos.

6. La primera premisa es que Dios te da únicamente felicidad. Esto, desde luego, podría ser falso, pero para que fuese falso sería preciso definir a Dios como algo que Él no es. El Amor no puede dispensar maldad, y lo que no es felicidad es maldad. Dios no puede dar lo que no tiene, ni puede tener lo que Él no es. Si Dios no te diese únicamente felicidad, ciertamente sería malvado. Y ésa es la definición que crees acerca de Él si no aceptas la primera premisa.

7. La segunda premisa afirma que Dios te ha dado tu función. Hemos visto que tu mente sólo tiene dos partes. Una de ellas la gobierna el ego y se compone de ilusiones. La otra es la morada del Espíritu Santo, donde reside la verdad. Sólo puedes escoger entre estos dos guías, y los únicos resultados que pueden proceder de tu elección son el miedo que el ego siempre engendra o el amor que el Espíritu Santo siempre ofrece para reemplazarlo.

8. Así pues, o bien fue Dios Quien estableció tu función a través de Su Voz, o bien fue el ego, que tú inventaste para reemplazarlo a Él. ¿Cuál de estas posibilidades es verdad? A menos que hubiese sido Dios Quien te dio tu función, ésta sólo podría ser un regalo del ego. Mas ¿qué regalos puede dar el ego, cuando él mismo es una ilusión y lo único que puede ofrecer son regalos ilusorios?

9. Piensa en esto durante tu sesión de práctica más larga de hoy. Piensa asimismo en las múltiples formas que tu ilusoria función ha adoptado en tu mente, y en las muchas maneras por las que, guiado por el ego, trataste de encontrar la salvación. ¿La encontraste? ¿Te sentiste feliz? ¿Te brindaron paz? Hoy necesitamos ser muy honestos. Recuerda objetivamente los resultados que lograste y examina si en algún momento fue razonable pensar que podías encontrar felicidad en nada que el ego jamás propusiera. Con todo, la única alternativa para la Voz del Espíritu Santo es el ego.

10. Prestarás oídos a la locura, o bien oirás la verdad. Trata de hacer tu elección mientras reflexionas sobre las premisas en las que se basa nuestra conclusión. Podemos concurrir con esta conclusión, pero no con ninguna otra, toda vez que Dios Mismo concurre con nosotros al respecto. La idea de hoy es otro paso gigantesco hacia la percepción de lo que es lo mismo como lo mismo y de lo que es diferente como diferente. A un lado están las ilusiones. Al otro, la verdad. Tratemos hoy de darnos cuenta de que sólo la verdad es verdad.

11. Para las sesiones de práctica más cortas, que hoy te resultarán muy beneficiosas si las llevas a cabo dos veces por hora, sugerimos la siguiente forma de aplicación: Mi función y mi felicidad son una porque Dios me dio las dos. No te tomará más de un minuto, y probablemente menos, repetir estas palabras lentamente y pensar en ellas por un rato mientras las dices.


~Lección 66 UCDM:
''Mi función y mi felicidad son una''.

*Comentario:

La función que tenemos en este mundo y la felicidad están directamente relacionadas, ya que mi función pertenece a todo lo que tiene que ver con el perdón de las ilusiones, y mi felicidad depende de que sepa ver en la ilusiones la llamada del amor dentro de mi sin que me afecte un mundo externo que solo depende de mi forma de ver e interpretar el mundo.

Imagina por un momento una persona que no ha sanado y que se dentifica con las ilusiones, esta persona evidentemente no sabe cuál es su función espiritual en este mundo, se queja y victimiza constantemente ampliando su locus de control externo y echando las culpas siempre fuera de sí mismo. A esta persona evidentemente al no saber cuál es su función, le cuesta mucho ser feliz, pues como dije estas dos ideas están relacionadas.

Ahora imaginemos la contraparte, una persona qué lleva un largo recorrido en el camino espiritual y se siente bien con todo lo que le pasa. En su vida tiene ciclos donde las cosas salen mejor o peor, pero nunca echa las culpas fuera porque sabe que todo es producto de su forma de pensar, siempre se mira dentro de sí mismo para ver el para que le pasan esas cosas y acepta todo tipo de situaciones.

¿Qué cambia en estas dos personas? Una ha aceptado su función de perdonar constantemente el mundo que ve y vive en una felicidad constante, cuando le ocurre cualquier cosa que no le agrada, simplemente da las gracias y aprende de ello para que esa situación no se le repita; la otra, no deja de echar las culpas fuera, las situaciones se le repiten en bucle una y otra vez, nunca aprende, sigue victimizando y buscandose testigos del ego que le den la razón a todo lo que le pasa ampliando su locus de control externo.

¿Qué tipo de persona quieres ser hoy? ¿Qué tipo de pensamientos estás consintiendo?

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 65. Mi única función es la que Dios me dio


*Lección 65. Mi única función es la que Dios me dio*

1. La idea de hoy reafirma tu compromiso con la salvación. También te recuerda que no tienes ninguna otra función salvo ésa. Ambos pensamientos son obviamente necesarios para un compromiso total. La salvación no podrá ser tu único propósito mientras sigas abrigando otros. Aceptar la salvación como tu única función entraña necesariamente dos fases: el reconocimiento de que la salvación es tu función, y la renuncia a todas las demás metas que tú mismo has inventado.

2. Ésta es la única manera en que puedes ocupar el lugar que te corresponde entre los salvadores del mundo. Ésta es la única manera en que puedes decir, y decirlo en serio: "Mi única función es la que Dios me dio". Y ésta es la única manera en que puedes encontrar paz.

3. Hoy, y durante los próximos días, reserva diez o quince minutos para una sesión de práctica más prolongada, en la que trates de entender y aceptar el verdadero significado de la idea de hoy. La idea de hoy te ofrece el que puedas escapar de todas las dificultades que percibes. Pone en tus manos la llave que abre la puerta de la paz, la cual tú mismo cerraste. Es la respuesta a la incesante búsqueda en la que has estado enfrascado desde los orígenes del tiempo.

4. Trata, en la medida de lo posible, de llevar a cabo las sesiones de práctica más largas a la misma hora todos los días. Trata asimismo, de fijar esa hora de antemano, y de adherirte luego al máximo al horario establecido. El propósito de esto es organizar tu día de tal manera que hayas reservado tiempo para Dios, así como para todos los propósitos y objetivos triviales que persigues. Esto es parte del entrenamiento a largo plazo que tu mente necesita para adquirir disciplina, de modo que el Espíritu Santo pueda valerse de ella de manera consistente para el propósito que comparte contigo.

5. En la sesión de práctica más prolongada, comienza repasando la idea de hoy. Luego cierra los ojos y repite la idea para tus adentros una vez más, observando tu mente con gran detenimiento a fin de poder captar cualquier pensamiento que cruce por ella. Al principio, no trates de concentrarte exclusivamente en aquellos pensamientos que estén relacionados con la idea de hoy. Trata, más bien, de poner al descubierto cada pensamiento que surja para obstaculizarla. Toma nota de cada uno de ellos con el mayor desapego posible según se presente, y deséchalos uno por uno a medida que te dices a ti mismo: Este pensamiento refleja un objetivo que me está impidiendo aceptar mi única función.

6. Después de un rato, te resultará más difícil poder detectar los pensamientos que causan interferencia. Sigue tratando, no obstante, durante un minuto más o menos, intentando detectar algunos de los pensamientos vanos que previamente eludieron tu atención, pero sin afanarte o esforzarte innecesariamente en ello. Luego repite para tus adentros: Que en esta tabla rasa quede escrita mi verdadera función. No es preciso que uses estas mismas palabras, pero trata de tener la sensación de que estás dispuesto a que tus propósitos ilusorios sean reemplazados por la verdad.

7. Finalmente, repite la idea de hoy una vez más y dedica el resto de la sesión de práctica a reflexionar sobre la importancia que dicha idea tiene para ti, el alivio que su aceptación te ha de brindar al resolver todos tus conflictos de una vez por todas, y lo mucho que realmente deseas la salvación, a pesar de tus absurdas ideas al contrario.

8. En las sesiones de práctica más cortas, que deben hacerse por lo menos una vez por hora, usa el siguiente modelo al aplicar la idea de hoy: Mi única función es la que Dios me dio. No quiero ninguna otra ni tengo ninguna otra. Cierra los ojos en algunas ocasiones al practicar esto, y en otras, manténlos abiertos mientras miras a tu alrededor. Lo que ahora ves será totalmente diferente cuando aceptes la idea de hoy sin reservas.


~Lección 65 UCDM:
''Mi única función es la que Dios me dio''.

*Comentario:

¿Para qué estamos en este mundo? La lección de hoy responde a esta pregunta, ya que nuestra única función aquí es la que Dios nos dio... ¿Pero cuál es esa función?

El Curso nos dice constantemente que no tenemos que hacer nada para ser felices, porque nosotros no sabemos cual es la verdadera felicidad. Pensamos que la felicidad es encontrar un trabajo nuevo que nos paguen más, para pode comprar un coche más lujoso, ropa, posesiones preciadas, para poder hipotecarnos, luego casarnos, luego tener hijos (no digo que todo esto sea malo si se elige conscientemente), y siempre metidos en un constante pensamiento proyectandonos en el futuro para aparentar más y más ante una sociedad a la que no les importamos nada, porque es el resultado de lo que nosotros queremos que piensen acerca de nosotros mismos. Esto se debe a que estamos más preocupados en tener que en ser.

Hoy se nos dice dos aspectos clave en la lección, una es que a partir de hoy dediquemos 15 minutos a meditar acerca de nuestra verdadera función, 15 minutos para descansar en Dios; y la segunda es que renuncies a todas las demás metas que tú mismo has inventado, ya que probablemente no tengan nada que ver con lo que tu alma verdaderamente desea (ser, paz absoluta, calma y amor incondicional).

¿Qué son 15 minutos diarios para descansar en Dios? Si piensas que no tienes tiempo para meditar sobre la idea de hoy, probablemente es que estás tan enajenado y desconectado de lo que realmente eres, que necesites más de una hora al día para meditar en lugar de 15 minutos. Eso detendrá tus pensamientos, replanteará tu vida y te encontrarás a ti mismo. Solo así sabrás cuál es tu verdadera función en este mundo.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda: Arantxa Carrera - Matriz del Cambio

Lección 64. No dejes que me olvide de mi función


*Lección 64. No dejes que me olvide de mi función*

1. La idea de hoy es simplemente otra manera de decir: "No me dejes caer en la tentación". El propósito del mundo que ves es nublar tu función de perdonar y proveerte de una justificación por haberte olvidado de ella. Es asimismo la tentación de abandonar a Dios y a Su Hijo adquiriendo una apariencia física. Esto es lo que los ojos del cuerpo ven.

2. Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación.

3. Al repasar nuestras últimas lecciones, vemos que tu función aquí es ser la luz del mundo, y que es una función que Dios Mismo te dio. La arrogancia del ego es lo único que te hace poner esto en duda, y el miedo del ego lo único que te induce a considerarte a ti mismo indigno de la tarea que Dios Mismo te encomendó. La salvación del mundo aguarda tu perdón porque a través de él el Hijo de Dios se libera de todas las ilusiones y, por ende, de toda tentación. El Hijo de Dios eres tú.

4. Sólo desempeñando la función que Dios te dio podrás ser feliz. Esto se debe a que tu función es ser feliz valiéndote de los medios mediante los cuales la felicidad se vuelve inevitable. No hay otra manera. Por lo tanto, cada vez que eliges entre si desempeñar o no tu función, estás en realidad eligiendo entre ser feliz o no serlo.

5. Recordemos esto hoy. Tengámoslo presente por la mañana, por la noche, y también a lo largo del día. Prepárate de antemano para todas las decisiones que tengas que tomar hoy, recordando que todas ellas son en realidad muy simples. Cada una te conducirá ya sea a la felicidad o a la infelicidad. ¿Puede ser acaso difícil tomar una decisión tan simple? No permitas que la forma de la decisión te engañe. Complejidad en lo relativo a la forma no implica complejidad en lo relativo al contenido. Es imposible que el contenido de cualquier decisión aquí en la tierra se componga de cualquier otra cosa que no sea esta simple elección. Ésta es la única elección que el Espíritu Santo ve. Por lo tanto, es la única elección que existe.

6. Practiquemos hoy, pues, con estos pensamientos: No dejes que me olvide de mi función. No dejes que trate de substituir la que Dios me dio por la mía. Déjame perdonar y ser feliz. Por lo menos una vez hoy, dedica diez o quince minutos a reflexionar acerca de esto con los ojos cerrados. Pensamientos  afines  acudirán  en tu ayuda  si  recuerdas  cuán  crucial  es  tu  función para  ti  y para  el mundo.

7. En  las  aplicaciones  frecuentes  de  la  idea  de  hoy a  lo largo  del  día,  dedica  varios  minutos  a  repasar estos  pensamientos  y luego  a  pensar en  ellos  y en nada  más. Esto te  resultará  difícil,  sobre  todo al principio,  ya  que  aún no tienes  la  disciplina  mental  que  ello  requiere.  Tal  vez  necesites  repetir:  "No dejes  que  me  olvide  de  mi  función" con bastante  frecuencia  para  que  te  ayude  a  concentrarte.

8. Hoy se  requieren  dos  variaciones  de  las  sesiones  de  práctica  más  cortas. Haz  los  ejercicios  con los  ojos  cerrados  algunas  veces,  tratando  de  concentrarte  en los  pensamientos  que  estés  usando.  En otras,  mantén  los  ojos  abiertos  una  vez  que  hayas  repasado los  pensamientos, y luego  mira  a  tu alrededor lenta  e  imparcialmente, repitiendo  para  tus  adentros:  Éste  es  el  mundo que  es  mi  función salvar.


~Lección 64 UCDM:
''No dejes que me olvide de mi función''.

*Comentario:

¿Cuál es nuestra función en este mundo? Perdonar. 

Vivimos en un mundo de ideas dementes, en el que se le teme a la palabra Dios, pero se acepta la ira, el resentimiento, la culpa, la venganza, y toda una serie de pensamientos de miedo que no nos hace ningún bien. Hoy el Curso quiere recordarnos una vez más, que nada puede herirnos a no ser que le confiramos ese poder. 

Todo lo que hace daño a nuestro sistema de pensamiento es por habernos identificado con el maestro equivocado, el maestro del miedo ha sido aceptado dentro de nosotros mismos y vivimos de acuerdo a sus ideas. La pregunta que debes hacer es, ¿estoy en paz viviendo así? ¿me siento feliz y tranquilo pensando de esta forma?
Si tu respuesta es que no, algo que se dará casi en el 100% de los casos, es que no has aceptado tu verdadera función en este mundo.

Todo lo que nos hace daño, son ilusiones que han sido aceptadas en nuestra mente: La ilusión de necesidad, la de fracaso, la de separación, la de insuficiencia, la del requisito, la del juicio, la de condenación, la de condicionalidad, la de superioridad y la de ignorancia.

Así que si en un momento dado estuvimos en guardia para aceptar esas ideas, hoy podemos revertir todas estas ilusiones que nos hacen daño, y permanecer en guardia para perdonarnos constantemente, así lograremos alcanzar la paz absoluta y vivir en calma. Solo así aceptaremos nuestra verdadera función en este mundo.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.


domingo, 24 de febrero de 2019

Lección 63. La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón


*Lección 63. La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón*

1. ¡Cuán santo eres tú que tienes el poder de brindar paz a todas las mentes! ¡Cuán bendito eres que puedes aprender a reconocer los medios por lo que esto se puede lograr a través de ti! ¿Qué otro propósito podrías tener que pudiese brindarte mayor felicidad?

2. Ciertamente eres la luz del mundo con semejante función. El Hijo de Dios apela a ti para su redención. En tus manos está poder concedérsela porque te pertenece. No aceptes en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo insensato, o te olvidarás de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el infierno. No se te está haciendo una petición vana. Se te está pidiendo que aceptes la salvación, para que así la puedas dar.

3. Puesto que reconocemos la importancia de esta función, estaremos más que dispuestos a recordarla tan a menudo como nos sea posible a lo largo del día. Empezaremos el día reconociendo nuestra función y lo concluiremos pensando en ella. Repetiremos lo siguiente tantas veces como nos sea posible en el transcurso del día: La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón. Yo soy el instrumento que Dios ha designado para la salvación del mundo.

4. Si cierras los ojos probablemente te resultará más fácil dejar que acudan a tu mente pensamientos afines, durante el minuto o dos que debes dedicar a reflexionar sobre esto. No obstante, no esperes a que se presente tal oportunidad. No se debe perder ni una sola ocasión para reforzar la idea de hoy. Recuerda que el Hijo de Dios apela a ti para su salvación. ¿Y quién sino tu Ser es el Hijo de Dios?


~Lección 63 UCDM:
''La luz del mundo brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón''.

*Comentario:

En las dos últimas lecciones hemos aprendido el que somos creadores, somos divinos seres de luz y a través de ello perdonamos toda emoción, idea o sentimiento que nos pueda sacar de la paz interior.
Hoy se amplían esas ideas, y se nos dice que si somos esa luz del mundo, todas las mentes estarían en paz.

Vivimos en un mundo mágico, nuestra mente creativa es nuestra fuente de poder para todo pensamiento que se materializa en el plano terrenal, no se te da nada que no hayas pedido, pero tu decides si es desde la inconsciencia o desde la consciencia. La co-creación es otro ejemplo de esto, ya que crea todas las causas de sufrimiento de este mundo porque creemos que es verdad, nos vamos buscando testigos de esas ideas para hacerlo más real y ampliar las ideas de sufrimiento y miedo... ¿Y si revirtieramos esto con pensamientos de paz, calma, sosiego y amor? ¿Cambiaría el mundo verdad?

Piensa en las noticias que inundan el mundo, en el periódico diario por ejemplo, todas esas noticias y sucesos desagradables que leen cientos de miles de personas cada día, al leerlo, muchos se lo cuentan a segundas personas y se amplía ese miedo infundido por los medios de comunicación, que desde su voluntad amorosa de informar al mundo, lo hace desde la inconsciencia y no surge nada positivo.

¿Os imaginais un periódico o revista desde la consciencia que solo se dieran noticias positivas para revertir esta conducta de victimismo, culpa y miedo de la sociedad inconsciente? ¿Podría llegar ese cambio de verdad?
Pues el cambio empieza por ti. Como dice el Dalai Lama:
*''Lo mejor que puedes hacer por la sociedad es estar en paz contigo mismo''*.

Así que Hermano, solo expande tu amor, porque el amor es vida y la vida es luz. Si somos luz lo expandiremos a otras mentes a través de nuestro perdón y juntos podremos crear una nueva realidad.
*Recuerda esto: tu eres EL SOÑADOR DEL SUEÑO, tu decides que quieres crear en cada momento.*

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 62. Perdonar es mi función por ser la luz del mundo


*Lección 62. Perdonar es mi función por ser la luz del  mundo*

1.  Tu perdón es  lo  que  lleva  a  este  mundo de  tinieblas  a  la  luz.  Tu perdón es  lo  que  te  permite reconocer la  luz  en  la  que  ves. El  perdón es  la  demostración de  que  tú eres  la  luz  del  mundo. Mediante  tu  perdón vuelves  a  recordar la  verdad  acerca  de  ti.  En tu perdón,  por lo tanto,  reside  tu salvación.

2. Las  ilusiones  que  tienes  acerca  de  ti  y acerca  del  mundo  son una  y la  misma.  Por eso es  por lo que  todo perdón es  un regalo  que  te  haces  a  ti  mismo.  Tu  meta  es  descubrir quién  eres, al  haber negado  tu Identidad atacando  a  la  creación  y a  su Creador.  Ahora  estás  aprendiendo a  recordar la verdad.  Para  ello,  el  ataque  tiene  que  ser reemplazado  por el  perdón,  de  manera  que  los pensamientos  de  vida  puedan  reemplazar  a  los  pensamientos  de  muerte.

3. Recuerda  que  en todo ataque  apelas  a  tu  propia  debilidad,  mientras  que  cada  vez  que  perdonas apelas  a  la  fortaleza  de  Cristo en ti. ¿Te  vas  dando  cuenta,  pues, de  lo que  el  perdón hará  por ti? Eliminará  de  tu mente  toda  sensación de  debilidad,  de  tensión  y de  fatiga.  Arrasará  con todo vestigio de  temor,  culpabilidad  y dolor. Reinstaurará  en tu conciencia  la  invulnerabilidad y el  poder que  Dios  le  confirió  a  Su Hijo.

4. Regocijémonos  de  poder comenzar  y concluir  este  día  practicando la  idea  de  hoy, y de  usarla  tan frecuentemente  como nos  sea  posible  en el  transcurso del  día.  Ello  te  ayudará  a  que  pases  un día  tan feliz  como Dios  Mismo  quiere  que  tú seas.  Y  ayudará  a  aquellos  que  te  rodean,  así  como  a  aquellos que  parecen  encontrarse  lejos  en el  espacio  y en el  tiempo,  a  compartir  esta  felicidad  contigo.

5.  Tan a  menudo como  puedas  hoy, con los  ojos  cerrados  a  ser posible, repite  para  tus  adentros: Perdonar  es  mi  función  por ser la  luz  del  mundo.  Cumpliré  mi  función para  así  poder ser feliz. Dedica  entonces  uno o dos  minutos  a  reflexionar  sobre  tu función,  y la  felicidad  y liberación  que  te brindará. Deja  que  pensamientos  afines  acudan a  ti  libremente, pues  tu corazón reconocerá  estas palabras, y en tu  mente  se  encuentra  la  conciencia  de  que  son verdad. Si  te  distraes, repite  la  idea  y añade:  Deseo recordar  esto porque  quiero ser feliz.


~Lección 62 UCDM:
''Perdonar es mi función por ser la luz del mundo''

*Comentario:

Ayer vislumbrabamos la idea de que somos la luz del mundo, la parte creativa, la divinidad, nuestro ser puro y luminoso; hoy se amplía la idea diciéndonos que si somos la luz, lo único a lo que hemos venido en este mundo es a perdonar.

¿Qué es perdonar? El perdón del que habla el Curso, es muy diferente al del mundo de las leyes humanas y de la razón. Perdonar, es saber que nada nos puede afectar a no ser que le confiramos ese poder, perdonar es saber que las ilusiones no son reales, que no existe nada en este mundo capaz de hacernos perder la paz.

Ni tus pensamientos de ataque más profundos pueden afectarte, esa es la única verdad, ya que estos pensamientos son ideas prefabricadas de como debería ser lo que está bien o está mal, dentro de un mundo demente que solo sabe identificarse con los pensamientos egoicos. 

Todo en nuestra mente ha sido condicionado por las leyes humanas y de la razón: aprendizajes en el entorno familiar, sistema educativo, noticias de los medios de comunicación... el Curso es la enseñanza más radical que existe, pues si aprendes a perdonar todo lo que te saca de la paz, serás invulnerable en un mundo demente, y eso es el verdadero perdón del que habla el Curso, esa es la luz que mora en ti.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

Lección 61. Yo soy la luz del mundo


*Lección 61. Yo soy la luz del mundo*

1. ¿Quién es la luz del mundo sino el Hijo de Dios? Por lo tanto, esto no es más que una afirmación de la verdad acerca de ti. Es lo opuesto a una afirmación de orgullo, de arrogancia o de autoengaño. No describe el concepto de ti mismo que tú has forjado. No se refiere a ninguna de las características con las que has dotado a tus ídolos. Se refiere a ti tal como fuiste creado por Dios. Expresa simplemente la verdad.

2. Para el ego la idea de hoy es el epítome de la auto-glorificación. Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la confunde con la auto-degradación. La humildad consiste en aceptar el papel que te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. No es humildad insistir que no puedes ser la luz del mundo si ésa es la función que Dios Mismo te asignó. Es sólo la arrogancia la que afirmaría que ésa no puede ser tu función, y la arrogancia es siempre cosa del ego.

3. La verdadera humildad requiere que aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios la que te dice que es verdad. Éste es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra. Es un paso gigantesco que te conducirá al lugar que te corresponde ocupar en la salvación. Es una aseveración categórica de tu derecho a la salvación y un reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar a otros.

4. Debes reflexionar hoy acerca de esta idea tan a menudo como puedas. Es la respuesta perfecta a todas las ilusiones y, por ende, a toda tentación. La idea de hoy lleva todas las imágenes que tú has forjado de ti mismo ante la verdad y te ayuda a seguir adelante en paz, sin agobios y seguro de tu propósito.

5. Hoy se deben llevar a cabo tantas sesiones de práctica como sea posible, aunque no es necesario que ninguna exceda uno o dos minutos de duración. Debes empezar cada sesión de práctica diciéndote a ti mismo: Yo soy la luz del mundo. Ésa es mi única función. Por eso es por lo que estoy aquí. Piensa entonces en estas afirmaciones por unos breves momentos, preferiblemente con los ojos cerrados si las circunstancias lo permiten. Deja que te vengan a la mente unos cuantos pensamientos afines y, si observas que tu mente se aparta del tema central, repite la idea de hoy para tus adentros.

6. Asegúrate de comenzar y finalizar el día con una sesión de práctica. De este modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzarás a lo largo del día y te irás a dormir reafirmando tu función y el único propósito que tienes aquí. Estas dos sesiones de práctica pueden ser más largas que las demás si te resultan útiles y deseas extenderlas.

7. La idea de hoy va mucho más allá de la mezquina opinión que el ego tiene de ti y de tu propósito. Como portador de la salvación que eres, esto es obviamente necesario. Éste es el primero de una serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las próximas semanas. Trata de empezar hoy a sentar las bases para estos avances. Tú eres la luz del mundo. Dios ha edificado Su plan para la salvación de Su Hijo sobre ti.


~Lección 61 UCDM: ''Yo soy la luz del mundo''.
*Comentario:

Esta lección se podría definir en dos partes. *Yo soy* que es la afirmación de que somos el Cristo, nuestra maravillosa imaginación humana y creativa; y *la luz del mundo*, es la afirmación de lo que decido ser, lo que decido crear en mi mundo.

Las simples palabras YO SOY, significan el Padre, la creación, el Universo. Son perfectas sin nada más detrás, ya que la mayoría de las veces, la usamos en nuestra contra. ''Yo soy un desgraciado'' (eso se hará real para ti), ''yo soy pobre'' (vivirás en la carencia porque lo has pedido). Yo soy cualquiera de las ilusiones que ha inventado la razón humana, menos elegir ver la luz que hay en ti y aquí entra la segunda parte de la explicación.

Somos la luz del mundo, porque todos llevamos esa luz que nos guía dentro, esa luz que nos permite ser bondadoso con nuestros hermanos, esa luz que es la emoción de amor que es nuestra condición natural. De nosotros depende elegir y decidir en cada momento lo que deseamos ser, lo que deseamos crear. Lo que deseemos imaginar es lo que haremos real en este mundo perceptivo. Tu deseo es lo que determina los efectos que ha de tener en ti porque lo elegiste como un medio para obtener esos efectos.

Bruce Lipton, es su fenomenal libro "La biología de la creencia", también menciona nuestra luz interior de una forma muy comprensible:

Mucha  gente  espiritual  anticipa  el  regreso  de  la  «luz  blanca»  al  planeta. Imaginan  que  llegará  en  forma  de  un  único  individuo,  como  Buda,  Jesús  o Mahoma.  Sin  embargo,  desde  mi  espiritualidad  recién  adquirida,  comprendo que  esa  luz  blanca  sólo  regresará  a  este  planeta  cuando  todos  y  cada  uno  de los  seres  humanos  reconozcan  al  resto  de  sus  congéneres  como  una frecuencia  individual  de  la  luz  blanca.  Mientras  sigamos  eliminando  o infravalorando  a  otras  personas  que  no  nos  gustan,  es  decir,  mientras sigamos  destruyendo  frecuencias  del  espectro  de  luz,  no  podremos experimentar  la  luz  blanca.  Nuestro  trabajo  consiste  en  proteger  y  nutrir cada  frecuencia  humana  para  que  esta  luz  pueda  regresar.

Así pues hoy invirtamos esa forma de usar YO SOY para re-crearnos a nosotros mismos hacía lo que decidamos ser. Y una buena forma de revertir este sistema de pensamiento es diciéndome a mi mismo durante todo el día *yo soy la luz del mundo*.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.