lunes, 14 de enero de 2019

Lección 26. Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad


*Lección 26. Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad*

1. Seguramente  resulta  obvio que  si  puedes  ser atacado  es  que  no eres  invulnerable.  Ves  el  ataque como  una  amenaza  real.  Esto se  debe  a  que  crees  que  realmente  puedes  atacar.  Y  lo que  tendría efectos  a  través  tuyo también  tiene  que  tenerlos  en ti.  Ésta  es  la  ley que  en última  instancia  te salvará, pero de  la  que  ahora  estás  haciendo un uso indebido.  Debes, por lo tanto,  aprender  a  usarla en  beneficio  de  lo  que  más  te  conviene  en vez  de  en su contra. 

2. Puesto que  no podrás  sino proyectar  tus  pensamientos  de  ataque,  temerás  ser atacado.  Y  si  temes ser atacado,  es  que  crees  que  no eres  invulnerable. Los  pensamientos  de  ataque,  por lo tanto,  hacen que  seas  vulnerable  en tu propia  mente, que  es  donde  se  encuentran.  Los  pensamientos  de  ataque  y la  invulnerabilidad no pueden  aceptarse  al  unísono, pues  se  contradicen entre  sí. 

3. La  idea  de  hoy introduce  el  pensamiento de  que  siempre  te  atacas  a  ti  mismo  primero.  Si  los pensamientos  de  ataque  entrañan  forzosamente  la  creencia  de  que  eres  vulnerable, su efecto no es otro  que  debilitarte  ante  tus  propios  ojos. De  este  modo, han atacado tu  percepción de  ti  mismo.  Y puesto  que  crees  en ellos, ya  no puedes  creer en ti  mismo.  Una  falsa  imagen de  ti  mismo  ha  venido a  ocupar el  lugar de  lo  que  eres. 

4. Practicar  con la  idea  de  hoy te  ayudará  a  entender que  la  vulnerabilidad o la  invulnerabilidad son el  resultado  de  tus  propios  pensamientos. Nada, excepto tus  propios  pensamientos, puede  atacarte. Nada, excepto  tus  propios  pensamientos,  puede  hacerte  pensar  que  eres  vulnerable.  Y  nada,  excepto tus  propios  pensamientos, puede  probarte  que  esto no es  así. 

5. La  idea  de  hoy requiere  seis  sesiones  de  práctica.  Se  deben dedicar dos  minutos  completos  a  cada una  de  ellas,  que  pueden reducirse  a  uno en  caso de  que  la  incomodidad sea  demasiado  grande. No deben  reducirse  a  menos  de  eso. 

6. Comienza  cada  sesión repitiendo  la  idea  de  hoy, luego cierra  los  ojos  y trae  de  nuevo  a  la  mente aquellas  cuestiones  aún sin resolver  cuyos  posibles  desenlaces  te  inquietan. La  inquietud  puede manifestarse  en forma  de  depresión, ansiedad,  ira,  una  sensación de  coacción,  miedo,  malos presentimientos  o preocupación. Cualquier  problema  aún sin resolver que  tienda  a  reaparecer  en tus pensamientos  durante  el  día  constituye  un sujeto adecuado. No podrás  abarcar  muchos  de  ellos  en cada  sesión de  práctica  porque  se  debe  dedicar  más  tiempo del  habitual  a  cada  uno de  ellos. La  idea de  hoy debe  aplicarse  de  la  siguiente  manera: 

7. Primero,  nombra  la  situación:  Estoy preocupado  acerca  de  _______. Luego  examina  todos  los posibles  desenlaces  que  se  te  hayan  ocurrido en  conexión con  la  situación que  te  hayan  causado inquietud,  y refiriéndote  a  cada  uno de  ellos  de  manera  muy  concreta, di  lo  siguiente:  Temo  que  lo que  pueda  ocurrir  es  que  _______. 

8. Si  has  estado  haciendo  los  ejercicios  correctamente, deberías  haber encontrado cinco o seis posibilidades  desagradables  para  cada  una  de  las  situaciones  en  cuestión,  y probablemente  más. Es mucho  mejor  examinar detenidamente  unas  cuantas  situaciones  que  revisar un número  mayor superficialmente. A medida que la lista de los desenlaces que prevés se haga más larga, es probable que algunos de ellos, especialmente aquellos que se te ocurran hacia el final, te resulten menos aceptables. Procura, no obstante, en la medida de lo posible, de tratarlos a todos por igual. 

9. Después de que hayas nombrado cada desenlace que temes, di para tus adentros: Este pensamiento es un ataque contra mí mismo. Concluye cada sesión de práctica repitiendo una vez más para tus adentros la idea de hoy. 


~Lección 26 UCDM: 
''Mis pensamientos de ataque, atacan mi invulnerabilidad''.

*Comentario:

Si puedes imaginarte atacado, te identificarás con el miedo y viviras dormido y en el ego. Piensa en como transcurre un día normal en tú día a día: Suena el despertador, te levantas viendo que es tarde y que debes llegar al trabajo (si no llegas a tiempo al trabajo es un pensamiento de ataque), desayunas cualquier cosa rápida pensando si este desayuno es bueno o no para tú salud y que deberías comer más sano (otro pensamiento de ataque), llegas al coche y se te cruzan una persona conduciendo deprisa, le pitas y te disgustas (otro pensamiento de ataque), llegas al trabajo y estás pensando en salir (otro pensamiento de ataque)...

No nos damos cuenta, pero estamos todo el día juzgando lo que nos pasa, y eso nos saca de momento presente en el que nada puede aferrarnos. Mi invulnerabilidad reside en la capacidad que tengo para que no me afecten las cosas del día a día, y reside a su vez en mi FORTALEZA interior.

FORTALEZA no es otra cosa que llevar todos estos pensamientos de ataque, a ver que realmente son ilusiones de ataque fabricadas por nosotros mismos, por lo tanto es una capacidad mental y espiritual que se entrena. Este es el propósito de estas lecciones, mejorar nuestra FORTALEZA interior para que no nos ataquemos a nosotros mismos a través de nuestros pensamientos.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

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