jueves, 24 de octubre de 2019

Manual para el maestro 27. ¿Qué es la muerte?


*Manual para el maestro 27. ¿Qué es la muerte?*

1. La  muerte  es  el  sueño central  de  donde  emanan todas  las  ilusiones.  ¿No es  acaso una  locura pensar que  la  vida  no es  otra  cosa  que  nacer,  envejecer, perder  vitalidad  y finalmente  morir?  Ya hemos  planteado  esta  pregunta  anteriormente,  pero ahora  debemos  examinarla  con mayor detenimiento.  La  creencia  fija  e  inalterable  del  mundo es  que  todas  las  cosas  nacen  para  morir. Se considera  que  así  es  como "opera  la  naturaleza", y ello  no se  debe  poner  en tela  de  juicio,  sino que debe  aceptarse  como  la  ley  "natural"  de  la  vida. Lo  cíclico, lo  cambiante  y lo incierto;  lo inestable  y lo  inconstante;  lo  que  de  alguna  manera  crece  y mengua  siguiendo  una  trayectoria  determinada,  es lo  que  se  considera  la  Voluntad  de  Dios.  Y  nadie  se  pregunta  si  un Creador  benigno hubiese  podido disponer  algo así. 

2. Si  el  universo que  percibimos  fuese  tal  como Dios  lo creó,  sería  imposible  pensar  que  Dios  es amoroso.  Pues  aquel  que  ha  decretado  que  todas  las  cosas  mueran y acaben en  polvo, desilusión y desesperanza, no puede  sino inspirar temor.  Tu insignificante  vida  está  en  sus  manos, suspendida  de un hilo  que  él  está  listo  para  cortar sin ningún  remordimiento  y sin que  le  importe,  tal  vez  hoy mismo.  Y aun si  esperase, el  final  es  seguro de  todas  formas. El  que  ama  a  un dios  así  no conoce  el amor, ya  que  ha  negado que  la  vida  sea  real.  La  muerte  se  ha  convertido  en el  símbolo de  la  vida.  Su mundo  es  ahora  un campo  de  batalla,  en donde  reina  la  contradicción  y los  opuestos  luchan  en una guerra  interminable.  Allí  donde  hay  muerte  es  imposible  la  paz. 

3. La  muerte  es  el  símbolo del  temor  a  Dios. La  idea  de  la  muerte  oculta  Su  Amor y lo  mantiene  al margen  de  la  conciencia  cual  un escudo  puesto en alto para  bloquear el  Sol. Lo siniestro  de  este símbolo  basta  para  demostrar  que  la  muerte  no puede  coexistir con  Dios. La  muerte  presenta  una imagen del  Hijo de  Dios  en  la  que  éste  acaba  "descansando en paz"  en los  brazos  de  la  devastación, donde  los  gusanos  lo esperan  para  darle  la  bienvenida  y así  prolongar un poco más  su propia existencia  gracias  a  su muerte.  Mas  los  gusanos  están igualmente  condenados  a  morir.  Y  de  esta forma,  todas  las  cosas  viven  gracias  a  la  muerte.  En la  naturaleza, el  devorarse  unos  a  otros  es  la "ley de la vida". Dios está loco y sólo el miedo es real. 

4. La extraña creencia de que una parte de las cosas que mueren puede seguir existiendo separada de lo que muere, tampoco proclama a un Dios amoroso ni vuelve a sentar las bases para que se tenga confianza. Si la muerte es real para una sola cosa, la vida no existe. La muerte niega la vida. Pero si la vida es real, lo que se niega es la muerte. En esto no puede haber transigencia alguna. O bien existe un dios de miedo o bien Uno de Amor. El mundo intenta hacer miles de transigencias al respecto, y tratará de hacer mil más. Ni una sola puede ser aceptable para los maestros de Dios, ya que ninguna de ellas sería aceptable para Dios. Él no creó la muerte, puesto que no creó el miedo. Para Él ambas cosas están igualmente desprovistas de sentido. 

5. La "realidad" de la muerte está firmemente arraigada en la creencia de que el Hijo de Dios es un cuerpo. Y si Dios hubiese creado cuerpos, la muerte sería ciertamente real. Pero en ese caso Dios no sería amoroso. Ningún otro punto ilustra en forma tan clara el contraste que existe entre la percepción del mundo real y la del mundo de las ilusiones. Si Dios es Amor, la muerte es, de hecho, la muerte de Dios. Y por lo tanto, Su Propia creación no puede sino temerle. Dios no es su Padre, sino su destructor; su vengador, no su Creador. Sus Pensamientos son aterradores y Su imagen temible. Contemplar Sus creaciones es morir. 

6. "El último enemigo destruido será la muerte." ¡Por supuesto que sí! Sin la idea de la muerte no habría mundo. Todos los sueños acabarán con éste. Ésta es la meta final de la salvación, el fin de todas las ilusiones. Y todas las ilusiones nacen de la muerte. ¿Qué puede nacer de la muerte y tener vida? Por otra parte, ¿qué puede originarse en Dios y morir? Las inconsistencias, las transigencias y los ritos que el mundo fomenta en sus vanos intentos de aferrarse a la muerte y al mismo tiempo pensar que el amor es real, no son más que necios trucos mágicos que no tienen sentido ni eficacia. Dios es eterno, al igual que todas las cosas creadas en Él. ¿No ves que de no ser así, Él tendría un opuesto y el miedo sería tan real como el amor? 

7. Maestro de Dios, tu única tarea puede definirse de la siguiente manera: no hagas ningún trato en el que la muerte sea parte integrante de él. No creas en la crueldad, ni permitas que el ataque oculte la verdad de ti. Lo que parece morir, tan sólo se ha percibido incorrectamente y se ha llevado al campo de las ilusiones. De ahí que tu tarea sea ahora permitir que las ilusiones sean llevadas ante la verdad. Mantente firme sólo en esto: no te dejes engañar por la "realidad" de ninguna forma cambiante. La verdad no cambia ni fluctúa, ni sucumbe ante la muerte o ante la destrucción. ¿Y cuál es el final de la muerte? Nada más que esto: el reconocimiento de que el Hijo de Dios es inocente ahora y siempre. Nada más que eso. Pero no olvides que tampoco es menos. 

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