martes, 22 de octubre de 2019

Manual para el maestro 8. ¿Cómo puede evitarse la percepción de grados de dificultad?


*Manual para el maestro 8. ¿Cómo puede evitarse la percepción de grados de dificultad?*

1. La  creencia  de  que  existen  grados  de  dificultad  es  la  base  de  la  percepción  del  mundo.  Dicha creencia  se  basa  en diferencias:  en un trasfondo desigual  y en un primer plano  cambiadizo;  en alturas  desparejas  y en tamaños  variados;  en grados  variables  de  obscuridad  y luz, y en  miles  de contrastes, en los  que  cada  cosa  vista  compite  con las  demás  para  sobresalir.  Un objeto más  grande eclipsa  a  otro más  pequeño.  Una  cosa  más  brillante  llama  más  la  atención  que  otra  con  menos  poder de  atracción.  Y  una  idea  más  amenazante, o una  que  se  considera  más  deseable  de  acuerdo  con las normas  del  mundo, trastorna  completamente  el  equilibrio mental.  Lo único  que  los  ojos  del  cuerpo pueden  contemplar  son conflictos. No recurras  a  ellos  en  busca  de  paz  y entendimiento. 

2. Las  ilusiones  son siempre  ilusiones  de  diferencias. ¿Cómo podría  ser de  otra  manera?  Una  ilusión es  por definición  un intento  de  que  algo que  se  considera  de  suma  importancia  sea  real,  si  bien se reconoce  que  es  falso. La  mente, por consiguiente,  trata  de  hacerlo real  movida  por su intenso deseo de  conseguirlo. Las  ilusiones  son parodias  de  la  creación:  intentos  de  hacer  que  las  mentiras  sean verdad.  La  mente,  al  considerar  a  la  verdad como  algo inaceptable,  se  subleva  contra  ella  y se otorga  a  sí  misma  una  ilusión  de  victoria.  Y  al  considerar a  la  salud  como un agobio,  se  refugia  en sueños  febriles.  Y  en  esos  sueños, la  mente  se  encuentra  separada, es  diferente  de  otras  mentes, tiene  intereses  que  sólo a  ella  atañen  y es  capaz  de  satisfacer sus  necesidades  a  expensas  de  los demás. 

3. ¿De  dónde  surgen todas  estas  diferencias?  Ciertamente  parecen  encontrarse  en el  mundo exterior. Sin embargo,  no hay duda  de  que  es  la  mente  la  que  juzga  lo  que  los  ojos  contemplan:  la  que interpreta  los  mensajes  que  le  transmiten los  ojos  y la  que  les  adjudica  "significado".  Este significado, no obstante, no existe  en el  mundo exterior.  Lo que  se  considera  la  "realidad" es simplemente  lo  que  la  mente  prefiere.  La  mente  proyecta  su propia  jerarquía  de  valores  al  exterior, y luego  envía  a  los  ojos  del  cuerpo a  que  la  encuentren. Éstos  jamás  podrían  ver excepto a  base  de contrastes. Mas  la  percepción  no se  basa  en los  mensajes  que  los  ojos  traen.  La  mente  es  la  única que  evalúa  sus  mensajes, y, por lo tanto, sólo ella  es  responsable  de  lo que  vemos. Sólo  la  mente decide  si  lo  que  vemos  es  real  o ilusorio,  deseable  o indeseable,  placentero  o doloroso. 

4. En  las  actividades  de  selección y categorización  que  la  mente  lleva  a  cabo  es  donde  se  producen los  errores  de  percepción.  Y  ahí  es  donde  debe  efectuarse  la  corrección. La  mente  clasifica  aquello de  lo que  los  ojos  del  cuerpo le  informan,  de  acuerdo  con sus  valores  preconcebidos, y determina cuál  es  el  lugar más  apropiado para  cada  dato sensorial.  ¿Qué  base  podría  ser más  defectuosa  que ésta?  Sin darse  cuenta  de  ello,  ha  pedido que  se  le  proporcione  lo que  se  ajusta  a  esas  categorías.  Y una  vez  que  ha  hecho esto, concluye  que  las  categorías  no pueden  sino ser ciertas. Ésta  es  la  base  de todos  los  juicios  que  establecen diferencias  porque  los  juicios  que  el  mundo  emite  descansan  sobre ella. ¿Cómo se iba a poder depender de este "razonamiento" confuso y absurdo? 

5. No puede haber grados de dificultad en la curación por el simple hecho de que toda enfermedad es una ilusión. ¿Sería acaso más difícil desvanecer la creencia que tiene un demente en una alucinación mayor, que la que tiene en una más pequeña? ¿Podría reconocer más rápidamente la irrealidad de una voz estridente, que la de una voz agradable? ¿Desecharía más fácilmente una orden para que mate que se le pide con un susurro, que una que se le pide a gritos? ¿Y afectaría el número de tridentes que tienen los diablos que él ve la credibilidad de éstos en su percepción? Su mente ha calificado todas esas ilusiones de reales, y, por lo tanto, son reales para él. Cuando se dé cuenta de que no son más que ilusiones, desaparecerán. Y lo mismo ocurre con la curación. Las propiedades de las ilusiones que hacen que éstas parezcan diferentes entre sí, son realmente irrelevantes, pues sus propiedades son tan ilusorias como ellas mismas. 

6. Los ojos del cuerpo continuarán viendo diferencias. Pero la mente que se ha permitido a sí misma ser curada, dejará de aceptarlas. Habrá quienes parezcan estar más "enfermos" que otros, y los ojos del cuerpo informarán, como antes, de los cambios que se produzcan en su aspecto. Mas la mente curada los clasificará a todos de la misma manera: como irreales. Éste es el don de su Maestro: el entendimiento de que, al clasificar los mensajes que la mente recibe de lo que parece ser el mundo externo sólo dos categorías son significativas. Y de éstas, sólo una es real. De la misma manera en que la realidad es completamente real, independientemente de los conceptos de tamaño, forma, tiempo o lugar, pues no pueden existir diferencias en ella, así también las ilusiones carecen de distinciones. La única respuesta para cualquier clase de enfermedad es la curación. La única respuesta para cualquier clase de ilusión es la verdad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres que te resuelva cualquier pregunta no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de e-mail, estaré encantado de ayudarte: edgardomenechcoach@hotmail.com
También puedes buscarme en Facebook como Edgar Doménech Macías.