viernes, 21 de diciembre de 2018

T1. V. Plenitud y espíritu


*T1. V. Plenitud y espíritu*

1. El  milagro es  en gran  medida  como el  cuerpo, en  el  sentido  de  que  ambos  son recursos  de aprendizaje  para  facilitar  un estado en  el  que  finalmente  se  hacen innecesarios. Cuando se  alcanza  el estado  original  de  comunicación directa  con el  espíritu, ni  el  cuerpo  ni  el  milagro tienen objeto alguno.  Pero mientras  creas  que  estás  en un cuerpo,  puedes  elegir  entre  canales  de  expresión  sin amor  o canales  de  expresión  milagrosos. Puedes  fabricar un armazón vacío, pero es  imposible  que no puedas  expresar  nada  en  absoluto. Puedes  esperar,  demorarte, paralizarte  o reducir tu  creatividad a  casi  nada,  pero no puedes  abolirla. Puedes  destruir  tu medio de  comunicación, pero  no tu potencial.  Tú no te  creaste  a  ti  mismo.

2. La  decisión  básica  del  que  se  ha  decidido  por el  camino de  los  milagros  es  no esperar  en el tiempo  más  de  lo necesario. El  tiempo puede  causar deterioro y también  puede  desperdiciarse.  El que  obra  milagros, por lo tanto,  acepta  gustosamente  el  factor  de  control  del  tiempo.  Reconoce  que cada  colapso  de  tiempo nos  acerca  más  a  todos  al  punto en  el  que  finalmente  nos  podemos  liberar de  él  y en el  que  el  Hijo y el  Padre  son uno. Igualdad no quiere  decir igualdad ahora.  Cuando cada cual  reconozca  que  lo tiene  todo, las  aportaciones  individuales  a  la  Filiación  dejarán de  ser necesarias.

3. Cuando  la  Expiación  se  haya  completado,  todos  los  Hijos  de  Dios  compartirán todas  las aptitudes. Dios  es  imparcial.  Todos  Sus  Hijos  disponen de  todo  Su  Amor, y Él  da  todos  sus  dones libremente  a  todos  por igual.  "Excepto  que  os  volváis  como  niños  pequeños" significa  que  a  menos que  reconozcas  plenamente  tu  completa  dependencia  de  Dios, no podrás  conocer  el  poder  real  del hijo  en su verdadera  relación con  el  Padre. El  que  los  Hijos  de  Dios  sean especiales  no procede  de una  condición  de  exclusión  sino de  una  de  inclusión.  Todos  mis  hermanos  son especiales.  Si  creen estar  privados  de  algo,  su percepción  se  distorsiona. Cuando  esto ocurre, toda  la  familia  de  Dios  -la Filiación- sufre  un deterioro  en sus  relaciones.

4. En  última  instancia,  todo miembro de  la  familia  de  Dios  tiene  que  retornar. El  milagro le  llama  a retornar porque  le  bendice  y le  honra, aun cuando  esté  ausente  en espíritu. "De  Dios  no se  hace burla"  no es  una  amenaza,  sino una  garantía. Dios  habría  sido burlado si  alguna  de  sus  creaciones careciese  de  santidad.  La  creación  es  plena,  y la  señal  de  la  plenitud  es  la  santidad. Los  milagros  son afirmaciones  de  Filiación,  que  es  un estado de  compleción y abundancia.

5.  Todo  lo que  es  verdadero es  eterno  y no puede  cambiar  ni  ser cambiado.  El  Espíritu es, por lo tanto, inalterable  porque  ya  es  perfecto, pero la  mente  puede  elegir  a  quién  desea  servir.  El  único límite  en su elección  es  que  no puede  servir  a  dos  amos. La  mente,  si  así  lo elige, puede  convertirse en  el  medio a  través  del  cual  el  espíritu  crea  en  conformidad  con su propia  creación.  De  no elegir eso libremente, retiene  su potencial  creativo,  pero se  somete  a  un control  tiránico en lugar de  a  uno Autoritativo.  Como resultado de  ello aprisiona, pues  tales  son los  dictados  de  los  tiranos. Cambiar de  mentalidad  significa  poner tu mente  a  disposición de  la  verdadera  Autoridad.

6. El  milagro es  señal  de  que  la  mente  ha  elegido dejarse  guiar  por mí  en  el  servicio  a  Cristo.  La abundancia  de  Cristo es  el  resultado  natural  de  haber decidido  seguirle. Hay que  arrancar  todas  las raíces  que  están  a  flor de  tierra  porque  no son lo suficientemente  profundas  como para  prestarte apoyo.  La  ilusión  de  que  las  raíces  superficiales  pueden arraigarse  más  y así  prestarte  apoyo, es  una de  las  distorsiones  en las  que  se  basa  lo opuesto a  la  Regla  de  Oro.  A  medida  que  se  abandonan esos falsos  puntales, se  experimenta  temporalmente  cierta  inestabilidad en el  equilibrio.  Sin embargo, no hay  nada  más  inestable  que  una  orientación  invertida, y nada  que  la  mantenga  invertida  puede conducir a  una  mayor estabilidad.

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