jueves, 27 de diciembre de 2018

T2. IV. La curación y la liberación del miedo


*T2. IV. La curación y la liberación del miedo*

1.  Vamos  a  hacer  ahora  hincapié  en la  curación. El  milagro es  el  medio,  la  Expiación  el  principio  y la  curación  el  resultado. Hablar  de  "una  curación milagrosa"  es  combinar  impropiamente  dos órdenes  de  realidad diferentes. Una  curación no es  un milagro. La  Expiación -el  último milagro- es un remedio, y cualquier  clase  de  curación  es  su resultado. Es  irrelevante  a  qué  clase  de  error se aplique  la  Expiación.  Toda  curación  es  esencialmente  una  liberación  del  miedo. Para  poder llevarla a  cabo, tú mismo debes  estar  libre  de  todo miedo. No entiendes  lo que  es  la  curación debido  a  tu propio  miedo.

2. Un paso importante  en el  plan de  la  Expiación es  deshacer el  error en todos  los  niveles. La enfermedad  o "mentalidad-no-recta"  es  el  resultado de  una  confusión de  niveles, pues  siempre comporta  la  creencia  de  que  lo que  está  mal  en un nivel  puede  afectar adversamente  a  otro. Nos hemos  referido a  los  milagros  como un medio de  corregir la  confusión de  niveles, ya  que  todos  los errores  tienen  que  corregirse  en el  mismo nivel  en que  se  originaron. Solo la  mente  puede  errar.  El cuerpo  sólo  puede  actuar equivocadamente  cuando está  respondiendo a  un pensamiento falso. El cuerpo  no puede  crear y la  creencia  de  que  puede  -error básico- da  lugar  a  todos  los  síntomas físicos.  Las  enfermedades  físicas  implican la  creencia  en la  magia.  La  distorsión que  dio lugar  a  la magia  se  basa  en la  creencia  de  que  existe  una  capacidad creativa  en la  materia  que  la  mente  no puede  controlar. Este  error puede  manifestarse  de  dos  formas:  se  puede  creer  que  la  mente  puede crear falsamente  en el  cuerpo, o que  el  cuerpo puede  crear  falsamente  en  la  mente. Cuando  se comprende  que  la  mente  -el  único  nivel  de  creación- no puede  crear más  allá  de  sí  misma,  ninguno de  esos  dos  tipos  de  confusión  tiene  por qué  producirse.

3. Sólo la  mente  puede  crear porque  el  espíritu ya  fue  creado, y el  cuerpo es  un recurso  de aprendizaje  al  servicio  de  la  mente.  Los  recursos  de  aprendizaje  no son lecciones  en sí  mismos. Su propósito  es  simplemente  facilitar  el  aprendizaje. Lo  peor que  puede  ocurrir cuando  se  usan indebidamente  es  que  no lo faciliten. De  por sí, un recurso de  aprendizaje  no tiene  poder para producir  verdaderos  errores  en  el  aprendizaje. El  cuerpo, si  se  le  entiende  correctamente,  comparte la  invulnerabilidad de  la  Expiación  en lo que  respecta  a  las  defensas  de  doble  filo.  Ello  es  así  no porque  sea  un milagro,  sino porque, de  por sí, no da  lugar a  interpretaciones  falsas. El  cuerpo es sencillamente  parte  de  tu experiencia  en el  mundo físico.  Se  puede  exagerar el  valor  de  sus capacidades  y con frecuencia  se  hace. Sin embargo,  es  casi  imposible  negar su existencia  en  este mundo.  Los  que  lo hacen  se  dedican  a  una  forma  de  negación particularmente  inútil.  En este  caso  el término  "inútil"  significa  únicamente  que  no es  necesario proteger a  la  mente  negando  lo no-mental. Si  uno niega  este  desafortunado aspecto del  poder de  la  mente, está  negando también  el  poder mismo.

4.  Todos  los  remedios  materiales  que  aceptas  como medicamento  para  los  males  corporales  son reafirmaciones  de  principios  mágicos. Éste  es  el  primer  paso que  nos  conduce  a  la  creencia  de  que  el cuerpo  es  el  causante  de  sus  propias  enfermedades. El  segundo paso en falso es  tratar de  curarlo  por medio de  agentes  no-creativos. Esto  no quiere  decir, sin embargo, que  el  uso de  tales  agentes  con propósitos  correctivos  sea  censurable.  A  veces  la  enfermedad tiene  tan  aprisionada  a  la  mente  que temporalmente  le  impide  a  la  persona  tener  acceso a  la  Expiación.  En ese  caso, tal  vez  sea  prudente usar un enfoque  conciliatorio entre  el  cuerpo y la  mente  en el  que  a  algo  externo  se  le  adjudica temporalmente  la  creencia  de  que  puede  curar.  Esto se  debe  a  que  lo  que  menos  puede  ayudar al  que no está  en su mente  recta  o al  enfermo es  hacer algo  que  aumente  su miedo.  De  por sí  ya  se encuentra  en un estado debilitado debido  a  éste.  Exponerle  prematuramente  a  un milagro  podría precipitarle  al  pánico, lo cual  es  muy probable  que  ocurriese  en  aquellos  casos  en que  la  percepción invertida  ha  dado lugar  a  la  creencia  de  que  los  milagros  son algo  temible.

5. El  valor  de  la  Expiación  no reside  en  la  manera  en  que  ésta  se  expresa.  De  hecho, si  se  usa acertadamente, será  expresada  inevitablemente  en la  forma  en que  le  resulte  más  beneficiosa  a  aquel que  la  va  a  recibir. Esto quiere  decir que  para  que  un milagro sea  lo más  eficaz  posible, tiene  que  ser expresado  en un idioma  que  el  que  lo  ha  de  recibir pueda  entender  sin miedo.  Eso no significa  que ése  sea  necesariamente  el  más  alto  nivel  de  comunicación  de  que  dicha  persona  es  capaz. Significa, no obstante, que  ése  es  el  más  alto nivel  de  comunicación de  que  es  capaz  ahora. El  propósito del milagro  es  elevar  el  nivel  de  comunicación, no reducirlo mediante  un aumento del  miedo.

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