sábado, 22 de diciembre de 2018

T2. II. La Expiación como defensa


*T2. II. La Expiación como defensa*

1. Puedes  hacer  cualquier cosa  que  yo te  pida.  Te  he  pedido  que  obres  milagros, y he  dejado  claro que  los  milagros  son naturales, correctivos, sanadores  y universales. No hay nada  que  no puedan lograr, pero no pueden  llevarse  a  cabo  con un espíritu  de  duda  o de  temor.  Cuando tienes  miedo  de algo,  estás  admitiendo  que  ello tiene  el  poder de  hacerte  daño. Recuerda  que  donde  esté  tu corazón allí  también estará  tu tesoro. Crees  en lo que  consideras  valioso. Si  tienes  miedo, es  que  estás equivocado con  respecto a  lo que  es  valioso.  Tu  entendimiento  inevitablemente  evaluará erróneamente, y al  otorgar el  mismo poder  a  todos  los  pensamientos, destruirás  inevitablemente  la paz.  Por eso es  por lo  que  la  Biblia  habla  de  "la  paz  de  Dios  que  supera  todo  razonar". No hay error que  pueda  alterar esa  paz  en lo  más  mínimo. Dicha  paz  no permite  que  nada  que  no proceda  de  Dios te  afecte. Este  es  el  uso correcto de  la  negación.  No se  usa  para  ocultar nada,  sino para  corregir  el error.  Lleva  todos  los  errores  ante  la  luz, y puesto que  el  error  es  lo  mismo que  la  oscuridad,  corrige todos  los  errores  automáticamente.

2. La  auténtica  negación  es  un poderoso mecanismo protector.  Puedes  y debes  negar toda  creencia de  que  el  error  puede  hacerte  daño.  Esta  clase  de  negación no oculta  sino que  corrige.  Tu mente recta  depende  de  ella.  Negar  el  error  es  una  sólida  defensa  en favor de  la  verdad,  pero negar la verdad  da  lugar  a  creaciones  falsas:  las  proyecciones  del  ego.  La  negación del  error, puesta  al servicio de  la  mente  recta, libera  a  la  mente  y re-establece  la  libertad de  la  voluntad. Cuando la voluntad es  realmente  libre  no puede  crear falsamente  porque  sólo reconoce  la  verdad.

3. Puedes  defender  la  verdad así  como  el  error. Los  medios  son más  fáciles  de  entender  después  de que  se  ha  establecido firmemente  el  valor  del  objetivo. Pero lo  que  hay que  tener en  cuenta  es  cuál es  su propósito.  Todo  el  mundo  defiende  su tesoro, y lo hace  automáticamente. Las  preguntas esenciales  son, pues:  ¿qué  es  realmente  importante  para  ti?, y ¿cuán  importante  lo es?  Una  vez  que hayas  aprendido a  tener en  cuenta  estas  preguntas  y a  tenerlas  presentes  en todas  tus  acciones, tendrás  muy poca  dificultad en  clarificar  los  medios. Los  medios  están a  tu disposición  siempre  que los  pidas.  Puedes, sin embargo, ahorrar  tiempo  si  no aplazas  innecesariamente  este  paso. Un enfoque  correcto  lo acortará  enormemente.

4. La  Expiación es  la  única  defensa  que  no puede  usarse  destructivamente  porque  no es  un recurso que  tú mismo  hayas  inventado.  El  principio  de  la  Expiación estaba  en vigor mucho antes  de  que  ésta comenzara.  El  principio  era  el  amor y la  Expiación  fue  un acto  de  amor.  Antes  de  la  separación  los actos  eran innecesarios  porque  no existía  la  creencia  en el  tiempo  ni  en  el  espacio.  Fue  sólo después de  la  separación cuando  se  planearon  la  Expiación  y las  condiciones  necesarias  para  su cumplimiento.  Se  necesitó  entonces  una  defensa  tan  espléndida  que  fuese  imposible  usarla indebidamente,  aunque  fuese  posible  rechazarla.  Su rechazo, no obstante, no podía  convertirla  en un arma  de  ataque, que  es  la  característica  intrínseca  de  otras  defensas. La  Expiación, pues, resulta  ser la  única  defensa  que  no es  una  espada  de  dos  filos.  Tan sólo puede  sanar.

5. La  Expiación se  instituyó dentro  de  la  creencia  en  el  tiempo y en  el  espacio  para  fijar un límite  a la  necesidad  de  la  creencia  misma, y, en  última  instancia,  para  completar  el  aprendizaje. La Expiación  es  la  lección  final.  El  aprendizaje  en sí, al  igual  que  las  aulas  donde  tiene  lugar, es temporal.  La  capacidad  para  aprender carece  de  valor cuando  ya  no hay necesidad de  cambiar. Los que  son eternamente  creativos  no tienen  nada  que  aprender.  Tú  puedes  aprender  a  mejorar  tus percepciones  y puedes  convertirte  progresivamente  en un mejor alumno. De  este  modo habrá  cada vez  más  armonía  entre  la  creación  y tú, pero  la  Filiación  en sí  es  una  creación perfecta  y la perfección  no tiene  grados. El  aprendizaje  tiene  sentido únicamente  mientras  se  crea  en diferencias.

6. La  evolución es  un proceso en el  que  aparentemente  pasas  de  una  etapa  a  la  siguiente. Corriges tus  previos  tropiezos  yendo  hacia  delante. Este  proceso es  realmente  incomprensible  en términos temporales, puesto que  retornas  a  medida  que  avanzas. La  Expiación es  el  medio  a  través  del  cual puedes  liberarte  del  pasado a  medida  que  avanzas. La  Expiación desvanece  los  errores  que cometiste  en el  pasado, haciendo de  este  modo innecesario  el  que  sigas  volviendo sobre  tus  pasos sin avanzar hacia  tu  retorno. En  este  sentido  la  Expiación  ahorra  tiempo,  pero al  igual  que  el milagro  al  que  sirve,  no lo abole.  Mientras  siga  habiendo necesidad de  Expiación, seguirá  habiendo necesidad de  tiempo.  Pero la  Expiación,  en cuanto  que  plan  que  ya  se  ha  completado, tiene  una relación  única  con el  tiempo.  Hasta  que  la  Expiación no se  complete,  sus  diversas  fases evolucionarán  en el  tiempo, pero la  Expiación en  su totalidad se  encuentra  al  final  del  tiempo.  En ese  punto  el  puente  de  retorno ya  se  ha  construido.

7. La  Expiación es  un compromiso total. Puede  que  aún asocies  esto con perder,  equivocación ésta que  todos  los  Hijos  de  Dios  separados  cometen  de  una  u otra  forma.  Resulta  difícil  creer  que  una defensa  que  no puede  atacar  sea  la  mejor defensa.  Eso es  lo que  se  quiere  decir  con "los  mansos heredarán la  tierra". Literalmente  se  apoderarán  de  ella  debido  a  su fortaleza.  Una  defensa  de  doble filo  es  intrínsecamente  débil  precisamente  porque  tiene  dos  filos, y puede  volverse  contra  ti inesperadamente. Esta  posibilidad no se  puede  controlar  excepto  con milagros. El  milagro convierte la  defensa  de  la  Expiación  en tu verdadera  protección,  y, a  medida  que  adquieres  más  y más seguridad,  asumes  tu talento  natural  de  proteger a  otros, reconociéndote  simultáneamente  como Hijo  y como hermano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres que te resuelva cualquier pregunta no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de e-mail, estaré encantado de ayudarte: edgardomenechcoach@hotmail.com
También puedes buscarme en Facebook como Edgar Doménech Macías.