sábado, 29 de diciembre de 2018

T3. IV. El error y el ego


*T3. IV. El error y el ego*

1. Las  capacidades  que  ahora  posees  no son sino sombras  de  tu  verdadera  fuerza.  Todas  las funciones  que  ahora  tienes  están  divididas  y son susceptibles  de  ser cuestionadas  y puestas  en duda. Esto  se  debe  a  que  no tienes  certeza  acerca  de  cómo vas  a  usarlas, y,  por consiguiente,  el conocimiento queda  vedado para  ti.  Y  éste  te  está  asimismo  vedado porque  todavía  percibes  sin amor.  Antes  de  que  la  separación  introdujese  las  nociones  de  grados, aspectos  e  intervalos, la percepción  no existía.  El  espíritu no tiene  niveles, y todo  conflicto surge  como consecuencia  del concepto de  niveles. Sólo  los  Niveles  de  la  Trinidad  gozan de  Unidad.  Los  niveles  creados  por la separación no pueden  sino estar en  conflicto. Ello se  debe  a  que  ninguno de  ellos  significa  nada  para los  demás.

2. La  conciencia  -el  nivel  de  la  percepción- fue  la  primera  división que  se  introdujo en  la  mente después  de  la  separación,  convirtiendo a  la  mente  de  esta  manera  en  un instrumento  perceptor  en vez  de  en un instrumento  creador.  La  conciencia  ha  sido correctamente  identificada  como perteneciente  al  ámbito  del  ego. El  ego es  un intento  erróneo de  la  mente  de  percibirte  tal  como deseas  ser, en  vez  de  como realmente  eres. Sin embargo,  sólo te  puedes  conocer a  ti  mismo  como realmente  eres, ya  que  de  eso es  de  lo  único que  puedes  estar seguro.  Todo  lo demás  es cuestionable.

3. El  ego es  el  aspecto inquisitivo  del  ser que  surgió después  de  la  separación,  el  cual  fue  fabricado en  vez  de  creado. Es  capaz  de  hacer preguntas,  pero no de  percibir respuestas  significativas, ya  que éstas  entrañan  conocimiento  y no se  pueden percibir.  La  mente  está,  por consiguiente, confusa porque  sólo  la  Mentalidad-Uno está  exenta  de  confusión. Una  mente  separada  o dividida  no puede sino estar  confundida.  Tiene  necesariamente  que  sentirse  incierta  acerca  de  lo que  es.  Y  no puede sino estar  en conflicto,  puesto  que  está  en desacuerdo consigo  misma.  Esto hace  que  sus  aspectos sean extraños  entre  sí, y ésta  es  la  esencia  de  la  condición  propensa  al  miedo en  la  que  el  ataque siempre  tiene  cabida.  Tal  como te  percibes  tienes  todas  las  razones  del  mundo para  sentirte atemorizado. De  ahí  que  no te  puedas  liberar  del  miedo hasta  que  no te  des  cuenta,  no sólo  de  que no te  creaste  a  ti  mismo, sino de  que  tampoco habrías  podido hacerlo. Nunca  podrás  hacer  que  tus percepciones  falsas  sean verdaderas,  y tu creación no se  ve  afectada  en modo  alguno por tu error. Por eso es  por lo que, en  última  instancia,  tienes  que  optar por subsanar la  separación.

4. No se  debe  confundir  a  la  mente  que  goza  de  conocimiento con la  mentalidad  recta, ya  que  sólo esta  última  está  vinculada  a  la  percepción verdadera. Puedes  tener una  mentalidad  recta  o una mentalidad errada, y aun esto  es  cuestión de  grados, lo cual  demuestra  claramente  que  ninguna  de ellas  tiene  nada  que  ver con  el  conocimiento. El  término "mentalidad recta" se  debe  entender  como aquello que  corrige  la  "mentalidad errada",  y se  refiere  al  estado mental  que  induce  a  una percepción  fidedigna.  Es  un estado de  mentalidad  milagrosa  porque  sana  la  percepción errónea,  lo cual  es  ciertamente  un milagro  en vista  de  como  te  percibes  a  ti  mismo.

5. La  percepción siempre  entraña  algún  uso inadecuado  de  la  mente,  puesto que  la  lleva  a  áreas  de incertidumbre. La  mente  es  muy activa.  Cuando elige  estar  separada, elige  percibir. Hasta  ese momento  su voluntad es  únicamente  gozar  de  conocimiento.  Una  vez  que  ha  elegido  percibir, no puede  sino elegir  ambiguamente, y la  única  forma  de  escaparse  de  la  ambigüedad es  mediante  una percepción  clara.  La  mente  retorna  a  su verdadera  función  únicamente  cuando su voluntad  es  gozar de  conocimiento.  Esto la  pone  al  servicio del  espíritu,  donde  la  percepción  cambia. La  mente  elige dividirse  a  sí  misma  cuando  elige  inventar sus  propios  niveles. Pero no puede  separarse completamente  del  espíritu,  ya  que  de  éste  es  de  donde  deriva  todo  su poder para  fabricar o para crear.  Aun en  la  creación  falsa  la  mente  está  afirmando su Origen, pues, de  otro modo, simplemente dejaría  de  existir. Esto  último,  no obstante,  es  imposible,  ya  que  la  mente  le  pertenece  al  espíritu  que Dios  creó, y que,  por lo tanto,  es  eterno.

6. La  capacidad de  percibir  hizo que  el  cuerpo  fuese  posible,  ya  que  tienes  que  percibir algo  y percibirlo  con algo.  Por eso es  por lo  que  la  percepción  siempre  entraña  un intercambio  o interpretación  que  el  conocimiento  no requiere.  La  función  interpretativa  de  la  percepción,  que  es una  forma  de  creación  distorsionada,  te  permitió  entonces  llegar  a  la  conclusión de  que  tú eres  tu cuerpo,  en un intento de  escapar del  conflicto que  tú mismo  habías  provocado.  El  espíritu, que  goza de  absoluto conocimiento, no pudo avenirse  a  esta  pérdida  de  poder, ya  que  es  incapaz  de  albergar obscuridad.  Esto hizo  que  el  espíritu fuese  casi  inaccesible  a  la  mente  y completamente  inaccesible al  cuerpo.  A  partir  de  ahí, se  percibió  al  espíritu como  una  amenaza, puesto  que  la  luz  disipa  la obscuridad  al  mostrarte  simplemente  que  ésta  no se  encuentra  ahí. La  verdad siempre  prevalecerá sobre  el  error de  este  modo. No puede  ser éste  un proceso activo de  corrección  porque, como ya  he puesto  de  relieve, el  conocimiento  no hace  nada. Puede  ser percibido como un agresor, pero  no puede  atacar. Lo  que  tú percibes  como  su ataque  es  tu  propio vago reconocimiento  de  que  el conocimiento siempre  se  puede  recordar,  al  no haber  sido jamás  destruido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres que te resuelva cualquier pregunta no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de e-mail, estaré encantado de ayudarte: edgardomenechcoach@hotmail.com
También puedes buscarme en Facebook como Edgar Doménech Macías.