domingo, 30 de diciembre de 2018

T3. V. Más allá de la percepción


*T3. V. Más allá de la percepción*

1. He  dicho  que  las  capacidades  que  ahora  posees  no son sino sombras  de  tu  verdadera  fortaleza, y que  la  percepción, que  es  intrínsecamente  enjuiciadora, comenzó sólo después  de  la  separación. Desde  entonces  nadie  ha  estado seguro de  nada. He  dejado  claro  asimismo  que  la  resurrección fue el  medio  para  regresar  al  conocimiento, lo  cual  se  logró  mediante  la  unión de  mi  voluntad con  la  de mi  Padre. Es  oportuno  ahora  establecer  una  distinción que  ha  de  clarificar  algunos  de  los  postulados que  se  presentarán más  adelante.

2. Desde  que  se  produjo  la  separación ha  habido una  gran  confusión  entre  las  palabras  "crear" y "fabricar". Cuando  fabricas  algo,  lo haces  como resultado de  una  sensación específica  de  carencia  o de  necesidad.  Nada  que  se  haya  hecho  con un propósito específico  tiene  la  capacidad de  poder generalizarse. Cuando haces  algo para  remediar lo  que  percibes  como una  insuficiencia, estás afirmando tácitamente  que  crees  en la  separación.  El  ego ha  inventado un gran número de  sistemas de  pensamiento  ingeniosos  con ese  propósito.  Mas  ninguno de  ellos  es  creativo. La  inventiva, aun en  su manifestación más  ingeniosa, es  un esfuerzo  en vano. Su naturaleza  sumamente  específica apenas  se  compara  con la  creatividad  abstracta  de  las  creaciones  de  Dios.

3. El  conocimiento, como  ya  hemos  observado, no conduce  a  la  acción.  Tu  confusión entre  tu verdadera  creación  y lo que  has  hecho  de  ti  mismo es  tan  grande  que  se  te  ha  hecho  literalmente imposible  saber  nada. El  conocimiento  es  siempre  estable,  y es  evidente  que  tú  no lo eres.  Aun así, eres  perfectamente  estable  tal  como  Dios  te  creó. En  ese  sentido, cuando  tu comportamiento  es inestable,  estás  en desacuerdo  con la  Idea  que  Dios  tiene  acerca  de  tu creación. Puedes  hacer esto si así  lo eliges, mas  no querrías  hacerlo  si  estuvieses  en tu  mente  recta.

4. La  pregunta  fundamental  que  continuamente  te  haces  no puedes  propiamente  dirigírtela  a  ti mismo.  Continúas  preguntándote  qué  es  lo que  eres, lo cual  implica  no sólo que  sabes  la  respuesta, sino que  es  a  ti  a  quien le  corresponde  proveerla. No obstante,  es  imposible  que  puedas  percibirte  a ti  mismo  correctamente. No tienes  una  imagen que  puedas  percibir.  La  palabra  "imagen"  está siempre  vinculada  a  la  percepción  y no forma  parte  del  conocimiento.  Las  imágenes  son simbólicas y representan algo  diferente  de  ellas  mismas. La  idea  de  "cambiar tu imagen"  reconoce  el  poder de la  percepción, pero implica  también  que  no hay nada  estable  en ti  que  se  pueda  conocer.

5. El  conocimiento no está  sujeto a  interpretaciones.  Puedes  tratar  de  "interpretar"  el  significado de algo,  pero en eso siempre  existe  la  posibilidad  de  equivocarse  porque  se  refiere  a  la  percepción que se  tiene  del  significado.  Tales  incongruencias  son el  resultado  de  tus  intentos  de  considerarte  a  ti mismo  separado y no-separado  al  mismo tiempo. Es  imposible  incurrir en  una  confusión tan fundamental  sin aumentar aún  más  tu confusión  general.  Tu mente  podrá  haber llegado  a  ser muy ingeniosa, pero como  siempre  ocurre  cuando  el  método y el  contenido están  en desacuerdo, la  usas en  un fútil  intento  de  escaparte  de  un callejón sin salida. La  ingeniosidad  no tiene  nada  que  ver con el  conocimiento,  pues  el  conocimiento  no requiere  ingeniosidad.  El  pensamiento  ingenioso no es  la verdad  que  te  hará  libre, pero te  librarás  de  la  necesidad  de  usarlo una  vez  que  estés  dispuesto a prescindir de  él.

6. La  oración  es  una  forma  de  pedir algo.  Es  el  vehículo  de  los  milagros. Mas  la  única  oración  que tiene  sentido es  la  del  perdón porque  los  que  han sido perdonados  lo  tienen  todo. Una  vez  que  se  ha aceptado  el  perdón, la  oración,  en su sentido usual,  deja  de  tener  sentido. La  oración  del  perdón no es  más  que  una  petición para  que  puedas  reconocer lo  que  ya  posees. Cuando elegiste  la  percepción en  vez  del  conocimiento,  te  colocaste  en una  posición  en la  que  sólo  percibiendo milagrosamente podías  parecerte  a  tu  Padre. Has  perdido el  conocimiento  de  que  tú  mismo eres  un milagro  de  Dios. La  creación es  tu Fuente  y es  también la  única  función que  verdaderamente  tienes.

7. La  afirmación  "Dios  creó  al  hombre  a  imagen y semejanza  propia"  necesita  ser reinterpretada. "Imagen" puede  entenderse  como "pensamiento"  y "semejanza" como  "de  una  calidad  semejante." Dios  efectivamente  creó al  espíritu  en Su Propio Pensamiento y de  una  calidad  semejante  a  la  Suya Propia.  No hay  nada  más. La  percepción, por otra  parte,  no puede  tener  lugar  sin la  creencia  en "más"  y en "menos". La  percepción  entraña  selectividad a  todo  nivel.  Es  un proceso continuo  de aceptación y rechazo, de  organización  y reorganización,  de  substitución  y cambio.  Evaluar es  un aspecto esencial  de  la  percepción,  ya  que  para  poder seleccionar es  necesario juzgar.

8. ¿Qué  le  ocurre  a  la  percepción  en ausencia  de  juicios, o de  nada  que  no sea  perfecta  igualdad? Percibir se  vuelve  imposible. La  verdad sólo se  puede  conocer.  Toda  ella  es  igualmente  verdadera  y conocer cualquier parte  de  ella  es  conocerla  en su totalidad.  Únicamente  la  percepción entraña  una conciencia  parcial.  El  conocimiento transciende  las  leyes  que  gobiernan  la  percepción porque  un conocimiento parcial  es  imposible.  El  conocimiento  es  uno y no tiene  partes  separadas.  Tú  que  eres realmente  uno con  él, sólo necesitas  conocerte  a  ti  mismo para  que  tu conocimiento sea  total. Conocer  el  milagro  de  Dios  es  conocerlo  a  Él.

9. El  perdón es  lo que  sana  la  percepción  de  la  separación.  Es  necesario  que  percibas  correctamente a  tu hermano  debido a  que  las  mentes  han elegido considerarse  a  sí  mismas  como entidades separadas.  El  espíritu tiene  absoluto  conocimiento de  Dios. En eso radica  su poder milagroso. El hecho  de  que  cada  uno de  nosotros  disponga  de  ese  poder en su totalidad  es  una  condición enteramente  ajena  al  pensar del  mundo. El  mundo cree  que  si  alguien lo  tiene  todo, no queda  nada para  los  demás. Mas  los  milagros  de  Dios  son tan  totales  como  Sus  Pensamientos  porque  son Sus Pensamientos.

10. Mientras  continúe  habiendo  percepción, la  oración  será  necesaria.  Puesto que  la  percepción se basa  en  la  escasez,  los  que  perciben no han aceptado  totalmente  la  Expiación ni  se  han entregado  a la  verdad. La  percepción se  basa  en  un estado de  separación, así  que  todo aquel  que  de  alguna manera  percibe, tiene  necesidad  de  curación.  El  estado natural  de  los  que  gozan de  conocimiento  es la  comunión,  no la  oración. Dios  y Su milagro  son inseparables.  ¡Cuán bellos  son en verdad  los Pensamientos  de  Dios  que  viven  en Su Luz!  Tu valía  está  más  allá  de  la  percepción  porque  está  más allá  de  toda  duda.  No te  percibas  a  ti  mismo bajo  ninguna  otra  luz. Conócete  en la  única  Luz  en la que  el  milagro que  eres  se  alza  en perfecta  claridad.

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