domingo, 21 de abril de 2019

T13. IV. La función del tiempo


*T13. IV. La función del tiempo*


1.  Y  ahora, la  razón  por la  que  tienes  miedo de  este  curso debiera  ser evidente. Pues  éste  es  un curso acerca  del  amor,  ya  que  es  un curso acerca  de  ti. Se  te  ha  dicho  que  tu función  en este  mundo es curar,  y que  tu  función en el  Cielo  es  crear.  El  ego te  enseña  que  tu función  en la  tierra  es  destruir,  y que  no tienes  ninguna  función  en el  Cielo. Quiere,  por lo tanto, destruirte  aquí  y enterrarte  aquí, sin dejarte  otra  herencia  que  el  polvo  del  que  cree  fuiste  "creado".  Mientras  el  ego se  encuentra razonablemente  satisfecho  contigo de  acuerdo con  sus  razonamientos, te  ofrece  el  olvido. Cuando se  torna  abiertamente  despiadado, te  ofrece  el  infierno.

2. No obstante,  ni  el  olvido ni  el  infierno te  resultan  tan inaceptables  como  el  Cielo. Para  ti  el  Cielo es  el  infierno  y el  olvido,  y crees  que  el  verdadero  Cielo  es  la  mayor  amenaza  que  podrías experimentar.  Pues  el  infierno  y el  olvido son ideas  que  tú  mismo inventaste,  y estás  resuelto  a demostrar su realidad para  así  establecer  la  tuya.  Si  se  pone  en duda  su realidad  crees  que  se  pone en  duda  la  tuya,  pues  crees  que  el  ataque  es  tu realidad,  y que  tu destrucción  es  la  prueba  final  de que  tenías  razón.

3. Dadas  las  circunstancias, ¿no sería  más  deseable  estar equivocado,  aparte  del  hecho  de  que, en efecto, lo  estás?  Aunque  tal  vez  se  podría  argumentar que  la  muerte  indica  que  antes  hubo vida, nadie sostendría que prueba que la vida existe. Incluso la vida previa a la que la muerte parece señalar, habría sido inútil si tan sólo hubiese desembocado en la muerte y necesitase de ésta para probar que existió. Pones en duda el Cielo, pero no pones en duda la muerte. No obstante, podrías sanar y ser sanado si la pusieses en duda. Y aunque no sabes lo que es el Cielo, ¿no sería éste más deseable que la muerte? Has sido tan selectivo con respecto a lo que pones en duda como con respecto a lo que percibes. Una mente receptiva es mucho más honesta que eso.

4. El ego tiene una extraña noción del tiempo, y ésa podría muy bien ser la primera de sus nociones que empiezas a poner en duda. Para el ego el pasado es importantísimo, y, en última instancia, cree que es el único aspecto del tiempo que tiene significado. Recuerda que el hincapié que el ego hace en la culpabilidad le permite asegurar su continuidad al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo de esa manera el presente. La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un continuo sin la intervención del presente. Pues el ego considera que el presente es tan sólo una breve transición hacia el futuro, en la que lleva el pasado hasta el futuro al interpretar el presente en función del pasado.

5. El "ahora" no significa nada para el ego. El presente tan sólo le recuerda viejas heridas, y reacciona ante él como si fuera el pasado. El ego no puede tolerar que te liberes del pasado, y aunque el pasado ya pasó, el ego trata de proteger su propia imagen reaccionando como si el pasado todavía estuviese aquí. Dicta tus reacciones hacia aquellos con los que te encuentras en el presente tomando como punto de referencia el pasado, empañando así la realidad actual de aquellos. De hecho, si sigues los dictados del ego, reaccionarás ante tu hermano como si se tratase de otra persona, y esto sin duda te impedirá conocerlo tal como es. Y recibirás mensajes de él basados en tu propio pasado porque, al hacer que el pasado cobre realidad en el presente, no te permitirás a ti mismo abandonarlo. De este modo, te niegas a ti mismo el mensaje de liberación que cada uno de tus hermanos te ofrece ahora.

6. De las sombrías figuras del pasado es precisamente de las que te tienes que escapar. No son reales, y no pueden ejercer ningún dominio sobre ti a menos que las lleves contigo. Pues contienen las áreas de dolor que hay en tu mente, y te incitan a atacar en el presente como represalia por un pasado que no existe. Y esta decisión es una que te acarreará dolor en el futuro. A menos que aprendas que todo el dolor que sufriste en el pasado es una ilusión, estarás optando por un futuro de ilusiones y echando a perder las múltiples oportunidades que el presente te ofrece para liberarte. El ego quiere conservar tus pesadillas e impedir que despiertes y te des cuenta de que pertenecen al pasado. ¿Cómo podrías reconocer un encuentro santo si lo percibes simplemente como un encuentro con tu pasado? Pues en ese caso no te estarías reuniendo con nadie, y el compartir la salvación, que es lo que hace que el encuentro sea santo, quedaría excluido de tu visión. El Espíritu Santo te enseña que siempre te encuentras contigo mismo, y el encuentro es santo porque tú lo eres. El ego te enseña que siempre te encuentras con tu pasado, y que debido a que tus sueños no fueron santos, el futuro tampoco puede serlo, y el presente no tiene ningún significado.

7. Es evidente que la percepción que el Espíritu Santo tiene del tiempo es exactamente la opuesta a la del ego. La razón de ello es igualmente clara, pues la percepción que ambos tienen del propósito del tiempo es diametralmente opuesta. Para el Espíritu Santo el propósito del tiempo es que éste finalmente se haga innecesario. El Espíritu Santo considera que la función del tiempo es temporal, al estar únicamente al servicio de Su función docente, que, por definición, es temporal. Hace hincapié, por lo tanto, en el único aspecto del tiempo que se puede extender hasta el infinito, ya que el ahora es lo que más se aproxima a la eternidad en este mundo. En la realidad del "ahora", sin pasado ni futuro, es donde se puede empezar a apreciar lo que es la eternidad. Pues sólo el "ahora" está aquí, y sólo el "ahora" ofrece las oportunidades de los encuentros santos en los que se puede encontrar la salvación.

8. El ego, por otra parte, considera que la función del tiempo es extenderse a sí mismo en lugar de extender la eternidad, pues, al igual que el Espíritu Santo, el ego considera que el objetivo del tiempo es el mismo que el suyo. El único propósito que el ego percibe en el tiempo, es que, bajo su dirección, haya continuidad entre pasado y futuro, y que el presente quede excluido a fin de que no se pueda abrir ninguna brecha en su propia continuidad. Su continuidad, por consiguiente, te mantiene en el tiempo, mientras que el Espíritu Santo quiere liberarte de él. La interpretación que el Espíritu Santo hace de los medios para alcanzar la salvación es la que tienes que aprender a aceptar, si quieres compartir Su objetivo, que no es otro que tu salvación.

9. Tú también interpretarás la función del tiempo según interpretes tu propia función. Si aceptas que tu función en el mundo del tiempo es curar, harás hincapié únicamente en el aspecto del tiempo en el que la curación puede tener lugar. La curación no se puede llevar a cabo en el pasado. Tienes que llevarse a cabo en el presente para así liberar el futuro. Esta interpretación enlaza el futuro con el presente, y extiende el presente en vez del pasado. Mas si crees que tu función es destruir, perderás de vista al presente y te aferrarás al pasado a fin de asegurar un futuro destructivo. Y el tiempo será tal como tú lo interpretes, pues, de por sí, no es nada.

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