martes, 15 de octubre de 2019

Manual para el maestro: Introducción


*MANUAL DEL MAESTRO*

*Introducción*

1. En  el  pensamiento  del  mundo,  los  papeles  de  maestro y estudiante  están, de  hecho, invertidos. Esta  inversión es  típica.  Parece  como si  el  maestro  y el  alumno estuviesen  separados  y como  si aquél  le  diese  algo  a  éste,  en vez  de  a  sí  mismo. Es  más, se  considera  que  enseñar es  una  actividad especial,  a  la  que  uno dedica  una  parte  relativamente  pequeña  de  su tiempo.  El  curso subraya, por otra  parte,  el  hecho  de  que  enseñar  es  aprender,  y de  que, por consiguiente, no existe  ninguna diferencia  entre  el  maestro y el  alumno.  Subraya,  asimismo,  que  enseñar  es  un proceso  continuo, que  ocurre  en todo  momento  del  día  y que  continúa  igualmente  en los  pensamientos  que  se  tienen durante  las  horas  de  sueño. 

2. Enseñar  es  demostrar.  Existen  solamente  dos  sistemas  de  pensamiento, y tú demuestras constantemente  tu creencia  de  que  uno u otro es  cierto. De  tu  demostración otros  aprenden,  al  igual que  tú. No es  cuestión de  si  vas  a  enseñar o no, ya  que  en eso no hay elección  posible. Podría decirse  que  el  propósito del  curso es  proporcionarte  los  medios  para  que  elijas  lo que  quieres enseñar,  en base  a  lo que  quieres  aprender.  No puedes  darle  nada  a  otro, ya  que  únicamente  te  das  a ti  mismo,  y esto se  aprende  enseñando.  Enseñar no es  otra  cosa  que  convocar testigos  para  que  den fe  de  lo que  crees. Es  un método  de  conversión que  no se  lleva  a  cabo  sólo  con palabras.  Toda situación tiene  que  ser para  ti  una  oportunidad más  para  enseñarles  a  otros  lo que  tú  eres, y lo que ellos  son para  ti.  No tiene  que  ser más  que  eso, pero tampoco  menos. 

3. Por lo tanto, el  programa  de  estudios  que  estableces  está  determinado  exclusivamente  por lo  que crees  que  eres  y por la  relación que  crees  que  otros  tienen contigo. En la  enseñanza  tradicional, es posible  que  estas  cuestiones  no tengan  nada  que  ver con lo que  crees  estar  enseñando. Sin embargo, es  imposible  no usar el  contenido de  cualquier  situación  en la  que  te  encuentres  en favor de  lo  que enseñas  realmente, y por ende,  aprendes  realmente. En  relación con esto,  el  contenido verbal  de  lo que  enseñas  es  irrelevante.  Puede  que  coincida  con  ello,  puede  que  no. La  enseñanza  que  yace  tras lo  que  dices  es  lo  que  te  enseña.  Enseñar no hace  sino reforzar  lo que  crees  acerca  de  ti  mismo.  Su propósito  fundamental  es  aplacar  las  dudas  que  albergamos  acerca  de  nosotros  mismos. Esto  no quiere  decir  que  el  ser que  estás  tratando de  proteger sea  real. Pero sí  quiere  decir que  el  ser que  tú consideras  real  es  al  que  le  enseñas. 

4. Esto  es  inevitable.  No hay  forma  de  escapar de  ello. ¿Cómo  podría  ser de  otra  manera?  Todo el que  sigue  las  enseñanzas  del  mundo,  y todo aquel  que  está  aquí  las  sigue  hasta  que  cambia  de parecer, enseña  únicamente  para  convencerse  a  sí  mismo de  que  él  es  lo  que  no es. He  aquí  el propósito  del  mundo.  ¿Cómo podrían  entonces  ser sus  enseñanzas  diferentes?  A  esta  situación  de enseñanza  restringida  y sin esperanzas, que  no enseña  sino muerte  y desolación,  Dios  envía  a  Sus maestros.  Y  conforme  éstos  enseñan  Sus  lecciones  de  júbilo  y de  esperanza,  su propio  aprendizaje finalmente  concluye. 

5. Si  no fuera  por los  maestros  de  Dios, habría  muy pocas  esperanzas  de  alcanzar la  salvación,  pues el  mundo del  pecado  parecería  ser eternamente  real. Los  que  se  engañan a  sí  mismos  tienen  que engañar, ya  que  no pueden sino enseñar  engaño. ¿Y  qué  otra  cosa  sino eso es  el  infierno?  Éste  es  un manual  para  los  maestros  de  Dios, quienes  no son perfectos, pues, de  lo  contrario,  no estarían aquí. Su misión,  no obstante,  es  alcanzar la  perfección  aquí,  y, por lo tanto,  la  enseñan  una  y otra  vez, de muchísimas  maneras, hasta  que  la  aprenden.  Y  después  ya  no se  les  ve  más, si  bien sus pensamientos  siguen  siendo una  fuente  de  fortaleza  y de  verdad  para  siempre.  ¿Quiénes  son? ¿Cómo  son escogidos?  ¿A  qué  se  dedican?  ¿Cómo pueden  alcanzar su propia  salvación  y la salvación del  mundo?  El  propósito  de  este  manual  es  contestar estas  preguntas. 

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