martes, 15 de octubre de 2019

Manual para el maestro. 3. ¿Cuáles son los niveles de enseñanza?


*Manual para el maestro. 3. ¿Cuáles son los  niveles de enseñanza?*

1. Los  maestros  de  Dios  no tienen  un nivel  de  enseñanza  fijo.  Cada  situación de  enseñanzaaprendizaje  entraña  en  sus  inicios  una  relación diferente,  si  bien el  objetivo final  es  siempre  el mismo:  hacer de  la  relación una  relación  santa, en  la  que  ambos  puedan ver  al  Hijo de  Dios  libre  de pecado. No hay nadie  de  quien  un maestro de  Dios  no pueda  aprender,  de  manera  que  no hay  nadie a  quien él  no pueda  enseñar.  Desde  un punto de  vista  práctico, no obstante, es  imposible  que  pueda llegar a  conocer a  todo el  mundo, o que  todo  el  mundo lo  pueda  encontrar a  él. Por lo tanto, el  plan dispone  que  cada  maestro de  Dios  establezca  contactos  muy  específicos.  En la  salvación  no hay coincidencias. Los  que  tienen  que  conocerse  se  conocerán, ya  que  juntos  tienen el  potencial  para desarrollar una  relación santa.  Están listos  el  uno para  el  otro. 

2. El  nivel  más  simple  de  enseñanza  aparenta  ser bastante  superficial.  Consiste  en lo  que  parecen ser encuentros  fortuitos:  el  encuentro  de  dos  supuestos  extraños  en un ascensor "por casualidad";  el niño  que  sin mirar  adonde  va  se  tropieza  con un adulto "por accidente";  dos  estudiantes  que  "de pronto"  se  encuentran  caminando juntos  a  casa. Estos  encuentros  no ocurren  al  azar. Cada  uno de ellos  tiene  el  potencial  de  convertirse  en una  situación de  enseñanza-aprendizaje. Quizá  los  dos supuestos  extraños  en  el  ascensor se  sonrían el  uno al  otro;  tal  vez  el  adulto no reprenda  al  niño por haber  tropezado  con él,  y tal  vez  los  estudiantes  se  hagan  amigos. Es  posible,  incluso en  el  nivel  de encuentro más  fortuito,  que  dos  personas  pierdan de  vista  sus  intereses  separados  aunque  sólo  sea por un instante. Ese  instante  será  suficiente. La  salvación ha  llegado. 

3. Es  difícil  entender  que  el  concepto  de  niveles  de  enseñanza  del  curso universal  esté  tan desprovisto  de  significado  en la  realidad como  lo está  el  concepto de  tiempo.  La  ilusión de  uno permite  la  ilusión del  otro. Con el  tiempo,  el  maestro de  Dios  parece  comenzar a  cambiar de  parecer acerca del mundo con una sola decisión, y luego, a medida que la enseña, aprende más y más acerca de esa nueva orientación. Hemos hablado ya de la ilusión del tiempo, pero la ilusión de diferentes niveles de enseñanza parece ser algo distinto. Quizá la mejor manera de demostrar que estos niveles no pueden existir, es simplemente diciendo que todo nivel en la situación de enseñanza-aprendizaje es parte del plan de Dios para la Expiación, y Su plan no puede tener niveles, por ser un reflejo de Su Voluntad. La salvación está siempre lista y siempre presente. Los maestros de Dios operan en diferentes niveles, pero el resultado es siempre el mismo. 

4. Cada situación de enseñanza-aprendizaje es máxima, en el sentido de que cada persona involucrada aprende lo máximo que puede de la otra en ese momento. En ese sentido, y sólo en ese sentido, podemos hablar, de niveles de enseñanza. Si usamos esta definición de niveles de enseñanza, el segundo nivel es una relación más prolongada en la que, por algún tiempo, dos personas se embarcan en una situación de enseñanza-aprendizaje bastante intensa, y luego parecen separarse. Al igual que en el primer nivel, estos encuentros no son por casualidad, ni lo que aparenta ser el final de la relación es realmente un final. Una vez más, cada uno de ellos aprendió lo máximo posible durante el tiempo que estuvieron juntos. Los que se han conocido, no obstante, volverán algún día a encontrarse, pues el destino de toda relación es hacerse santa. Dios no se equivoca con respecto a Su Hijo. 

5. El tercer nivel de enseñanza se da en relaciones que, una vez formadas, son de por vida. En estas situaciones de enseñanza-aprendizaje se le provee a cada persona de un compañero de aprendizaje determinado que le ofrece oportunidades ilimitadas de aprender. Por lo general no hay muchas relaciones de este tipo, ya que su existencia implica que las personas en cuestión han alcanzado simultáneamente un nivel en el que el equilibrio entre aprendizaje y enseñanza es perfecto. Esto no significa que necesariamente se den cuenta, de ello; de hecho, en la mayor parte de las ocasiones no se dan cuenta. Puede que incluso haya bastante hostilidad entre ellos por algún tiempo, o tal vez de por vida. Mas si así lo deciden, tienen ante sí la lección perfecta y pueden aprenderla. Y si deciden aprenderla, se convierten en los salvadores de los maestros que flaquean y que incluso parecen fracasar. Es imposible que un maestro de Dios no encuentre la Ayuda que necesita. 

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