miércoles, 20 de noviembre de 2019

Lección 326. He de ser por siempre un Efecto de Dios


*Lección 326. He de ser por siempre un Efecto de Dios*

1. Padre,  fui  creado  en  Tu  Mente, como  un Pensamiento  santo que  nunca  abandonó su hogar.  He  de ser por siempre  Tu  Efecto, y  Tú por siempre  y para  siempre, mi  Causa. Sigo siendo tal  como  Tú me creaste.  Todavía  me  encuentro allí  donde  me  pusiste.  Y  todos  Tus  atributos  se  encuentran en mí, pues  Tu  Voluntad  fue  tener  un Hijo tan  semejante  a  su Causa,  que  Causa  y Efecto fuesen indistinguibles. Que  tome  conciencia  de  que  soy un Efecto  Tuyo  y de  que, por consiguiente,  poseo el  mismo  poder de  crear  que  Tú.  Y  así  como  es  en el  Cielo, sea  en  la  tierra. Sigo  Tu plan  aquí,  y sé que  al  final  congregarás  a  todos  Tus  Efectos  en  el  plácido Remanso de  Tu  Amor, donde  la  tierra desaparecerá  y todos  los  pensamientos  separados  se  unirán llenos  de  gloria  como  el  Hijo  de  Dios. 

2.  Veamos  hoy la  tierra  desaparecer,  al  principio  transformada,  y después, una  vez  que  haya  sido perdonada, veámosla  desvanecerse  completamente  en la  santa  Voluntad de  Dios. 

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