miércoles, 27 de febrero de 2019

Lección 64. No dejes que me olvide de mi función


*Lección 64. No dejes que me olvide de mi función*

1. La idea de hoy es simplemente otra manera de decir: "No me dejes caer en la tentación". El propósito del mundo que ves es nublar tu función de perdonar y proveerte de una justificación por haberte olvidado de ella. Es asimismo la tentación de abandonar a Dios y a Su Hijo adquiriendo una apariencia física. Esto es lo que los ojos del cuerpo ven.

2. Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación.

3. Al repasar nuestras últimas lecciones, vemos que tu función aquí es ser la luz del mundo, y que es una función que Dios Mismo te dio. La arrogancia del ego es lo único que te hace poner esto en duda, y el miedo del ego lo único que te induce a considerarte a ti mismo indigno de la tarea que Dios Mismo te encomendó. La salvación del mundo aguarda tu perdón porque a través de él el Hijo de Dios se libera de todas las ilusiones y, por ende, de toda tentación. El Hijo de Dios eres tú.

4. Sólo desempeñando la función que Dios te dio podrás ser feliz. Esto se debe a que tu función es ser feliz valiéndote de los medios mediante los cuales la felicidad se vuelve inevitable. No hay otra manera. Por lo tanto, cada vez que eliges entre si desempeñar o no tu función, estás en realidad eligiendo entre ser feliz o no serlo.

5. Recordemos esto hoy. Tengámoslo presente por la mañana, por la noche, y también a lo largo del día. Prepárate de antemano para todas las decisiones que tengas que tomar hoy, recordando que todas ellas son en realidad muy simples. Cada una te conducirá ya sea a la felicidad o a la infelicidad. ¿Puede ser acaso difícil tomar una decisión tan simple? No permitas que la forma de la decisión te engañe. Complejidad en lo relativo a la forma no implica complejidad en lo relativo al contenido. Es imposible que el contenido de cualquier decisión aquí en la tierra se componga de cualquier otra cosa que no sea esta simple elección. Ésta es la única elección que el Espíritu Santo ve. Por lo tanto, es la única elección que existe.

6. Practiquemos hoy, pues, con estos pensamientos: No dejes que me olvide de mi función. No dejes que trate de substituir la que Dios me dio por la mía. Déjame perdonar y ser feliz. Por lo menos una vez hoy, dedica diez o quince minutos a reflexionar acerca de esto con los ojos cerrados. Pensamientos  afines  acudirán  en tu ayuda  si  recuerdas  cuán  crucial  es  tu  función para  ti  y para  el mundo.

7. En  las  aplicaciones  frecuentes  de  la  idea  de  hoy a  lo largo  del  día,  dedica  varios  minutos  a  repasar estos  pensamientos  y luego  a  pensar en  ellos  y en nada  más. Esto te  resultará  difícil,  sobre  todo al principio,  ya  que  aún no tienes  la  disciplina  mental  que  ello  requiere.  Tal  vez  necesites  repetir:  "No dejes  que  me  olvide  de  mi  función" con bastante  frecuencia  para  que  te  ayude  a  concentrarte.

8. Hoy se  requieren  dos  variaciones  de  las  sesiones  de  práctica  más  cortas. Haz  los  ejercicios  con los  ojos  cerrados  algunas  veces,  tratando  de  concentrarte  en los  pensamientos  que  estés  usando.  En otras,  mantén  los  ojos  abiertos  una  vez  que  hayas  repasado los  pensamientos, y luego  mira  a  tu alrededor lenta  e  imparcialmente, repitiendo  para  tus  adentros:  Éste  es  el  mundo que  es  mi  función salvar.


~Lección 64 UCDM:
''No dejes que me olvide de mi función''.

*Comentario:

¿Cuál es nuestra función en este mundo? Perdonar. 

Vivimos en un mundo de ideas dementes, en el que se le teme a la palabra Dios, pero se acepta la ira, el resentimiento, la culpa, la venganza, y toda una serie de pensamientos de miedo que no nos hace ningún bien. Hoy el Curso quiere recordarnos una vez más, que nada puede herirnos a no ser que le confiramos ese poder. 

Todo lo que hace daño a nuestro sistema de pensamiento es por habernos identificado con el maestro equivocado, el maestro del miedo ha sido aceptado dentro de nosotros mismos y vivimos de acuerdo a sus ideas. La pregunta que debes hacer es, ¿estoy en paz viviendo así? ¿me siento feliz y tranquilo pensando de esta forma?
Si tu respuesta es que no, algo que se dará casi en el 100% de los casos, es que no has aceptado tu verdadera función en este mundo.

Todo lo que nos hace daño, son ilusiones que han sido aceptadas en nuestra mente: La ilusión de necesidad, la de fracaso, la de separación, la de insuficiencia, la del requisito, la del juicio, la de condenación, la de condicionalidad, la de superioridad y la de ignorancia.

Así que si en un momento dado estuvimos en guardia para aceptar esas ideas, hoy podemos revertir todas estas ilusiones que nos hacen daño, y permanecer en guardia para perdonarnos constantemente, así lograremos alcanzar la paz absoluta y vivir en calma. Solo así aceptaremos nuestra verdadera función en este mundo.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.


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