domingo, 24 de febrero de 2019

Lección 61. Yo soy la luz del mundo


*Lección 61. Yo soy la luz del mundo*

1. ¿Quién es la luz del mundo sino el Hijo de Dios? Por lo tanto, esto no es más que una afirmación de la verdad acerca de ti. Es lo opuesto a una afirmación de orgullo, de arrogancia o de autoengaño. No describe el concepto de ti mismo que tú has forjado. No se refiere a ninguna de las características con las que has dotado a tus ídolos. Se refiere a ti tal como fuiste creado por Dios. Expresa simplemente la verdad.

2. Para el ego la idea de hoy es el epítome de la auto-glorificación. Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la confunde con la auto-degradación. La humildad consiste en aceptar el papel que te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. No es humildad insistir que no puedes ser la luz del mundo si ésa es la función que Dios Mismo te asignó. Es sólo la arrogancia la que afirmaría que ésa no puede ser tu función, y la arrogancia es siempre cosa del ego.

3. La verdadera humildad requiere que aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios la que te dice que es verdad. Éste es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra. Es un paso gigantesco que te conducirá al lugar que te corresponde ocupar en la salvación. Es una aseveración categórica de tu derecho a la salvación y un reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar a otros.

4. Debes reflexionar hoy acerca de esta idea tan a menudo como puedas. Es la respuesta perfecta a todas las ilusiones y, por ende, a toda tentación. La idea de hoy lleva todas las imágenes que tú has forjado de ti mismo ante la verdad y te ayuda a seguir adelante en paz, sin agobios y seguro de tu propósito.

5. Hoy se deben llevar a cabo tantas sesiones de práctica como sea posible, aunque no es necesario que ninguna exceda uno o dos minutos de duración. Debes empezar cada sesión de práctica diciéndote a ti mismo: Yo soy la luz del mundo. Ésa es mi única función. Por eso es por lo que estoy aquí. Piensa entonces en estas afirmaciones por unos breves momentos, preferiblemente con los ojos cerrados si las circunstancias lo permiten. Deja que te vengan a la mente unos cuantos pensamientos afines y, si observas que tu mente se aparta del tema central, repite la idea de hoy para tus adentros.

6. Asegúrate de comenzar y finalizar el día con una sesión de práctica. De este modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzarás a lo largo del día y te irás a dormir reafirmando tu función y el único propósito que tienes aquí. Estas dos sesiones de práctica pueden ser más largas que las demás si te resultan útiles y deseas extenderlas.

7. La idea de hoy va mucho más allá de la mezquina opinión que el ego tiene de ti y de tu propósito. Como portador de la salvación que eres, esto es obviamente necesario. Éste es el primero de una serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las próximas semanas. Trata de empezar hoy a sentar las bases para estos avances. Tú eres la luz del mundo. Dios ha edificado Su plan para la salvación de Su Hijo sobre ti.


~Lección 61 UCDM: ''Yo soy la luz del mundo''.
*Comentario:

Esta lección se podría definir en dos partes. *Yo soy* que es la afirmación de que somos el Cristo, nuestra maravillosa imaginación humana y creativa; y *la luz del mundo*, es la afirmación de lo que decido ser, lo que decido crear en mi mundo.

Las simples palabras YO SOY, significan el Padre, la creación, el Universo. Son perfectas sin nada más detrás, ya que la mayoría de las veces, la usamos en nuestra contra. ''Yo soy un desgraciado'' (eso se hará real para ti), ''yo soy pobre'' (vivirás en la carencia porque lo has pedido). Yo soy cualquiera de las ilusiones que ha inventado la razón humana, menos elegir ver la luz que hay en ti y aquí entra la segunda parte de la explicación.

Somos la luz del mundo, porque todos llevamos esa luz que nos guía dentro, esa luz que nos permite ser bondadoso con nuestros hermanos, esa luz que es la emoción de amor que es nuestra condición natural. De nosotros depende elegir y decidir en cada momento lo que deseamos ser, lo que deseamos crear. Lo que deseemos imaginar es lo que haremos real en este mundo perceptivo. Tu deseo es lo que determina los efectos que ha de tener en ti porque lo elegiste como un medio para obtener esos efectos.

Bruce Lipton, es su fenomenal libro "La biología de la creencia", también menciona nuestra luz interior de una forma muy comprensible:

Mucha  gente  espiritual  anticipa  el  regreso  de  la  «luz  blanca»  al  planeta. Imaginan  que  llegará  en  forma  de  un  único  individuo,  como  Buda,  Jesús  o Mahoma.  Sin  embargo,  desde  mi  espiritualidad  recién  adquirida,  comprendo que  esa  luz  blanca  sólo  regresará  a  este  planeta  cuando  todos  y  cada  uno  de los  seres  humanos  reconozcan  al  resto  de  sus  congéneres  como  una frecuencia  individual  de  la  luz  blanca.  Mientras  sigamos  eliminando  o infravalorando  a  otras  personas  que  no  nos  gustan,  es  decir,  mientras sigamos  destruyendo  frecuencias  del  espectro  de  luz,  no  podremos experimentar  la  luz  blanca.  Nuestro  trabajo  consiste  en  proteger  y  nutrir cada  frecuencia  humana  para  que  esta  luz  pueda  regresar.

Así pues hoy invirtamos esa forma de usar YO SOY para re-crearnos a nosotros mismos hacía lo que decidamos ser. Y una buena forma de revertir este sistema de pensamiento es diciéndome a mi mismo durante todo el día *yo soy la luz del mundo*.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

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