domingo, 10 de marzo de 2019

Lección 79. Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto


*Lección 79. Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto*

1. No puedes resolver un problema a menos que sepas de qué se trata. Incluso si ya está resuelto, lo seguirás teniendo porque no reconocerás que ya se ha resuelto. Ésta es la situación del mundo. El problema de la separación, que es en realidad el único problema que hay, ya se ha resuelto. No obstante, la solución no se ha reconocido porque no se ha reconocido el problema. 

2. En este mundo cada cual parece tener sus propios problemas. Mas todos ellos son el mismo problema, y se tiene que reconocer que son el mismo si es que se ha de aceptar la única solución que los resuelve a todos. Ahora bien, ¿quién puede darse cuenta de que un problema se ha resuelto si piensa que el problema es otra cosa? Aun si se le proporcionara la respuesta, no podría ver su relevancia. 

3. Ésta es la situación en la que te encuentras ahora. Dispones de la respuesta, pero todavía no estás seguro de cuál es el problema. Pareces enfrentarte a una larga serie de problemas, los cuales son todos diferentes entre sí, y cuando uno se resuelve, surge otro y luego otro. No parecen tener fin. En ningún momento te sientes completamente libre de problemas y en paz. 

4. La tentación de considerar que los problemas son múltiples es la tentación de dejar el problema de la separación sin resolver. El mundo parece presentarte una multitud de problemas, y cada uno parece requerir una solución distinta. Esta percepción te coloca en una posición en la que tu manera de resolver problemas no puede sino ser inadecuada, haciendo así que el fracaso sea inevitable. 

5. Nadie podría resolver todos los problemas que el mundo parece tener. Éstos parecen manifestarse en tantos niveles, en formas tan variadas y con contenidos tan diversos, que crees enfrentarte a una situación imposible. Tal como los percibes, el desaliento y la depresión son inevitables. Algunos surgen inesperadamente, justo cuando creías haber resuelto los anteriores. Otros permanecen sin resolver bajo una nube de negación, y emergen de vez en cuando para atormentarte, mas sólo para volver a quedar ocultos pero aún sin resolver. 

6. Toda esta complejidad no es más que un intento desesperado de no reconocer el problema y, por lo tanto, de no permitir que se resuelva. Si pudieses reconocer que, sea cual fuere la forma en que se manifieste, el único problema que tienes es el de la separación, aceptarías la respuesta, puesto que verías su relevancia. Si advirtieras el común denominador que subyace a todos los problemas a los que pareces enfrentarte, comprenderías que dispones de los medios para resolverlos todos. Y emplearías los medios porque habrías reconocido el problema. 

7. En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy preguntaremos cuál es el problema y cuál es su solución. No asumiremos que ya lo sabemos. Trataremos de liberar a nuestras mentes de las innumerables clases de problemas que creemos tener. Trataremos de darnos cuenta de que sólo tenemos un problema, el cual no hemos reconocido. Preguntaremos cuál es ese problema y esperaremos la respuesta. Ésta se nos dará. Luego preguntaremos cuál es su solución. Y ésta se nos dará también. 

8. Los ejercicios de hoy serán fructíferos en la medida en que no insistas en querer definir el problema. Quizá no logres abandonar todas tus ideas preconcebidas, pero eso no es necesario. Lo único que es necesario es poner mínimamente en duda la realidad de tu versión de lo que son tus problemas. Estás tratando de darte cuenta de que al reconocer el problema se te da la respuesta, de manera que problema y respuesta puedan reconciliarse y tú puedas quedar en paz. 

9. Las sesiones de práctica cortas de hoy no estarán regidas por el reloj, sino por la necesidad. Hoy verás muchos problemas, y cada uno de ellos parecerá requerir una solución distinta. Nuestros esfuerzos estarán encaminados al reconocimiento de que no hay más que un solo problema y una sola solución. Con este reconocimiento se resuelven todos los problemas. Con este reconocimiento arriba la paz. 

10. No te dejes engañar hoy por la forma en que se manifiestan los problemas. Cada vez que parezca surgir alguna dificultad, di de inmediato: Permítaseme reconocer este problema para que pueda ser resuelto. Trata entonces de suspender todo juicio con respecto a lo que el problema es. A ser posible, cierra los ojos por un momento y pregunta cuál es el problema. Serás escuchado y se te responderá. 


~Lección 79 UCDM: 
''Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto''.

*Comentario:

Cada uno de vosotros ha llegado en su aprendizaje de Dios en la forma limitada con la que piensa el ser humano, hasta donde su capacidad se lo ha permitido. A lo largo de tus experiencias sobre este momento mundo, has experimentado todos los elementos de esta realidad creada por tu propia y extraordinaria creatividad. Y a través de esa experiencia has aprendido todo lo que hay por saber de los valores del pensamiento limitado del hombre viviendo en la realidad de rebaño de la conciencia social y sus leyes.
Ya has aprendido lo que es el miedo, la inseguridad, la tristeza, la furia, la avaricia, los resentimientos, la ira; y has aprendido todo sobre los celos, el odio y la guerra. Has aprendido acerca de los que crees que es la muerte. Ya has aprendido, en verdad, sobre tu separación de la Fuente que te ha creado y apoyado a lo largo de todas tus ilusiones para que ahora puedas experimentar a Dios en el último nivel de su espectacular exhibición del Ser.

*En el libro Conversaciones con Dios 1, Neale Donald Walsch nos dice:*
Eres un ser de tres dimensiones (espíritu, alma y ego) expresándose en un plano de densidad. Y sólo podrás conocer la eternidad mediante las tres dimensiones. Hablale al Señor Dios de tu ser; él te escuchará. 
Cuando lo haces, es un señor, un Dios, un maestro el que habla.
Cuando le digas que recuerde, recordará. 
Cuando le pidas que te haga más grandioso, lo hará. 
Y cuando desees desde el Señor Dios de tu ser poseer entendimiento ilimitado, abrirá tu mente para permitir que sientas en tu cuerpo las frecuencias de pensamiento más altas, y así proporcionar el saber interior. Es lo único que tienes que hacer: ordenar que así sea, y las glándulas endocrinas del cerebro bobedecerán. Y cuando lleguen los sentimientos que electricen tu ser hasta un mayor entendimiento, da gracias al Dios que vive en ti por tal sencillez. 

¿Cómo puedes obtener un mejor entendimiento de todo lo que existe? Sabe que tú eres. 
Tu manera de hablar y de pensar determinan cuánto te permites saber. No digas: «Ojalá supiera más.», pues así nunca lo harás.  
Y no digas: «Trataré de saber más.», pues tratando nunca se consigue. 
Y tampoco digas: «Busco saber más.», porque buscando nunca se encuentra. 
Di: «Desde el Señor Dios de mi ser, yo sé ahora todo lo que hay por saber en este momento. ¡Que así sea!» Y espera la repuesta. Aunque no te des cuenta e ese momento de qué es lo que deseas saber, el decir «yo sé» abre la puerta para que ocurra ese entendimiento.  
Eso es todo lo que tienes que decir, y saber llegará. Limitas tu creatividad y tu vida diciendo que no sabes o dudando del conocimiento que te llega. 
La peor de la abominaciones es la frase: «No sé» (de la ilusión existe la ignorancia, pues en realidad si sabes quién eres pero lo has olvidado).

Recuerda: tú eres quien dicta la ley, y lo que piensas y después pronuncies, es la ley. 
Si dices: «No lo sé», nunca lo sabrás. 
Si dices: «No puedo», nunca podrás.
Si dices: «No merezco el amor de mi Padre», jamás lo recibirás.  
Si hablas de esta manera, significa que piensas de esta manera; y si piensas de este modo, el sentimiento producido por ese pensamiento se graba en tu alma, y tu alma manifiesta la realidad que satisface tus procesos de pensamiento.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

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