domingo, 2 de junio de 2019

Lección 160. Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí


*Lección 160. Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí*

1. El miedo es un extraño en los caminos del amor. Identifícate con el miedo, y te vuelves un extraño ante tus propios ojos. Y de este modo, no te conocerás a ti mismo. Lo que tu Ser es sigue siendo algo ajeno para la parte de ti que cree que es real, aunque diferente de ti. ¿Quién podría estar en su sano juicio en tales circunstancias? ¿Quién sino un loco podría creer que él es lo que no es, y juzgar en contra de sí mismo?

2. Hay un extraño entre nosotros que procede de una idea tan ajena a la verdad, que habla un idioma distinto, percibe un mundo que la verdad desconoce y entiende aquello que la verdad juzga como carente de sentido. Pero aún más extraño es el hecho de que no reconoce a aquel a quien visita, y sin embargo, sostiene que el hogar de éste es suyo, mientras que el que está en su hogar es el que es el extraño. No obstante, qué fácil sería decir: "Éste es mi hogar. Aquí es donde me corresponde estar y no me iré porque un loco me diga que tengo que hacerlo".

3. ¿Qué razón hay para no decir esto? ¿Cuál podría ser la razón sino que has invitado a ese extraño a ocupar tu lugar, y has permitido convertirte en un extraño ante tus propios ojos? Nadie se dejaría desahuciar tan innecesariamente a no ser que pensase que hay otro hogar que está más de acuerdo con sus gustos.

4. ¿Quién es el extraño? ¿A quién no le corresponde estar en el hogar que Dios proveyó para Su Hijo, a ti o al miedo? ¿Es acaso el miedo obra Suya, creado a Su semejanza? ¿Es acaso el miedo lo que el amor completa y mediante lo cual se completa a sí mismo? No hay hogar que pueda darle cobijo al amor y al miedo, pues no pueden coexistir. Si tú eres real, el miedo no puede sino ser una ilusión. Mas si el miedo es real, entonces eres tú el que no existe.

5. ¡Qué fácilmente se puede resolver este dilema! Todo aquel que teme no ha hecho sino negar su verdadera identidad y decir: "Yo soy el extraño aquí. De modo que le cedo mi hogar a uno que es más como yo que yo mismo, y le doy todo cuanto pensé que era mío". Ahora se ha exiliado por fuerza, sin saber quién es, inseguro de todo menos de esto: que él no es él mismo, y que se le ha negado su hogar.


6. ¿En pos de qué va a ir ahora? ¿Qué podría encontrar? Alguien que se ha convertido en un extraño ante sus propios ojos no puede encontrar un hogar no importa dónde lo busque, pues él mismo ha imposibilitado su regreso. Está perdido a menos que un milagro venga y le muestre que ya no es un extraño. El milagro vendrá. Pues su Ser sigue morando en su hogar. Y su Ser no ha invitado a ningún extraño ni se ha confundido a Sí Mismo con ningún pensamiento ajeno a Él. E invocará a lo que es Suyo a Sí Mismo en reconocimiento de lo que es Suyo.

7. ¿Quién es el extraño? ¿No es acaso aquel a quien tu Ser no invoca? Ahora eres incapaz de reconocer a ese extraño que merodea entre vosotros, pues le has cedido tu legítimo lugar. No obstante, tu Ser está tan seguro de lo que es Suyo como Dios lo está de Su Hijo. Dios no está confundido con respecto a la creación. Está seguro de lo que es Suyo. Ningún extraño se puede interponer entre Su conocimiento y la realidad de Su Hijo. Él no sabe de extraños. Él está seguro de Su Hijo.

8. La certeza de Dios es suficiente. A aquel a quien Él reconoce como Su Hijo le corresponde estar allí donde Él estableció a Su Hijo para siempre. Él ha contestado tu pregunta: "¿Quién es el extraño?" Oye Su Voz asegurarte, con serenidad y certeza, que tú no eres un extraño para tu Padre ni tu Creador se ha vuelto un extraño para ti. Aquel a quien Dios se ha unido es eternamente uno, pues está en su hogar en Él, y no es un extraño para Si Mismo.

9. Hoy damos gracias de que Cristo haya venido a buscar en el mundo lo que es Suyo. Su visión no ve extraños, sino que contempla a los Suyos y se une a ellos jubilosamente. Ellos lo ven como un extraño, pues no se reconocen a sí mismos. No obstante, a medida que le den la bienvenida, lo recordarán. Y Él los conducirá dulcemente de regreso a su hogar, donde les corresponde estar.

10. Cristo no se olvida de nadie. No deja de darte ni uno solo de tus hermanos para que los recuerdes a todos, de manera que tu hogar pueda ser pleno y perfecto, tal como fue instituido. Él no se ha olvidado de ti. Mas tú no lo podrás recordar a Él hasta que contemples todo tal como Él lo hace. Él que niega a su hermano lo está negando a Él, y, por lo tanto, se está negando a aceptar el don de la visión mediante el cual puede reconocer a su Ser claramente, recordar su hogar y alcanzar la salvación.


~Lección 160 UCDM:
"Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí"


*Comentario:


El miedo, una de las emociones básicas del ser humano, o eso dicen, una emoción natural cuando vives en la ilusión... ¿y todo debido a qué? A la creencia en la muerte. Pero analicemos más detenidamente al miedo.

En lecciones anteriores hablaba de las dos experiencias, la de la ilusión y la de la verdad. La mayoría de los autores que estudian psicología, filosofía y teología, basan sus teorías sobre la mente en tratar de comprender la experiencia de la ilusión, basada en mecanismos del miedo y sus respuestas fisiológicas y neurológicas.

Pero vayamos más allá... Todos somos parte de 4 cuerpos dentro de las dos experiencias: el cuerpo espiritual, el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo físico. Tenemos que tener claro que el cuerpo que puede trascender todo es el cuerpo espiritual, ya que es el que revoca las decisiones basadas en la experiencia de la ilusión, pudiendo alcanzar la verdad. El ego sin embargo, te dice que solo existe la mente, las emociones y el cuerpo físico porque es donde el habita y donde te hace vivir la experiencia del cuerpo (o experiencia de la ilusión).

Explicando estos conceptos desde otro ángulo para que todos lo podamos vislumbrar, a estas alturas ya sabemos que existen dos sistemas de pensamiento completamente opuestos, o piensas con el ego, o piensas con el Espíritu Santo.
Desglosando este concepto que ya conocemos, el ego es el que produce miedo, porque pensamos que tenemos que defendernos de un mundo de ilusiones creado por él. Por eso el ego, te va a decir, a traves de miles de personas que han estudiado al ego, que es una emoción completamente "normal", que te va a defender y hacerte sobrevivir a determinadas situaciones, y en la experiencia de la ilusión así es, ya que durante nuestra vida, tememos a cientos de cosas, que la mayoría de veces son pensamientos basados en creencias heredadas y aprendidas en un mundo que nos limita en nuestra mente.

Hoy nos dice el Curso, que el miedo no es una emoción básica "normal", sino una emoción que ha aprendido el ego, de hecho la prueba está en los niños, que no nacen con miedo, en su inconsciente saben que son eternos y que no hay nada a lo que temer. Y si no hay nada que temer, ¿de qué tengo que defenderme? Si eliminamos la causa, el efecto automáticamente desaparece, por eso Un Curso de Milagros es la enseñanza sobre la mente más potente que existe.

Hoy recuerda estos axiomas:

"Todo el  sistema  defensivo que  el  ego desarrolló para  proteger  la  separación de  los  avances  del  Espíritu  Santo, fue  en  respuesta  al  regalo con  el  que Dios  la  bendijo, Quien,  mediante  Su bendición, permitió  que  se  subsanase" (T17. IV. 4)

"El  ego siempre  se  mantiene  alerta  por si  surge  cualquier amenaza,  y la  parte  de  tu  mente  en la  que el  ego fue  aceptado  está  ansiosa  por conservar  su propia  razón,  tal  como la  entiende. No se  da cuenta  de  que  es  completamente  demente. Mas  tú tienes  que  darte  cuenta  exactamente  de  lo que esto  significa  si  quieres  que  se  te  restituya  la  cordura. Los  dementes  protegen sus  sistemas  de pensamiento,  pero lo hacen de  manera  demente.  Y  todas  sus  defensas  son tan dementes  como lo que supuestamente  tienen  que  proteger" (T17. IV. 5)

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

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