martes, 28 de mayo de 2019

T16. V. La decisión de alcanzar la compleción


*T16. V. La decisión de alcanzar la compleción*

1. Cuando se examina la relación especial, es necesario antes que nada, darse cuenta de que comporta mucho dolor. Tanto la ansiedad como la desesperación, la culpabilidad y el ataque están presentes, intercalados con períodos en que parecen haber desaparecido. Es esencial que todos estos estados se vean tal como realmente son. Sea cual fuere la forma en que se manifiesten, son siempre un ataque contra el ser para que el otro se sienta culpable. He hablado de esto con anterioridad, pero hay algunos aspectos de lo que realmente se está intentando que aún no hemos examinado.

2. Dicho llanamente, el intento de que otro se sienta culpable va siempre dirigido contra Dios, pues el ego quiere que creas que Dios, y sólo Él, es culpable, lo cual deja a la Filiación vulnerable al ataque y sin ninguna protección contra él. La relación de amor especial es el arma principal del ego para impedir que llegues al Cielo. No parece ser un arma, pero si examinases cuánto la valoras y por qué, te darías cuenta de que lo es.

3. La relación de amor especial es el regalo más ostentoso del ego y el que mayor atractivo tiene para aquellos que no están dispuestos a renunciar a la culpabilidad. Aquí es donde más claramente se puede ver la "dinámica" del ego, pues, contando con la atracción de su ofrenda, las fantasías que se centran sobre la relación de amor especial son con frecuencia muy evidentes. Normalmente se consideran aceptables, e incluso naturales. Nadie considera raro amar y odiar al mismo tiempo, y aun los que creen que odiar es un pecado, simplemente se sienten culpables por ello, pero no hacen nada por corregirlo. Esto es lo que es "normal" en la separación, y aquellos que aprenden que no es normal en absoluto, parecen ser los que no son normales. Pues este mundo es lo opuesto al Cielo, al haber sido concebido para ser su opuesto, y todas las cosas aquí son exactamente lo opuesto a la verdad. En el Cielo, donde el significado del amor se conoce perfectamente, el amor es lo mismo que la unión. Aquí, donde en lugar del amor se acepta la ilusión de amor, el amor se percibe como separación y exclusión.

4. En la relación especial -nacida del deseo oculto de que Dios nos ame con un amor especial- es donde triunfa el odio del ego. Pues la relación especial es la renuncia al Amor de Dios y el intento de asegurar para uno mismo la condición de ser especial que Él nos negó. Es esencial para la supervivencia del ego que tú creas que el especialismo no es el infierno, sino el Cielo. Pues el ego jamás querría que vieses que lo único que la separación conlleva son pérdidas, al ser la única condición en la que el Cielo no puede existir.

5. Para todo el mundo el Cielo es la compleción. En esto no puede haber desacuerdo porque tanto el ego como el Espíritu Santo lo aceptan. Están, no obstante, en completo desacuerdo con respecto a lo que es la compleción y a cómo se alcanza. El Espíritu Santo sabe que la compleción reside en primer lugar en la unión, y luego en la extensión de ésta. Para el ego, la compleción reside en el triunfo, y en la extensión de la "victoria" incluso hasta el triunfo definitivo sobre Dios. El ego cree que con esto el ser se libera finalmente, pues entonces no quedaría nada que pudiese ser un obstáculo para él. Ésa es su idea del Cielo. Para el ego, pues, la unión -la condición en la que él no puede  interferir- tiene  que  ser el  infierno.

6. La  relación especial  es  un mecanismo  extraño  y antinatural  del  ego  para  unir  Cielo e  infierno,  e impedir  que  se  pueda  distinguir entre  uno y otro.  Tratar de  encontrar lo  que  supuestamente  es  lo "mejor" de  los  dos  mundos, simplemente  ha  dado  lugar a  que  se  tengan  fantasías  de  ambos  y a  que sea  imposible  percibir  a  ninguno de  ellos  tal  como  realmente  es. La  relación  especial  es  el  triunfo de esta  confusión. Es  un tipo  de  unión en  que  la  unión  está  excluida,  pues  la  exclusión  es  la  base  de dicho  intento de  unión.  ¿Qué  mejor  ejemplo que  ésto  puede  haber  de  la  máxima  del  ego:  "Busca, pero  no halles"?

7. Lo  más  curioso de  todo  es  el  concepto de  yo que  el  ego  fomenta  en las  relaciones  especiales. Este "yo" busca  relaciones  para  completarse  a  Sí  mismo.  Pero cuando encuentra  la  relación  especial  en la que  piensa  que  puede  lograrlo,  se  entrega  a  sí  mismo,  y trata  de  "intercambiarse" por el  yo del  otro. Eso no es  unión,  pues  con  ello  no hay aumento ni  extensión. Cada  uno de  ellos  trata  de  sacrificar el yo que  no desea  a  cambio de  uno que  cree  que  prefiere.  Y  se  siente  culpable  por el  "pecado" de apropiarse  de  algo  y de  no dar nada  valioso a  cambio.  ¿Qué  valor  le  puede  adjudicar a  un yo del  que quiere  deshacerse  para  obtener otro "mejor"?

8. Ese  otro yo "mejor"  que  el  ego busca  es  siempre  uno que  es  más  especial.  Y  quienquiera  que parezca  poseer  un yo especial  es  "amado"  por lo que  se  puede  sacar de  él. Cuando ambos  miembros de  la  relación  especial  ven en el  otro ese  yo especial,  el  ego  ve  "una  unión bendecida  en el  Cielo". Pues  ni  uno ni  otro reconocerá  que  ha  pedido el  infierno,  y, por lo tanto, no interferirá  en la  ilusión que  el  ego tiene  del  Cielo, y que  le  ofrece  para  que  suponga  un obstáculo para  éste. Pero si  el contenido de  todas  las  ilusiones  es  el  miedo, y sólo el  miedo,  la  ilusión  del  Cielo no es  más  que  una forma  "atractiva"  de  miedo en la  que  la  culpabilidad  está  profundamente  soterrada  y se  manifiesta en  forma  de  "amor".

9. El  atractivo  del  infierno reside  únicamente  en la  terrible  atracción  de  la  culpabilidad,  que  el  ego ofrece  a  los  que  depositan su fe  en  la  pequeñez. La  convicción de  pequeñez  se  encuentra  en toda relación  especial, ya  que  sólo  los  que  se  consideran a  sí  mismos  necesitados  podrían  valorar el especialismo.  Exigir  que  se  te  considere  especial,  y la  creencia  de  que  hacer que  otro  se  sienta especial  es  un acto de  amor, hace  del  amor algo  odioso. El  verdadero propósito  de  la  relación especial  -en estricta  conformidad con  los  objetivos  del  ego- es  destruir  la  realidad  y substituirla  por ilusiones. Pues  el  ego en  sí  es  una  ilusión, y sólo las  ilusiones  pueden  dar testimonio  de  su "realidad".

10. Si  percibieses  la  relación especial  como un triunfo  sobre  Dios, ¿la  desearías?  No pensemos  en su naturaleza  aterrante,  ni  en la  culpabilidad  que  necesariamente  conlleva,  ni  en la  tristeza, ni  en la soledad.  Pues  esos  no son sino atributos  de  la  doctrina  de  la  separación, y de  todo el  contexto  en que se  cree  que  ésta  tiene  lugar.  El  tema  central  de  su letanía  al  sacrificio  es  que  para  que  tú puedas  vivir Dios  tiene  que  morir.  Y  ése  es  el  tema  que  se  exterioriza  en la  relación especial.  Mediante  la  muerte de  tu yo, crees  poder  atacar  al  yo de  otro, arrebatárselo,  y así  reemplazar  al  yo que  detestas.  Y  lo detestas  porque  piensas  que  no te  ofrece  la  clase  de  especialismo que  tú exiges.  Y  al  odiarlo  lo conviertes  en  algo ínfimo e  indigno porque  tienes  miedo de  él.

11.  ¿Cómo podrías  conferirle  poder ilimitado  a  lo que  crees  haber atacado?  La  verdad  se  ha  vuelto tan  temible  para  ti,  que  a  menos  que  sea  débil,  insignificante  e  inmerecedora  de  que  se  le  otorgue valor, no te  atreverás  a  mirarla  de  frente. Piensas  que  estás  más  a  salvo  dotando al  pequeño yo que inventaste  con el  poder que  le  arrebataste  a  la  verdad  al  vencerla  y dejarla  indefensa.  Observa  la precisión con que  se  ejecuta  este  rito en  la  relación  especial.  Se  erige  un altar  entre  dos  personas separadas,  en el  que  cada  una  intenta  matar a  su yo e  instaurar en  su cuerpo  otro yo que  deriva  su poder  de  la  muerte  del  otro. Este  rito  se  repite  una  y otra  vez.  Y  nunca  se  completa,  ni  se  completará jamás. El  rito de  compleción no puede  completar,  pues  la  vida  no procede  de  la  muerte,  ni  el  Cielo del  infierno.

12. Cada  vez  que  alguna  forma  de  relación  especial  te  tiente  a  buscar amor en ritos,  recuerda  que  el amor no es forma sino contenido. La relación especial es un rito de formas, cuyo propósito es exaltar la forma para que ocupe el lugar de Dios a expensas del contenido. La forma no tiene ningún significado ni jamás lo tendrá. La relación especial debe reconocerse como lo que es: un rito absurdo en el que se extrae fuerza de la muerte de Dios y se transfiere a Su asesino como prueba de que la forma ha triunfado sobre el contenido y de que el amor ha perdido su significado. ¿Desearías que eso fuese posible, aparte de que es evidente que no lo es? De ser posible, te habrías convertido a ti mismo en un ser indefenso. Dios no está enfadado. Simplemente no pudo permitir que eso ocurriese. Y tú no puedes hacer que Él cambie de parecer al respecto. Ningún rito que hayas inventado en el que la danza de la muerte te deleita puede causar la muerte de lo eterno, ni aquello que has elegido para substituir a la Plenitud de Dios puede ejercer influencia alguna sobre ella.

13. No veas en la relación especial más que el intento absurdo de querer anteponer otros dioses a Él, y de, al adorarlos, encubrir su pequeñez y la grandeza de Dios. En nombre de tu propia compleción no desees esto. Pues cualquier ídolo que antepongas a Él se antepone a ti y usurpa el lugar de lo que verdaderamente eres.

14. La salvación reside en el simple hecho de que las ilusiones no son temibles porque no son verdad. Te parecerán temibles en la medida en que no las reconozcas como lo que son; y no las reconocerás como lo que son en la medida en que desees que sean verdad. En esa misma medida estarás negando la verdad y no llevando a cabo la simple elección entre la verdad y las ilusiones; entre Dios y las fantasías. Recuerda esto, y no te resultará difícil percibir la elección exactamente como es, y sólo como es.

15. El núcleo de la ilusión de la separación reside simplemente en la fantasía de que es posible destruir el significado del amor. Y a menos que se restaure en ti el significado del amor, tú que compartes su significado no podrás conocerte a ti mismo. La separación no es más que la decisión de no conocerte a ti mismo. Todo este sistema de pensamiento es una experiencia de aprendizaje cuidadosamente urdida, diseñada para apartarte de la verdad y conducirte a las fantasías. Mas por cada enseñanza que pueda hacerte daño, Dios te ofrece corrección y el escape total de todas sus consecuencias.

16. Decidir entre si escuchar o no las enseñanzas de este curso y seguirlas, no es sino elegir entre la verdad y las ilusiones. Pues en este curso se hace una clara distinción entre la verdad y las ilusiones y no se confunden en absoluto. ¡Qué simple se vuelve esta elección cuando se percibe exactamente como es! Pues sólo las fantasías hacen que elegir sea confuso, pero las fantasías son totalmente irreales.

17. Éste es, pues, el año en que debes llevar a cabo la elección más fácil a la que jamás te hayas enfrentado, y también la única. Cruzarás el puente que conduce a la realidad simplemente porque te darás cuenta de que Dios está al otro lado y de que aquí no hay nada en absoluto. Es imposible no llevar a cabo la elección que naturalmente llevarías a cabo si te dieses cuenta de esto.


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