martes, 14 de mayo de 2019

Lección 134. Permítaseme poder percibir el perdón tal como es


*Lección 134. Permítaseme poder percibir el perdón tal como es*

1. Repasemos hoy lo que significa "perdonar", ya que es algo que puede tergiversarse muy fácilmente y percibirse como que entraña un sacrificio injusto de la justa indignación, como una dádiva injustificada e inmerecida y como una total negación de la verdad. Desde esta perspectiva, perdonar no puede sino verse como una extravagancia, y este curso aparenta basar la salvación sobre un capricho.

2. Esta perspectiva distorsionada de lo que significa perdonar puede corregirse fácilmente, si puedes aceptar el hecho de que no se te está pidiendo que perdones lo que es verdad. El perdón se limita únicamente a lo que es falso. Es irrelevante con respecto a todo, excepto con respecto a las ilusiones. La verdad es la creación de Dios, y perdonar eso no tiene sentido. Todo lo que es verdad le pertenece a Él, refleja Sus leyes e irradia Su Amor. ¿Puede esto acaso requerir perdón? ¿Cómo vas a poder perdonar lo que es incapaz de pecar y es eternamente bondadoso?

3. La mayor dificultad a la que te enfrentas para poder perdonar realmente, es que todavía crees que tienes que perdonar lo que es verdad, no lo que es ilusorio. Consideras que el perdón es un vano intento de ignorar lo que se encuentra ahí y de pasar por alto lo que es verdad, lo cual es parte de un esfuerzo inútil por engañarte a ti mismo al querer hacer que una ilusión sea verdad. Este punto de vista tergiversado no hace sino reflejar el dominio que la idea del pecado todavía ejerce sobre tu mente tal como tú te consideras a ti mismo.

4. Puesto que crees que tus pecados son reales, consideras que el perdón es un engaño. Pues es imposible pensar que el pecado es verdad sin creer que el perdón es una mentira. Así pues, el perdón en realidad no es más que otro pecado, al igual que todos los demás. Afirma que la verdad es falsa, y le sonríe al corrupto como si fuera tan irreprochable como la hierba; tan inmaculado como la nieve. El perdón se engaña con respecto a lo que cree que puede lograr. Considera correcto lo que es claramente erróneo, y ve lo aborrecible como algo bueno.

5. Desde esta perspectiva, el perdón no es un escape. Es simplemente una señal más de que el pecado es imperdonable, algo que en el mejor de los casos se debe ocultar, negar o llamar por otro nombre, ya que es una traición a la verdad. La culpabilidad no se puede perdonar. Si pecas, tú culpabilidad es eterna. Aquellos que son perdonados desde la perspectiva de que sus pecados son reales son víctimas de la burla y de una doble condena: en primer lugar, la suya propia por lo que creen haber hecho, y en segundo lugar, la de los que los perdonan.

6. La irrealidad del pecado es lo que hace que el perdón sea algo completamente natural y sano; un profundo consuelo para todos aquellos que lo conceden y una silenciosa bendición allí donde se recibe. El perdón no apoya las ilusiones, sino que, riendo dulcemente, las congrega a todas sin muchos aspavientos y las deposita tiernamente ante los pies de la verdad. Y ahí desaparecen por completo.

7. El perdón es lo único que representa a la verdad en medio de las ilusiones del mundo. El perdón ve su insubstancialidad, y mira más allá de las miles de formas en que pueden presentarse. Ve las mentiras, pero no se deja engañar por ellas. No hace caso de los alaridos auto-acusadores de los pecadores enloquecidos por la culpabilidad. Los mira con ojos serenos, y simplemente les dice: "Hermano mío, lo que crees no es verdad".

8. La fuerza del perdón estriba en su honestidad, la cual es tan incorruptible que ve las ilusiones como ilusiones y no como la verdad. Por eso, en presencia de las mentiras, el perdón se convierte en aquello que desengaña; en el gran restaurador de la simple verdad. Mediante su capacidad de pasar por alto lo que no existe, le allana el camino a la verdad, la cual había estado bloqueada por sueños de culpabilidad. Ahora eres libre para recorrer el camino que al perdonar de verdad se despliega ante ti. Pues si un hermano ha recibido este regalo de tu parte, la puerta queda abierta para ti.

9. Hay una manera muy sencilla de encontrar la puerta que conduce al verdadero perdón y de percibir que está abierta de par en par en señal de bienvenida. Cuando te sientas tentado de acusar a alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a pensar en lo que esa persona hizo, pues eso es engañarse uno a sí mismo. Pregúntate, en cambio: "¿Me acusaría a mí mismo de eso?"

10. De esta manera podrás ver las alternativas entre las que puedes elegir desde una perspectiva que hace que el acto de elegir tenga significado y que mantiene a tu mente tan libre de culpa y de dolor como Dios Mismo dispuso que estuviese, y como en verdad está. Son únicamente las mentiras las que condenan. En realidad lo único que existe es la inocencia. El perdón se alza entre las ilusiones y la verdad; entre el mundo que ves y lo que se encuentra más allá; entre el infierno de la culpabilidad y las puertas del Cielo.

11. A través de este puente, que es tan poderoso como el Amor que derramó su bendición sobre él, todos los sueños de maldad, de odio y de ataque se llevan silenciosamente ante la verdad. No se conservan para que se inflen, exploten y aterren al cándido soñador que cree en ellos. A éste ya se le ha despertado dulcemente de su sueño al entender que lo que creía ver jamás existió. Y ahora ya no puede pensar que se le ha negado toda escapatoria.

12. No tiene que luchar para salvarse. No tiene que matar a los dragones que pensaba le perseguían. Tampoco tiene que erigir las sólidas murallas de piedra ni las puertas de hierro que pensó que lo mantendrían a salvo. Ahora puede deshacerse de la pesada e inútil armadura que construyó a fin de encadenar su mente a la miseria y al temor. Su paso es ligero, y cada vez que alza el pie para dar otro paso hacia adelante, deja tras de sí una estrella para señalarles el camino a aquellos que le siguen.

13. El perdón tiene que practicarse, pues el mundo no puede percibir su significado ni proveer un guía que muestre su beneficencia. No hay un solo pensamiento en todo el mundo que conduzca a un entendimiento de las leyes que rigen el perdón o del Pensamiento que refleja. El perdón es algo tan ajeno al mundo como lo es tu propia realidad. Sin embargo, es lo que une a tu mente con la realidad que mora en ti.

14. Hoy vamos a practicar el verdadero perdón, para que el momento de la unión no se demore más. Pues deseamos encontrarnos con nuestra realidad en libertad y en paz. Nuestras prácticas se convierten en las pisadas que alumbran el camino a todos nuestros hermanos, quienes nos seguirán a la realidad que compartimos con ellos. A tal efecto, dediquemos hoy un cuarto de hora en dos ocasiones a pasarlo con el Guía que entiende el significado del perdón y que nos fue enviado para enseñárnoslo. Pidámosle: Permítaseme poder percibir el perdón tal como es.

15. Escoge entonces un hermano tal como Él te indique, y cataloga sus "pecados" uno por uno a medida que crucen tu mente. Asegúrate de no concentrarte en ninguno de ellos en particular, antes bien, date cuenta de que te estás valiendo de sus "ofensas" para salvar al mundo de toda idea de pecado. Examina brevemente todas las cosas negativas que hayas pensado acerca de él y pregúntate en cada caso: "¿Me condenaría a mí mismo por haber hecho eso?"

16. Libéralo de todos los pensamientos de pecado que hayas tenido en relación con él. Y entonces tú mismo estarás listo para la libertad. Si has estado practicando hasta ahora de buen grado y con honestidad, empezarás a notar una sensación de ser elevado; un gran alivio en tu pecho y un sentimiento profundo e inequívoco de desahogo. Debes dedicar el resto del tiempo a experimentar que te escapas de todas las pesadas cadenas con las que quisiste encadenar a tu hermano, pero con las que en realidad te encadenabas a ti mismo.

17. Debes practicar el perdón a lo largo del día, pues todavía habrá muchas ocasiones en las que te olvidarás de su significado y te atacarás a ti mismo. Cuando esto ocurra, permite que tu mente vea más allá de esa ilusión según repites para tus adentros: Permítaseme poder percibir el perdón tal como es. ¿Me acusaría a mí mismo de eso? No me voy a encadenar a mí mismo de esta manera. Antes de hacer cualquier cosa, recuerda lo siguiente: Nadie es crucificado solo, mas, por otra parte, nadie puede entrar en el Cielo solo.


~Lección 134 UCDM:
''Permítaseme poder percibir el perdón tal como es''. 


*Comentario:


Hemos aprendido en la sociedad un concepto del perdón erróneo, donde el perdón significa que el mundo externo nos hace cosas que nos hacen sufrir y pasamos por alto eso que nos hacen ''perdonando'' al otro y sintiéndonos buenas personas porque hemos ''perdonado''.

Este concepto absurdo del perdón, hace que la gente tenga un concepto erróneo de la palabra y su significado real, basando el perdón en algo externo, aumentando el locus de control externo cuando no sabemos que significa perdonar realmente.

El perdón según el diccionario de la lengua española significa:
''El perdón es la acción por la que una persona disculpa a otro una acción considerada como ofensa, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante, no queden en ninguna acción negativa mas''.

Si demenuzamos este concepto que ofrece el mundo de la forma, vemos dos errores muy grandes de lo que el Curso nos enseña sobre el perdón.

1. Nada puede ofenderte, o considerarse ofensa, si tú no le das poder, con lo cual no hay necesidad de que nadie se disculpe contigo, ya que sus palabras no te ofenden debido a que entiendes que son una proyección de sus pensamientos y como se siente, echando las culpas fuera de si mismo. Es como si fueras una persona muy alta, y te dijera uno que eres bajito, y te sintieras ofendido, no tendría mucho sentido.

2. Reclamar un castigo, o una devolución de ese enfado de la otra persona, sería no haber entendido nada sobre el perdón, sino seguir viendo un mundo en el que puedes ser atacado por las palabras inconscientes de otro. Ver la posibilidad de esa forma de venganza, no sería perdonar, sería vivir en el resentimiento y la culpa, hasta que en un momento dado, volveríamos al ser, y olvidariamos esos conceptos, eso es lo que llama el mundo el ''perdonar''.

Pero perdonar, es saber que eso que ves o te afecta, forma parte de lo que no eres: miedo y sus derivados. Tú no eres miedo, eres por naturaleza amor incondicional, y eso pasa también por vislumbrar que nadie te hace nada, y no debes perdonar a nadie, debes perdonarte a ti mismo, pues tú eres el perceptor de las ilusiones mentales, eres el juez de lo ''bueno'' y lo ''malo''. Así que como dice el Curso: ''Nada puede herirte a no ser que le concedas ese poder''.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda: Arantxa Carrera - Matriz del Cambio

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres que te resuelva cualquier pregunta no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de e-mail, estaré encantado de ayudarte: edgardomenechcoach@hotmail.com
También puedes buscarme en Facebook como Edgar Doménech Macías.