viernes, 12 de julio de 2019

Lección 199. No soy un cuerpo. Soy libre


*Lección 199. No soy un cuerpo. Soy libre*

1. No podrás ser libre mientras te percibas a ti mismo como un cuerpo. El cuerpo es un límite. El que busca su libertad en un cuerpo la busca donde ésta no se puede hallar. La mente puede ser liberada cuando deja de verse a sí misma como que está dentro de un cuerpo, firmemente atada a él y amparada por su presencia. Si esto fuese cierto, la mente sería en verdad vulnerable.

2. La mente que está al servicio del Espíritu Santo es ilimitada para siempre y desde cualquier punto de vista, transciende las leyes del tiempo y del espacio; está libre de ideas preconcebidas y dispone de la fortaleza y del poder necesarios para hacer cualquier cosa que se le pida. Los pensamientos de ataque no pueden entrar en una mente así, toda vez que ha sido entregada a la Fuente del amor, y el miedo no puede infiltrarse en una mente que se ha unido al amor. Dicha mente descansa en Dios. ¿Y quién que viva en la Inocencia sin hacer otra cosa que amar podría tener miedo?

3. Es esencial para tu progreso en este curso que aceptes la idea de hoy y que la tengas en gran estima. No te preocupes si al ego le parece completamente descabellada. El ego tiene en gran estima al cuerpo porque mora en él, y no puede sino vivir unido al hogar que ha construido. Es una de las partes de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que él mismo es algo ilusorio.

4. Ahí se esconde y ahí se le puede ver como lo que es. Declara tu inocencia y te liberas. El cuerpo desaparece al no tener tú ninguna necesidad de él, excepto la que el Espíritu Santo ve en él. A tal fin, el cuerpo se percibirá como una forma útil para lo que la mente tiene que hacer. De este modo se convierte en un vehículo de ayuda para que el perdón se extienda hasta la meta todo abarcadora que debe alcanzar, de acuerdo con el plan de Dios.

5. Ten en gran estima la idea de hoy, y ponla en práctica hoy y cada día. Haz que pase a formar parte de cada sesión de práctica que lleves a cabo. No hay pensamiento cuyo poder de ayudar no aumente con esta idea, ni ninguno que de esta manera no adquiera regalos adicionales para ti. Con esta idea hacemos resonar la llamada a la liberación por todo el mundo. ¿Y estarías acaso tú excluido de los regalos que haces?

6. El Espíritu Santo es el hogar de las mentes que buscan la libertad. En Él han encontrado lo que buscaban. El propósito del cuerpo deja de ser ahora ambiguo. Y su capacidad de servir un objetivo indiviso se vuelve perfecta. Y en respuesta libre de conflicto e inequívoca a la mente que sólo tiene como objetivo el pensamiento de libertad, el cuerpo sirve su propósito y lo sirve perfectamente. Al no poder esclavizar, se vuelve un digno servidor de la libertad que la mente que mora en el Espíritu Santo persigue.

7. Sé libre hoy. Y da el regalo de libertad a todos aquellos que creen estar esclavizados en el interior de un cuerpo. Sé libre, de modo que el Espíritu Santo se pueda valer de tu liberación de la esclavitud y poner en libertad a los muchos que se perciben a sí mismos encadenados, indefensos y atemorizados. Permite que el amor reemplace sus miedos a través de ti. Acepta la salvación ahora, y entrégale tu mente a Aquel que te exhorta a que le hagas este regalo. Pues Él quiere darte perfecta libertad, perfecta dicha, así como una esperanza que alcanza su plena realización en Dios.

8. Tú eres el Hijo de Dios. Vives en la inmortalidad para siempre. ¿No te gustaría retornar tu mente a esto? Practica entonces debidamente el pensamiento que el Espíritu Santo te da para el día de hoy. En él tus hermanos y tú os alzáis liberados; el mundo es bendecido junto contigo; el Hijo de Dios no volverá a llorar y el Cielo te da las gracias por el aumento de gozo que tu práctica le proporciona incluso a él. Dios Mismo extiende Su amor y felicidad cada vez que dices: No soy un cuerpo. Soy libre. Oigo la Voz que Dios me ha dado, y es sólo esa Voz la que mi mente obedece.


~Lección 199 UCDM:
"No soy un cuerpo. Soy libre"

*Comentario:

Uno de los primeros libros de Espiritualidad que leí, fue uno del autor Osho, titulado "El equilibrio cuerpo-mente: Relajarse para aliviar las molestias relacionadas con el estrés y el dolor".
En este libro, el autor nos dice que muchas de nuestras dolencias físicas y psicológicas, son consecuencia de que no sabemos comunicarnos con nuestro cuerpo.

Espera, eso me suena a algo que el Curso nos enseña:

"El cuerpo es un instrumento de comunicación"

Pero esto no solo se refiere a que el cuerpo nos envía señales de sueño  hambre y sed, que esto lo sabemos todos los seres humanos, sino que la comunicación con nuestro cuerpo debería ser plena.
Tenemos que aprender a entender las señales que nos envía el cuerpo, escucharlo y hablar con él, para de este modo profundizar y armonizar la conexión plena con LA MENTE ÚNICA. Las señales de nuestro cuerpo, siempre son avisos para que nos hagamos caso a nosotros mismos, y dejemos de proyectar nuestra furia, insatisfacción en un mundo ilusorio que creemos que tiene la culpa de todo lo que acontece.

Las puertas de tu percepción están abiertas a todo lo que vemos fuera, pero se nos olvida que Dios nos dio el cuerpo como instrumento de comunicación para que nos indicara si estamos siguiendo el camino correcto. Muchas veces el cuerpo enferma, y eso es un aviso de que algo quieres que cambie el tu vida, un aviso de que no te estás dejando guiar por esa divinidad que llevas dentro, una llamada de atención a que te prestes a escuchar la verdadera voz que habla por Dios, llamada Espíritu Santo y que es la puerta a cruzar entre la percepción y el conocimiento.

Pero... ¿Qué es el conocimiento? Es la comprensión de LA VERDAD.
Pero...¿Qué es la verdad? Es la comprensión de que todo lo que habías estado percibiendo no es real, que vives anclado a una ilusión que te hace vivir en un infierno mental.

Cuando leí este libro, sentí que todo lo que había estado percibiendo, estaba al revés, eso me recuerda a algo:

"Hay otra  manera  de  ver el  mundo. Dado que  el  propósito del  mundo no es  el  que  yo le  he asignado,  tiene  que  haber  otra  manera  de  verlo.  Veo  todo al  revés  y mis  pensamientos  son lo opuesto  a  la  verdad.  Veo el  mundo como  una  prisión para  el  Hijo  de  Dios. Debe  ser, pues, que  el mundo  es  realmente  un lugar donde  él  puede  ser liberado.  Quiero  contemplar  el  mundo tal  como  es y verlo  como un lugar donde  el  Hijo de  Dios  encuentra  su libertad" 
(L-57. 3)

¿Hay otra manera de ver el mundo? ¿Cómo lo había estado viendo hasta ahora? Como un pecador...
¿Soy un pecador realmente? Si lo he hecho lo mejor que he sabido en mi actual estado de conciencia...

"La  respuesta  de  Dios  está  allí  donde  se  encuentra  la  creencia  en el  pecado, pues  sólo allí  se pueden  cancelar sus  efectos  completamente  y dejárseles  sin causa.  Las  leyes  de  la  percepción  tienen que  ser invertidas,  pues  son una  inversión de  las  leyes  de  la  verdad. Las  leyes  de  la  verdad son eternamente  ciertas  y no se  pueden invertir.  No obstante, se  pueden  percibir  al  revés.  Y  esto debe corregirse  allí  donde  se  encuentra  la  ilusión de  que  han sido invertidas" (T-26. VII. 5)

Cuándo comprendo que no soy culpable, que no soy un cuerpo, puedo liberarme como un ave que había estado viviendo en una jaula que escapa de su prisión.

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo de la lección: Arantxa Carrera Salas.

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