jueves, 11 de julio de 2019

Lección 194. Pongo el futuro en Manos de Dios


*Lección 194. Pongo el futuro en Manos de Dios*

1. La idea de hoy es un paso más en el proceso de alcanzar cuanto antes la salvación, y ciertamente es un paso gigantesco. Es tan grande la distancia que abarca que te lleva justo antes del Cielo, con el objetivo a la vista y los obstáculos ya superados. Tus pies ya se han posado sobre las praderas que te dan la bienvenida a las puertas del Cielo: el tranquilo lugar de la paz en el que aguardas con certeza el paso final de Dios. ¡Qué lejos nos encontramos ahora de la tierra! ¡Y cuán cerca de nuestra meta! ¡Cuán corto es el trecho que aún nos queda por recorrer!

2. Acepta la idea de hoy, y habrás dejado atrás toda ansiedad, los abismos del infierno, la negrura de la depresión, los pensamientos de pecado y toda la devastación que la culpabilidad acarrea. Acepta la idea de hoy, y habrás liberado al mundo de todo aprisionamiento, al romper las pesadas cadenas que mantenían cerrada la puerta a la libertad. Te has salvado, y tu salvación se vuelve el regalo que le haces al mundo porque tú lo has recibido.

3. No hay un solo instante en que se pueda sentir depresión, experimentar dolor o percibir pérdida alguna. No hay un solo instante en que se pueda instaurar el pesar en un trono y adorársele. No hay un solo instante en que uno pueda ni siquiera morir. Y así, cada instante que se le entrega a Dios, con el siguiente ya entregado a Él de antemano, es un tiempo en que te liberas de la tristeza, del dolor y hasta de la misma muerte.

4. Tu futuro está en Manos de Dios, así como tu pasado y tu presente. Para Él son lo mismo, y, por lo tanto, deberían ser lo mismo para ti también. Sin embargo, en este mundo la progresión temporal todavía parece ser algo real. No se te pide, por lo tanto, que entiendas que el tiempo no tiene realmente una secuencia lineal. Sólo se te pide que te desentiendas del futuro y lo pongas en Manos de Dios. Y mediante tu experiencia comprobarás que también has puesto en Sus Manos el pasado y el presente, porque el pasado ya no te castigará más y ya no tendrá sentido tener miedo del futuro.

5. Libera el futuro. Pues el pasado ya pasó, y el presente, libre de su legado de aflicción y sufrimiento, de dolor y de pérdida, se convierte en el instante en que el tiempo se escapa del cautiverio de las ilusiones, por las que ha venido recorriendo su despiadado e inevitable curso. Cada instante que antes era esclavo del tiempo se transforma ahora en un instante santo, cuando la luz que se mantenía oculta en el Hijo de Dios se libera para bendecir al mundo. Ahora el Hijo de Dios es libre, y toda su gloria resplandece sobre un mundo que se ha liberado junto con él para compartir su santidad.

6. Si pudieses ver la lección de hoy como la liberación que realmente representa, no vacilarías en dedicarle el máximo esfuerzo de que fueses capaz, para que pasase a formar parte de ti. Conforme se vaya convirtiendo en un pensamiento que rige tu mente, en un hábito de tu repertorio para solventar problemas, en una manera de reaccionar de inmediato ante toda tentación, le transmitirás al mundo lo que has aprendido. Y en la medida en que aprendas a ver la salvación en todas las cosas, en esa misma medida el mundo percibirá que se ha salvado.

7. ¿Qué preocupación puede asolar al que pone su futuro en las amorosas Manos de Dios? ¿Qué podría hacerle sufrir? ¿Qué podría causarle dolor o la sensación de haber perdido algo? ¿Qué podría temer? ¿Y de qué otra manera podría contemplar todo sino con amor? Pues el que ha escapado de todo temor de futuros sufrimientos ha encontrado el camino de la paz en el presente y la certeza de un cuidado que el mundo jamás podría amenazar. Está seguro de que aunque su percepción puede ser errónea, jamás le ha de faltar corrección. Es libre de volver a elegir cuando se ha dejado engañar; de cambiar de parecer cuando se ha equivocado.

8. Pon, por lo tanto, tu futuro en Manos de Dios. Pues de esta manera invocas Su recuerdo para que regrese y reemplace todos tus pensamientos de maldad y pecado por la verdad del amor. ¿Crees acaso que el mundo no se beneficiaría con ello y que cada criatura viviente no respondería con una percepción corregida? El que se encomienda a Dios ha puesto también al mundo en las mismas Manos a las que él ha recurrido en busca de consuelo y seguridad. Ha dejado a un lado las enfermizas ilusiones del mundo junto con las suyas, y de este modo le ofrece paz al mundo, así como a sí mismo.

9. Ahora sí que nos hemos salvado. Pues descansamos despreocupados en Sus Manos, seguros de que sólo cosas buenas nos pueden acontecer. Si nos olvidamos de ello, se nos recuerda dulcemente. Si aceptamos un pensamiento que denota falta de perdón, éste queda prontamente reemplazado por el reflejo del amor. Y si nos sentimos tentados de atacar, apelamos a Aquel que vela nuestro descanso para que tome por nosotros la decisión que nos aleja de la tentación. El mundo ha dejado de ser nuestro enemigo, pues hemos decidido ser su Amigo.


~Lección 194 UCDM:
"Pongo el futuro en manos de Dios"

*Comentario:

Atrapada la mente en una idea diminuta y alocada que tuvo de separación, busca constantemente el estado de Paz que caracteriza su Hogar. Pero ya no cree estar en su hogar, ya no cree ser tal como Dios le creó. Ahora la paz está en encontrar la perfección perdida. Todo cambia para esa parte de la mente, a cada instante. Todo se mueve en un tiempo lineal imposible de deshacer una vez transcurre.

No obstante, al tratarse de un modo diferente de ser y experimentar al que en el Hogar se tiene, la mente busca por diversos e inventados caminos donde la Paz real no es posible. Simplemente no es posible una Paz diferente, pues pensar en ser diferente tampoco es real.

Del mismo modo que no puedo impedir que en este espacio en el que me creo hallar, salga y se esconda el sol o que ningún aparente acontecer sea diferente a tiempo "real" a como aparentemente está dándose... ese pensamiento que tuve acerca de la separación también se encuentra en un tiempo irreal.

El pasado en el que me regodeo no es real si no lo traigo AQUÍ y AHORA. Por lo tanto si aparenta ser algo en el presente es justo donde la Verdad y mi función se pueden dar.

Solo mi juicio me aparta del AQUÍ y del AHORA. Pues sin este juicio no es posible el pasado y viceversa. 

El Perdón como tu única función te permite soltar lastre, te permite conocer que tu única función y tus cualidades están firmemente ligadas.
Al perdonar tus ideas, al abandonar tus juicios, tus cualidades emergen. 

La Confianza, de que sin tu intervención el presente es todo lo que ha de ser, la confianza de que siempre estás siendo amado y atendido te brinda un presente que deja totalmente el futuro en manos de Dios (Pep). 

~Comentario y vídeo de la lección: Pepe Montañana Ortiz. 


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