jueves, 13 de junio de 2019

Lección 170. En Dios no hay crueldad ni en mi tampoco


*Lección 170. En Dios no hay crueldad ni en mi tampoco*

1. Nadie ataca sin la intención de herir. En esto no hay excepciones. Cuando piensas que atacas en defensa propia estás afirmando que ser cruel te protege, que la crueldad te mantiene a salvo. Estás afirmando que herir a otro te brinda libertad. Y estás afirmando también que atacar cambia el estado en que te encuentras por otro mejor, más seguro, donde estás más a salvo de los asaltos del peligro y del temor.

2. ¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la manera de defenderse del miedo! Pues he aquí donde se engendra el miedo y se le nutre de sangre para que crezca, se expanda y sea cada vez más rabioso. Ésta es la manera de proteger el miedo, no de escaparse de él. Hoy aprendemos una lección que te evitará más demoras y sufrimientos de los que te puedes imaginar. Y es ésta: Tú fabricas aquello de lo que te defiendes. Y al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. Depón tus armas, y sólo entonces percibirás su falsedad.

3. Parece ser un enemigo externo a quien atacas. Sin embargo, al defenderte forjas un enemigo interno; un pensamiento extraño que esta en guerra contigo, que te priva de paz y divide tu mente en dos bandos que parecen ser totalmente irreconciliables. Pues ahora el amor tiene un "enemigo", un opuesto; y el miedo, el extraño, necesita que lo defiendas contra la amenaza de lo que realmente eres.

4. Si examinases detenidamente los medios por los que tu ilusoria defensa propia procede a lo largo de su curso imaginario, te percatarías de las premisas sobre las que se basa la idea. En primer lugar, es obvio que las ideas tienen que abandonar su fuente, pues eres tú quien lanza el ataque y quien tuvo que haberlo concebido primero. No obstante, lanzas el ataque contra algo externo a ti y en tu mente te separas de aquel a quien atacas, completamente convencido de que la división a la que has dado lugar es real.

5. En segundo lugar, los atributos del amor se le confieren a su "enemigo". Pues el miedo se convierte en tu refugio y en el protector de tu paz, y recurres a él en busca de solaz y de escape de cualquier duda con respecto a tu fortaleza, así como con la esperanza de poder descansar en una quietud sin sueños. Y al así despojar al amor de lo que le pertenece a él y sólo a él, se le dota con los atributos del miedo. Pues el amor te pediría que depusieses todas tus defensas por ser éstas meras necedades. Y ciertamente tus armas se desmoronarían y quedarían reducidas a polvo, pues eso es lo que son.

6. Al tener al amor como enemigo, la crueldad se convierte necesariamente en un dios. Y los dioses exigen que sus seguidores obedezcan sus mandatos sin rechistar. A aquellos que cuestionan la sensatez o cuando menos la cordura de tales exigencias, se les castiga severa e implacablemente. Pues son sus enemigos los que son irrazonables y dementes, mientras que ellos son siempre justos y misericordiosos.

7. Hoy examinaremos friamente a este dios cruel. Y nos daremos cuenta de que aunque sus labios están manchados de sangre y de que de su boca parecen salir llamas, está hecho de piedra. No puede hacer nada. No tenemos que desafiar su poder, pues no tiene ninguno. Y quienes ven en él su seguridad, no tienen ni guardián ni fortaleza a los que invocar en caso de peligro, ni ningún poderoso guerrero que salga en su defensa.

8. Este momento puede ser terrible. Pero también puede ser el momento en que te emancipas de tu abyecta esclavitud. Pues al estar frente a este ídolo y verlo exactamente como es, llevas a cabo una elección. ¿Vas a restituirle al amor lo que has procurado arrebatarle para ponerlo a los pies de ese inanimado bloque de piedra? ¿O vas a inventar otro ídolo para que lo reemplace? Pues el dios de la crueldad adopta muchas formas. Siempre es posible encontrar otra.

9. Mas no creas que el miedo es la manera de escapar del miedo. Recordemos lo que se ha subrayado en el texto con respecto a los obstáculos que la paz tiene que superar. De éstos, el último, el más difícil de creer que en realidad no es nada, si bien aparenta ser un bloque sólido, impenetrable, temible e insuperable, es el miedo a Dios Mismo. He aquí la premisa básica que entrona como un dios al pensamiento del miedo. Pues el miedo es venerado por aquellos que le rinden culto, y el amor parece ahora estar revestido de crueldad.

10. ¿De dónde ha surgido la creencia tan irracional de que hay dioses de venganza? El amor no ha confundido sus atributos con los del miedo. Mas los que le rinden culto al miedo perciben su propia confusión en el "enemigo" del miedo, y la crueldad de éste como parte del amor. ¿Y qué podría ser ahora más temible que el Corazón del Amor Mismo? Sus labios parecen estar manchados de sangre y de su boca parece brotar fuego. Pero sobre todo, Él es terrible e increíblemente cruel, y siega las vidas de todos aquellos que lo consideran su Dios.

11. No hay duda acerca de la elección que hoy has de llevar a cabo. Pues hoy posarás tu mirada por última vez sobre ese bloque de piedra que tú mismo esculpiste, y dejarás de llamarle dios. Has llegado hasta este punto antes, pero has elegido que ese dios cruel permanezca contigo en otra forma. Y por eso el temor a Dios volvió a apoderarse de ti. Pero esta vez lo dejarás allí. Y al volver regresarás a un mundo nuevo, aliviado de ese peso; un mundo que no se ve a través de sus ojos ciegos, sino a través de la visión que te ha sido restituida gracias a tu elección.

12.  Ahora  tus  ojos  le  pertenecen  a  Cristo y es  Él  quien mira  a  través  de  ellos.  Ahora  tu  voz  le pertenece  a  Dios  y se  hace  eco  de  la  Suya.  Ahora  tu corazón permanecerá  en paz  para  siempre. Lo has  elegido a  Él  en  lugar de  los  ídolos, y los  atributos  con los  que  tu Creador  te  bendijo te  son por fin  restituidos.  La  Llamada  a  Dios  ha  sido oída  y contestada.  Ahora  el  miedo  ha  dado paso al  amor, al  Dios  Mismo  reemplazar la  crueldad.

13. Padre,  somos  como  Tú. En nosotros  no hay crueldad, puesto que  en  Ti  no la  hay.  Tu  paz  es nuestra.  Y  bendecimos  al  mundo con  lo que  hemos  recibido  exclusivamente  de  Ti. Elegimos  una vez  más, y elegimos  asimismo por todos  nuestros  hermanos,  sabiendo que  son uno con nosotros. Les  brindamos  Tu  salvación tal  como  la  hemos  recibido  ahora.  Y  damos  gracias  por ellos  que  nos completan. En ellos  vemos  Tu  gloria  y en ellos  hallamos  nuestra  paz.  Somos  santos  porque  Tu santidad nos  ha  liberado.  Y  Te  damos  gracias  por ello.  Amén. 


*Lección 170 UCDM:
"En Dios no hay crueldad ni en mi tampoco"

*Comentario:

Esta es la lección más potente que quiere enseñar el Curso. La de que el ataque es una idea absurda, de todos aquellos que se identifican con el ego y sus cuerpos.
Dentro de la espiritualidad misma, existen miles de ideas, tanto religiosas, como fisiológicas, biológicas y neurológicas, producto de la identificación con los cuerpos físico, emocional y mental, en los que nos sentimos atacados de mil y una formas, pero que el cuerpo espiritual (que es el más potente de todos y el único unido a LA MENTE y a LA VERDAD que el Curso nos muestra) es capaz de trascender con tan solo entender la idea de hoy.

En la lección se nos dice:

"Nadie ataca sin la intención de  herir. En esto no hay excepciones. Cuando piensas que atacas en defensa  propia estás afirmando  que ser cruel te protege, que la crueldad te mantiene a salvo. Estás afirmando que herir a otro te brinda  libertad. Y estás afirmando también que atacar cambia el estado en que  te encuentras por otro mejor, más seguro, donde estás más a salvo de  los asaltos del peligro y del temor" (L170. 1)

Solo con leer este fragmento de la lección, nos damos cuenta de una cosa. Cualquier discusión con la familia, cualquier acontecimiento de la televisión, cualquier circunstancia o adversidad que interpretan la fisiología, biología y neurología del cuerpo, al primero que hace daño es al perceptor, que es el que imagina el ataque.
Nos sentimos identificados con la idea de ataque, esa idea nace en la creencia asociada a lo que vemos que pasa a los filtros neurológicos alojados en el Sistema Nervioso Central <SNC> y en el cuerpo mental, este segrega química cerebral, y está baja al Sistema Nervioso Entérico <SNE> (también llamado segundo cerebro) y este genera la ilusión de miedo. Esa ilusión de miedo hace reaccionar nuestro cuerpo físico, tambaleando nuestros cimientos fisiológicos, biológicos y neuronales, que dependen de los cuerpos adoctrinados por el ego.

Tras este breve inciso, el Curso continúa en la lección de hoy:

"¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la manera de defenderse del miedo! Pues he aquí donde se engendra el miedo y se le  nutre de sangre para que crezca, se  expanda y sea cada vez más rabioso. Ésta es la manera de proteger el miedo, no de escaparse  de él. Hoy aprendemos una lección que te evitará más demoras y sufrimientos de los que te puedes  imaginar. Y es ésta: Tú fabricas aquello de lo que te defiendes. Y al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. Depón tus armas, y sólo entonces percibirás su falsedad" (L170. 2).

Todas estas cosas que aprendemos en el mundo de la forma, a través de la fisiología, biología y neurología, solo responden a las leyes del ego, y si trascendiramos todas estas ideas y conceptos tan abstractos y a la vez ilusorios, nos daríamos cuenta que toda esta reacción en cadena, no tendría ninguna validez si no le diéramos poder al ataque que nace en nuestra mente.

Hay una parte en el Manual del Maestro que nos dice esto:

"La curación es directamente proporcional al grado de reconocimiento alcanzado con respecto a la falta de valor de la enfermedad. Sólo con decir: "Con esto no gano nada" uno se curaría.
En primer lugar, resulta obvio que  las decisiones son algo propio de la  mente, no del cuerpo" (M5. II)

La enfermedad es un ataque que perciben los sentidos del cuerpo, por eso si desparece el ataque como la causa de nuestro sufrimiento, no existe la el efecto.

~Comentario: Edgar Doménech Macías 


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.


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