sábado, 1 de junio de 2019

Lección 158. Hoy aprendo a dar tal como recibo


*Lección 158. Hoy aprendo a dar tal como recibo*

1. ¿Qué se te ha dado? Se te a dado el conocimiento de que eres una mente, de que te encuentras en una Mente y de que no eres sino mente, por siempre libre de pecado y totalmente exento de miedo al haber sido creado del Amor. No has abandonado tu Fuente, por lo tanto, sigues siendo tal como fuiste creado. Esto se te dio en forma de un conocimiento que no puedes perder. Ese conocimiento se le dio asimismo a todas las cosas vivientes, pues sólo mediante él viven.

2. Has recibido todo esto. No hay nadie en este mundo que no lo haya recibido. No es éste el conocimiento que tú transmites a otros, pues ése es el conocimiento que la creación dio. Nada de esto se puede aprender. ¿Qué es, pues, lo que vas a aprender a dar hoy? Nuestra lección de ayer evocó un tema que se expone al principio del texto: La experiencia, a diferencia de la visión, no se puede compartir de manera directa. La revelación de que el Padre y el Hijo son uno alboreará en toda mente a su debido tiempo. Sin embargo, ese momento lo determina la mente misma, pues es algo que no se puede enseñar.

3. Ese momento ya ha sido fijado. Esto parece ser bastante arbitrario. No obstante, no hay nadie que dé ni un solo paso al azar a lo largo del camino. Todos lo han dado ya, aunque todavía no hayan emprendido la jornada. Pues el tiempo tan sólo da la impresión de que se mueve en una sola dirección. No hacemos sino emprender una jornada que ya terminó. No obstante, parece como si tuviera un futuro que todavía nos es desconocido.

4. El tiempo es un truco, un juego de manos, una gigantesca ilusión en la que las figuras parecen ir y venir como por arte de magia. No obstante, tras las apariencias hay un plan que no cambia. El guión ya está escrito. El momento en el que ha de llegar la experiencia que pone fin a todas tus dudas ya se ha fijado. Pues la jornada sólo se puede ver desde el punto donde termina, desde donde la podemos ver en retrospectiva, imaginarnos que la emprendemos otra vez y repasar mentalmente lo ocurrido.

5. Un maestro no puede dar su experiencia, pues no es algo que él haya aprendido. Ésta se reveló a sí misma a él en el momento señalado. La visión, no obstante, es su regalo. Esto él lo puede dar directamente, pues el conocimiento de Cristo no se ha perdido, toda vez que Él tiene una visión que puede otorgar a cualquiera que la solicite. La Voluntad del Padre y la Suya están unidas en el conocimiento. No obstante, hay una visión que el Espíritu Santo ve porque la mente de Cristo también la contempla.

6. Aquí el mundo de las dudas y de las sombras se une con lo intangible. He aquí un lugar tranquilo en el mundo que ha sido santificado por el perdón y el amor. Aquí se reconcilian todas las contradicciones, pues aquí termina la jornada. La experiencia -que no se puede aprender, enseñar o ver- simplemente se encuentra ahí. Esto es algo que está más allá de nuestro objetivo, pues transciende lo que es necesario lograr. Lo que nos interesa es la visión de Cristo. Esto sí que lo podemos alcanzar.

7. La visión de Cristo está regida por una sola ley. No ve el cuerpo, ni lo confunde con el Hijo que Dios creó. Contempla una luz que se encuentra más allá del cuerpo; una idea que yace más allá de lo que puede ser palpado; una pureza que no se ve menguada por errores, por lamentables equivocaciones, o por los aterrantes pensamientos de culpabilidad nacidos de los sueños de pecado. No ve separación. Y contempla a todo el mundo, y todas las circunstancias, eventos o sucesos, sin que la luz que ve se atenúe en lo más mínimo.

8. Esto se puede enseñar, y todo aquel que quiera alcanzarlo tiene que enseñarlo. Lo único que es necesario es el reconocimiento de que el mundo no puede dar nada cuyo valor pueda ni remotamente compararse con esto; ni fijar un objetivo que no desaparezca una vez que se haya percibido esto. Y esto es lo que vas a dar hoy: no ver a nadie como un cuerpo y saludar a todo el mundo como el Hijo de Dios que es, reconociendo que es uno contigo en santidad.

9. Así es como sus pecados le son perdonados, pues la visión de Cristo tiene el poder de pasarlos a todos por alto. En Su perdón se desvanecen. Al ser imperceptibles para el Uno, simplemente desaparecen, pues la visión de la santidad que se halla más allá de ellos viene a ocupar su lugar. No importa en qué forma se manifestaban, cuán enormes parecían ser ni quién pareció sufrir sus consecuencias. Ya no están ahí. Y todos los efectos que parecían tener desaparecieron junto con ellos, al haber sido erradicados para ya nunca más volver.

10. Así es como aprendes a dar tal como recibes. Y así es como la visión de Cristo te contempla a ti también. Esta lección no es difícil de aprender si recuerdas que en tu hermano te ves a ti mismo. Si él se encuentra inmerso en el pecado, tú también lo estás; si ves luz en él, es que te has perdonado a ti mismo tus pecados. Cada hermano con quien hoy te encuentres te brinda una nueva oportunidad para dejar que la visión de Cristo brille sobre ti y te ofrezca la paz de Dios.

11. Cuándo ha de llegar esta revelación es irrelevante, pues no tiene nada que ver con el tiempo. No obstante, el tiempo aún nos tiene reservado un regalo, en el que el verdadero conocimiento se refleja de manera tan precisa que su imagen comparte su invisible santidad y su semejanza resplandece con su amor inmortal. Nuestra práctica de hoy consiste en ver todo con los ojos de Cristo. Y mediante los santos regalos que damos, la visión de Cristo nos contempla a nosotros también.


~Lección 158 UCDM:
"Hoy aprendo a dar tal y como recibo"

*Comentario:

En lecciones anteriores del Curso, ya hemos mencionado que "dar y recibir es lo mismo". De hecho, en el libro de texto capítulo 6.V. también se desarrolla este concepto en las leyes del Espíritu Santo (que también os recordé ayer). 

En el mundo dual, pensar en dar algo, ya sea una pertenencia material o algún concepto emocional, el ego lo reconoce como una pérdida... Pero en la unidad no existen las pérdidas y cuando das algo, el campo cuántico se encarga de dartelo por duplicado. 

Cuando ves a un hermano, que ha tenido un mal día, puedes elegir entre un resentimiento en forma de una contestación negativa similar a la suya; o elegir un Milagro, perdonar ese comportamiento ilusorio producto de tu proyección, ser asertivo y preguntarle para qué se siente así. 

Cuando das algo, siempre recibes, es exactamente lo mismo: Das perdón, recibes perdón; das amor, recibes amor; das resentimiento, recibes resentimiento.

Tras esta reflexión, el Curso nos dice que puedes elegir en cada instante, puedes cambiar un resentimiento por un Milagro, y el Milagro es el cambio de percepción dónde cambias cualquier acontecimiento negativo de tu vida y bajas las enseñanzas del Curso a la pantalla de de cine que tienes delante, en forma de tu escenario de vida. Recuerda que siempre estás viviendo tu propia película. 

Si algo he aprendido en mi recorrido espiritual, es que siempre lo que tenemos delante, implica una proyección nuestra, y esa proyección a su vez, tiene una intención positiva para la persona que lo hace (el Sí Mismo). Esa intención positiva a su vez, varía en función del maestro al que has decidido escuchar (el ego o el Espíritu Santo). Como veis todas las lecciones del Curso se enlazan. 

Recuerda hoy que sólo puedes seguir a un maestro, ambos interfieren entre sí y si eliges escuchar al ego, no escucharás al Espíritu Santo. Si no escuchas al E. S. sales del Instante Santo y si sales del Instante Santo, no ocurren los Milagros. Y el Milagro siempre es decidir en favor de La Verdad. 

Recuerda siempre esto:
"Cuando te alteras y pierdes la paz porque otro está tratando de resolver sus problemas valiéndose de fantasías, estás negándote a perdonarte a ti mismo por haber hecho exactamente lo mismo. Y estás manteniéndoos a ti y al otro alejados de la verdad y de la salvación. Al perdonarlo, restituyes a la verdad lo que ambos habíais negado. Y verás el perdón allí donde lo hayas otorgado. (UCDM T17. I. 6)

~Comentario: Edgar Doménech Macías.


~Vídeo lectura profunda de la lección: Arantxa Carrera Salas - Matriz del Cambio.

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